Cincuenta años del golpe de Estado a Bosch – Por Alfredo Cruz Polanco

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¿Qué hubiese sido del país si no se hubiese abortado el experimento democrático de 1963?

Hoy, 25 de septiembre, se cumplen cincuenta (50) años del nefasto, vil y criminal Golpe de Estado contra el primer gobierno constitucional y democrático, después del derrocamiento de la dictadura de Trujillo, presidido por el profesor Juan Bosch, en 1963, electo con más del 60% de los votos en las elecciones generales del 20 de diciembre de 1962, con apenas siete meses en el poder, llevado a cabo por los sectores más reaccionarios de la época, encabezado por la oligarquía empresarial, los jefes militares, la Unión Cívica Nacional, la embajada de los Estados Unidos y, lamentablemente, con el apoyo de la jerarquía de nuestra Santa Madre Iglesia Católica.

Este acontecimiento, los dominicanos no podemos permitir que pase desapercibido, por aquello de que «los pueblos que no son capaces de recordar su pasado están condenados a repetirlo». Este hecho le generó a nuestro país un retroceso de más de cincuenta años, en lo institucional, en lo económico, en lo político y en lo social.

A raíz del triunfo de la Revolución Cubana, todos los presidentes o candidatos que plantearan ideas progresistas y democráticas eran tildados de comunistas, sobre todo, Juan Bosch, que había enarbolado un discurso persuasivo, innovador, con un lenguaje sencillo.

Juan Bosch tuvo que soportar permanentemente un fuego cruzado de estos poderes fácticos, los cuales conspiraron contra él, contra su gobierno y contra la democracia, durante la campaña, la transición y durante los siete meses que precariamente pudo permanecer en el poder. La Iglesia Católica puso a circular una Carta Pastoral en la cual hacía un llamado a los feligreses a no votar por comunistas y enemigos de la iglesia, en clara alusión a Juan Bosch.

Los ataques contra Bosch en las iglesias, en la radio, la televisión, en los periódicos y revistas de la época, por parte de varios sacerdotes católicos, no cesaban, reiterando su acusación de que era comunista y por tanto, enemigo de la Iglesia Católica, por lo que había que impedirle a como diera lugar, que llegara a gobernar el país.

Las críticas del sacerdote Láutico García fueron tan drásticas y tan ácidas, que Bosch invitó a dicho sacerdote a un debate público para que justificara la acusación de comunista que éste le hacía. Dicho debate se llevó a cabo el 17 de diciembre, a las 9:30 de la noche, en el programa «Actualidades», dirigido por el periodista Salvador Pittaluga Nivar (fallecido). En dicho debate, Bosch, haciendo uso de sus amplios conocimientos religiosos, políticos, económicos y sociales, derrotó los falsos argumentos del sacerdote. Este hecho selló el triunfo Bosch en las elecciones del 20 de diciembre de 1962.

Durante la transición, Bosch viajó a varios países, entre ellos, los Estados Unidos y Francia, en busca de ayudas, financiamientos, becas, de técnicos e inversionistas para las obras de infraestructuras y de desarrollo para nuestro país, que generarían empleos, como el turismo y las zonas francas; para la construcción de presas, industrias, centros tecnológicos, autopistas, aeropuertos, tecnificación de la agricultura, acueductos, tendidos eléctricos, centros educativos, hospitales, etc.

La Constitución con la cual gobernó y respetó hasta el final de su gobierno, conocida como la «Constitución del 63», de la cual fue su principal artífice, está considerada como una de las más progresistas, de mayor justicia social y democráticas de América.

Durante los siete meses de su gobierno, Juan Bosch no permitió que los bienes que el pueblo dominicano recobró de la dictadura de Trujillo fueran repartidos entre los sectores de la oligarquía retrógrada y trujillista de la época. Durante su gobierno no se maltrató, apresó, persiguió, golpeó ni se mató a nadie; no permitió que un solo centavo del pueblo fuera a parar a los bolsillos de alguien, pues enfrentó con energía los pocos actos de corrupción que se produjeron, implementando la austeridad; pagó la deuda externa; se gestionó la construcción de las presas de Tavera y Valdesia; la zona franca y una planta eléctrica para Puerto Plata; se inició el acueducto de Santo Domingo; la reforestación del país; se distribuyeron miles de tareas de tierra a los campesinos que no tenían a través de las Villas de la Libertad; se respetó la libertad de expresión, prohibió el latifundio baldío, pero nunca incautó una propiedad. Se permitió la libertad de credo religioso y la libre empresa, sometiendo al Congreso Nacional la Ley de Plusvalía.

Es bueno señalar que durante su gobierno se fundó el Consejo de Empresarios e Industriales del país, lo que hoy es el CONEP, y se autorizó la primera institución financiera privada del país: el Banco Popular, lo que demuestra las buenas relaciones cultivadas durante su gobierno con los sectores empresariales y comerciales.

Es decir, durante su gobierno, se sentaron las bases para el desarrollo económico y social del país y para el fortalecimiento de sus instituciones, rescatando la educación y tomando las acciones para sembrar el país de industrias e infraestructuras, que generarían los empleos que el país requería.

Consecuencias

Para un país en vías de desarrollo, como es el nuestro, cuando se interrumpe el orden constitucional toma mucho tiempo recuperarse. Por eso, a pesar de haber transcurrido ya cincuenta años del funesto golpe de Estado todavía continuamos padeciendo las consecuencias catastróficas de ese imperdonable y bochornoso hecho.

http://www.diariolibre.com/noticias/2013/09/25/i403672_cincuenta-aaos-del-golpe-estado-bosch.html

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