«Antes del 8-D y pasado un año del “Golpe de Timón”: ¿Desde cuál “Soberanía Política e Independencia Económica” se construye el “Socialismo Bolivariano del Siglo XXI”?». Análisis del sociólogo venezolano Javier Biardeau sobre la coyuntura venezolana a la luz de las elecciones municipales y las tensiones al interior del proceso chavista

515

«Antes del 8-D y pasado un año del “Golpe de Timón”: ¿Desde cuál “Soberanía Política e Independencia Económica” se construye el “Socialismo Bolivariano del Siglo XXI”?». Análisis del sociólogo venezolano Javier Biardeau sobre la coyuntura venezolana a la luz de las elecciones municipales y las tensiones al interior del proceso chavista   

“(…) dirigiendo junto al pueblo siempre, y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta Patria

(Chávez; 8-12-2012)

1.- INTRODUCCIÓN:

La cita que introduce nuestro punto de vista en el presente documento pretende estimular un debate colectivo cada vez más necesario. Hace referencia al paradigma crítico de dirección y gobierno que pueden desprenderse de manera muy sintética en reflexiones de Simón Rodríguez sobre el aprendizaje colectivo del auto-gobierno, que desde nuestro punto de vista es el horizonte hacia el que se mueve una democracia participativa, protagónica, deliberativa y tendencialmente de ejercicio directo de la soberanía popular.

Esto nos lleva al tema central de la lógica de la política hegemónica, política que ha sido descuidada o dejada de lado por quienes siguen atados a una concepción estalinista de la política revolucionaria (en esta última, se trata de imponer y vencer, no de deliberar y convencer) inspirada en la obra de “Gramsci”: no se trata de mandar por un lado, ni de ciega obediencia, por el otro. Se trata de revestir de prestigio (de auctoritas ([1])), de liderazgo intelectual y moral a la función de Gobiernosiempre dirigiendo junto al pueblo y subordinado a los intereses del pueblo, como señaló con meridiana claridad Chávez al designar a Maduro como su sucesor el 8 de diciembre de 2012 ([2]). De manera que mientras la mayor parte de la atención pública se concentró en el rostro y nombre del sucesor, pocos dieron cuenta de las condiciones para que su legitimidad política tuviera viabilidad en el nuevo proyecto histórico.

Desde mediados del año 2013, corrientes revolucionarias del pueblo bolivariano han venido asumiendo el reclamo de un viraje hacia la izquierda ([3]) de la política  del gobierno en el ámbito económico y social asumida por el Presidente Maduro en el llamado Gobierno de Calle, demandando ir más allá de la estabilización del sistema político y social venezolano, luego de la partida física del Presidente Chávez y de los complejos escenarios que se abrieron a partir del 14 de abril de 2013. Cabe la pregunta: ¿Qué significa virar hacia la izquierda? Significaría, siguiendo la concepción sintética de Frei Betto: optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social. Significaría para Marx en sus pulsiones de juventud: echar por tierra todas las relaciones en que el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable.” (Marx; Introducción a la crítica a de la filosofía del derecho de Hegel), y como señalo Engels en su discurso ante su partida física: “Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida.” ([4])

Virar hacia la izquierda, entonces, es re-encontrar la trayectoria de una praxis política situada hacia determinada dirección, contenido y alcance; más aún si se trata de una izquierda que pretende además, de acuerdo a lo contenido en el llamado Programa de la Patria, ser radicalmente democrática y revolucionaria, no simple real-politik de gobierno subordinada al interés pragmático de “mantenerse en el poder por el poder mismo”. Cabe analizar aquí la ubicación de una práctica política, sus acciones, discursos e ideas, en el contexto del análisis de un espectro político ([5]

Análisis completo: http://www.aporrea.org/ideologia/a178184.html

Más notas sobre el tema