Ultimo día de Piñera en La Moneda: «Nos vamos del gobierno con la alegría del deber cumplido»

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Presidente Piñera: «Sentimos que nos vamos del gobierno con la alegría del deber cumplido»

A dos días del cambio de mando, el Mandatario se despidió a través de una cadena nacional haciendo un balance de sus cuatro años de gobierno.

El Presidente agradeció a los chilenos por darle la oportunidad de dirigir el país y reiteró los buenos deseos para la administración de Michelle Bachelet.

El Presidente Sebastián Piñera realizó su última cadena nacional antes del cambio de mando, el que se producirá este próximo martes.

El Mandatario hizo un balance de su gestión durante estos cuatros años, agradeció al pueblo de Chile y a sus colaboradores y aseguró que se van del gobierno con la alegría del deber cumplido.

Piñera comenzó su discurso dándole las gracias a «todos los chilenos y chilenas por el privilegio y la responsabilidad que depositaron sobre nuestros hombros al elegirnos para dirigir los destinos de nuestro país durante estos cuatros años».

«El mayor honor y desafío que puede tener un ciudadanao amante de su país es servir a su pueblo desde la presidencia de la república», agregó.

Al hacer el balance, afirmó que «sentimos que nos vamos del gobierno con la alegría del deber cumplido y mirando a los ojos y con la frente en alto a todos nuestros compatriotas».

Además, estimó que «hoy Chile es un mejor país para nacer, crecer, estudiar, trabajar, formar familia y también para envejecer de lo que era hace tan sólo cuatro años. Es decir, un mejor país para vivir».

«La mejor prueba es que los nacimientos de niños y niñas en nuestro país, que antes disminuían, hoy están nuevamente aumentando. Y cuando las parejas chilenas, que sin duda quieren lo mejor para sus hijos, deciden tener más niños, es porque Chile es hoy un mejor país para que vivan nuestros hijos», puntualizó.

Para el Mandatario, «sin perjuicio de los errores cometidos, que hemos reconocido, hoy Chile crece, crea empleos, mejora los salarios, reduce la pobreza y las desigualdades con fuerza y voluntad».

«Cómo no sentirnos contentos del millón de nuevos empleos que juntos hemos creado, de que tres millones de compatriotas cumplieron durante nuestro Gobierno el sueño de la casa propia, al mejoramiento sustancial del crédito con aval del Estado y la cuadruplicación de las becas y los 24 nuevos hospitales que hemos inaugurado», agregó.

Piñera dijo que «un buen Presidente debe ser como un buen padre o madre de familia… por eso nuestro permanente compromiso con los más pobres y con nuestra esforzada clase media, por eso extendimos de tres a seis meses el beneficio del posnatal, por eso avanzamos en igualar a hombres y mujeres, por eso hemos combatido con la máxima voluntad y firmeza la delincuencia».

También dijo que quería terminar su «despedida» expresando dos setimientos. «Primero mi profundo orgullo por Chile y mi inmensa gratitud con mis compatriotas, por su cariño y apoyo que siempre han expresado, a través de un abrazo apretado, una palabra de aliento, un gesto amistoso, una sonrisa alegre o simplemente en la intimidad de los pensamientos de sus corazones».

«Segundo, quiero desearle la mejor de las suertes y el mayor de los éxitos al futuro Gobierno, que a partir de este martes encabezará la Presidenta electa Michelle Bachelet».

Tuvo, además, tiempo para sus más cercanos. «Quisiera también, y con mucha emoción, agradecer a mi familia, a mis hijos, a mis nietos, y muy especialmente a mi mujer, Cecilia, que no sólo fue una gran Primera Dama, sino que también la mejor compañera, amiga, consejera, y a veces crítica, que este Presidente pudo haber tenido».

Finalmente agradeció «a Dios, por no abandonarme ni dejarme desfallecer, ni siquiera en los momentos más duros y oscuros, en que conocí la soledad y la incomprensión, y por darme siempre la salud, la voluntad y las fuerzas necesarias para cumplir con mis responsabilidades como Presidente de todos los chilenos».

«Que Dios bendiga a Chile, que Dios bendiga a los chilenos. Gracias, muchas gracias”, finalizó.

 

http://www.latercera.com/noticia/politica/2014/03/674-568757-9-presidente-pinera-sentimos-que-nos-vamos-del-gobierno-con-la-alegria-del-deber.shtml

 

Video de la última cadena nacional de Piñera


 

Expectativa de “profundas reformas” marca retorno de Michelle Bachelet a La Moneda

Con un escenario favorable en el Parlamento y un programa que promete cambios importantes en educación, trabajo, salud e impuestos, la presidenta electa ahora debe resolver cómo concretar sus propuestas. Mientras los especialistas advierten que las transformaciones no serán inmediatas, dirigentes de movimientos sociales manifiestan su escepticismo.

Son muchas las expectativas que están depositadas en el Gobierno que encabezará Michelle Bachelet.

Luego del surgimiento de una serie de movimientos sociales que dejaron de manifiesto la fragilidad de nuestra democracia, el programa de gobierno de la Nueva Mayoría se impuso contestar a dichos cuestionamientos y acogerlos en una serie de propuestas que buscan recoger el sentir de la ciudadanía.

Sin embargo, existen desconfianzas, porque muchos de estos anuncios han sido calificados por los actores sociales como “titulares” que no profundizan ni en la forma ni en el fondo del método que se utilizará para llevarlos a cabo.

En una primera revisión, el gobierno de la Nueva Mayoría tiene un favorable escenario parlamentario, que no se veía desde los primeros periodos de la Concertación. Con la mayoría en ambas cámaras del Congreso y con lo quórums necesarios para sacar adelante, por ejemplo, una reforma tributaria ambiciosa, al parecer no existirían excusas para que no se concreten los cambios que nuestro país necesita.

No obstante, esta expectativa favorable puede jugar en contra en el corto plazo, si es que no se plasma en avances. Para la analista política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP), María Cristina Escudero, el primer año de mandato será más de instalación que de concreción de metas: “Muchos de los compromisos son de largo plazo, entonces más que si los vamos a ver finalizados o no en un Gobierno de cuatro años, se trata de qué cimientos se van a construir para estas políticas de largo plazo. Respecto de una educación gratuita a nivel superior, por ejemplo, qué márgenes va a tener, cómo se va a financiar y en qué plazo la vamos a obtener. Esas son las discusiones del primer año del Gobierno”, dijo.

En esa línea, Gustavo Rayo, académico de la Universidad de Talca,  afirmó que el nuevo Gobierno necesitará de la compresión de los movimientos sociales: “Sobre la base del diálogo será posible realmente lograr los consensos necesarios. Ahora, eso va a exigir, de parte de los movimientos sociales, y en particular de los estudiantes, una mayor capacidad de comprensión de lo que son los intereses de los múltiples actores involucrados”, advirtió.

Desde los movimientos sociales, particularmente del estudiantil, afirman que las desconfianzas hacia las nuevas autoridades se mantienen, pese a lo declarado en el programa de Gobierno.

“El otro día veía los resultados de una encuesta que decían que alrededor del 70 por ciento de los chilenos creía que no iba a cumplir el tema de la educación gratuita”, dijo la presidenta de la FECH, Melissa Sepúlveda.

La dirigenta enfatizó que “nosotros tenemos diferencias importantes con el programa de Michelle Bachelet. No estamos de acuerdo en cómo se concibe la gratuidad. Finalmente son más becas y créditos, pero no cambia la lógica de la educación como una inversión individual y un bien de consumo”.

Asimismo, cuestionó que “solo habría fin al lucro en las instituciones que reciben aportes del Estado, por lo tanto, quedaría todo un nicho para el negocio y para que se reproduzcan situaciones tan vergonzosas como la de la Universidad del Mar”.

Respecto de la economía y de cómo el crecimiento pueda afectar el desarrollo del programa de Bachelet, los analistas aseguran que todo dependerá de la forma en que la nueva administración maneje el escenario de desaceleración, sin afectar la generación de empleo.

Dentro de las propuestas de la Nueva Mayoría para los primeros meses de Gobierno destacan el envío de proyectos de ley de reformas tributaria y educacional, la asignación de recursos para la contratación de 33 mil nuevos especialistas e impulsar la creación de una nueva agenda laboral.

 

http://radio.uchile.cl/2014/03/09/gobierno-de-michelle-bachelet-se-enfrenta-a-las-expectivas-por-reformas

 

Los principales desafíos y escollos que deberá enfrentar Bachelet en el vecindario

Tras asumir su nuevo mandato, la Presidenta electa tendrá la misión de retomar las relaciones bilaterales con «viejos conocidos» -como Rafael Correa y Evo Morales- y también construir nuevos lazos con algunos de sus pares como Nicolás Maduro y Ollanta Humala. Los ex cancilleres Juan Gabriel Valdés y Mariano Fernández analizan las oportunidades y dificultades que tendrá el nuevo gobierno en el barrio.

En 2009, una de las últimas iniciativas internacionales de Michelle Bachelet fue la firma del Tratado de Maipú, acuerdo amplio suscrito con su par de Argentina, Cristina Fernández, que configuró una robusta agenda de integración.

Este es uno de los antecedentes que recuerdan en la Nueva Mayoría para resaltar la buena relación entre ambas mandatarias. Aunque se asume que ahora el escenario es distinto: Fernández enfrenta una profunda crisis interna, tanto política como económica, que la obliga a dejar de lado las relaciones con otros países.

«Más allá de las circunstancias por las que está pasando Argentina, nuestra relación con ellos es muy importante y no por nada somos las segundos países en el mundo que tienen la frontera común más extensa», dice el ex canciller Mariano Fernández. De la misma opinión es su par Juan Gabriel Valdés, quien señala que «todos los países pasan por crisis» y que ello no puede afectar la relación «esencial».

Para Chile, mantener un buen vínculo con Argentina es imperioso al menos por dos razones. Primero, la tensión permanente con Perú y Bolivia obliga a distender la relación con el tercer vecino. Y segundo, aún está pendiente -aunque congelado a raíz de un acuerdo de hace años- la demarcación limítrofe en Campos de Hielo Sur.

De esto fue consciente no sólo Bachelet en su anterior administración, sino también Sebastián Piñera, quien no escatimó gestos a Fernández, respaldando activamente su reivindicación de las islas Malvinas y manteniendo a raya la presión de la UDI por exigir la expulsión del ex frentista Galvarino Apablaza, quien recibió la calidad de refugiado en Buenos Aires y es requerido en Santiago por el crimen de Jaime Guzmán.

Ecuador: Retomar nexos con Correa

A pesar de los intentos tanto de Michelle Bachelet como de Sebastián Piñera por salvaguardar la histórica alianza entre Chile y Ecuador, el mandatario quiteño Rafael Correa optó finalmente por negociar su límite marítimo con Perú, fortaleciendo la tesis limeña ante La Haya y resintiendo el vínculo con Santiago.

Esto, pese a los numerosos intentos de Piñera por conseguir el respaldo ecuatoriano: lo invitó en dos oportunidades a la Antártica y lo llevó a su residencia de veraneo en el Lago Ranco.

Sin embargo, en la Nueva Mayoría estiman que -ya concluido el litigio en el tribunal internacional- es necesario retomar el vínculo con Ecuador. «La verdad es que veo una buena relación futura. A mi me llama la atención lo que dicen algunos analistas de derecha respecto a que, luego de que Ecuador respaldara a Perú, el cuadro con ello está terminado», afirma el ex canciller Juan Gabriel Valdés.

Algunos analistas apuntan a que con la discrepancia sobre el límite terrestre con Lima aún abierta, es necesario buscar una buena relación con Ecuador, que -hasta antes de La Haya- defendía una alianza histórica con Chile, al punto que desde Santiago se enviaron armas a Quito en la antesala de la Guerra del Cóndor, que ese país libró en los 90 con Perú.

Perú: renegociar la implementación de La Haya

La agenda bilateral con Perú es, por ahora, la más urgente y delicada que mantiene Chile.

Tras el fallo de La Haya que modificó la frontera marítima, el diálogo está concentrado en la implementación de la sentencia.

A fines de febrero, ambos países cerraron un acuerdo en torno a ese punto, que es visto con ojo crítico por la administración bacheletista. El diagnóstico apunta a que Lima no dio a Santiago las garantías de que modificará legislación clave para implementar el fallo, como su concepto de «dominio marítimo», que establece soberanía exclusiva en el mar peruano y que, hasta ahora, ha sido el soporte de la normas que prohíben el libre tránsito de terceros países. Como esto último fue pedido por La Haya, en concordancia con la Convención del Mar de 1982, Lima sólo ha accedido a modificar algunos reglamentos de la Marina.

Así, en la administración bacheletista creen que se debe reabrir el diálogo con Perú con miras a obtener garantías más claras de que se harán las modificaciones necesarias para implementar el fallo.

«Tras el fallo de La Haya, tenemos que terminar el proceso con el cumplimiento de la sentencia por ambas partes y con la satisfacción de ambas partes. Luego de eso tenemos que dar vuelta la página», dice el ex canciller Juan Gabriel Valdés.

Con todo, el ex ministro Mariano Fernández cree que habrá una buena relación entre Bachelet y Ollanta Humala, aunque dice que se tiene que construir, pues ambos coincidirán por primera vez en el mando.

Por su parte, Valdés asegura que Bachelet, a diferencia de la tensa relación que mantuvo en su primer período con Alan García -quien interpuso la demanda en La Haya en 2008-impulsará ahora un buen clima.

Brasil: descongelar el vínculo

La consigna del futuro gobierno es que es indispensable mejorar ostensiblemente la relación con Brasil, debido a su influencia en la región, su orientación política de centroizquierda -pero tomando distancia de la Venezuela de Nicolás Maduro- y su perfil de potencia a nivel mundial. En esto coinciden los ex ministros Juan Gabriel Valdés y Mariano Fernández, quienes señalan que durante el gobierno de Sebastián Piñera la relación «se debilitó»a causa de que el Mandatario jugó un rol activo en incluir a México -rival clásico de Brasil en cuanto a influencia en la región- en la Alianza del Pacífico, bloque que es visto por Brasilia como un pacto que busca funcionar como su contrapeso.

Desde entonces, según Valdés, la Presidenta Dilma Rousseff «no ha mostrado un interés particular» por Chile. Algo que se reflejó en sus numerosos rechazos a invitaciones de Piñera para realizar una visita oficial a Santiago.

«Es una relación que tenemos que volver a poner en pie», dice Valdés en referencia a los buenos lazos que existían durante el primer gobierno de Bachelet y del Presidente Lula, quien incluso visitó Chile para la campaña de la Presidenta electa.

Además, para Chile es clave el fuerte peso que tiene ese país ante Bolivia y Perú. En años anteriores, los gobiernos brasileños han colaborado con La Moneda al momento de distender las recurrentes crisis con La Paz. Y ahora, el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) brasileño mantiene fluidos vínculos con el presidente de Perú, Ollanta Humala.

Las buenas señales ya comenzaron: el pasado lunes, el canciller brasileño Luiz Alberto Figueiredo se reunió con el futuro ministro de RR.EE de Bachelet, Heraldo Muñoz, en el contexto de una visita privada a nuestro país.

Bolivia: la incertidumbre ante la dureza de Evo

Una gran cuota de incertidumbre hay en estos momentos respecto a la relación que tendrá Chile con Bolivia luego de que asuma el gobierno de Michelle Bachelet.

Hasta ahora, la relación se mantiene congelada luego de que en abril del año pasado el país altiplánico interpusiera una demanda contra Chile en La Haya para obtener una salida al mar con soberanía.

Tras la elección de Bachelet, Morales dijo que esperaría a ver «cuán socialista» es la Mandataria y que él fue «engañado» en la anterior administración de la doctora socialista, pues no se concretó un acuerdo de salida al mar. Por último, Morales agregó que espera abrir un diálogo con Bachelet para una salida al Pacífico, pero que mantendrá su demanda en La Haya.

En Santiago toman estas señales con cautela. La definición de la nueva Cancillería es que sólo si el litigio se congela o se cancela se podría reabrir una conversación marítima.

«Como lo ha dicho el futuro canciller Heraldo Muñoz, esto pasa porque entendamos que podemos hablar, dialogar, y que si se quiere hablar del tema del mar se puede hacer… si es en la Corte de La Haya o no, dependerá del éxito que tenga ese diálogo», dice el ex canciller Juan Gabriel Valdés (PS).

Por su parte, su par Mariano Fernández asegura que la últimas declaraciones de Evo Morales «obligan a endurecer» el trato con Bolivia.

«Espero que pueda haber un diálogo que convoque a un mayor realismo en la relación. Esta es una demanda muy distinta a la peruana y creo que se abre el espacio para conversar», dice.

Respecto a la relación entre ambos Mandatarios, los ex cancilleres afirman que será mucho más «cercana» que la que Morales tuvo con Piñera. «Se conocen y ya en el pasado hubo una buena relación, que Morales haya hecho unos comentarios poco simpáticos en el último tiempo no creo que importe. Creo que habrá una buena actitud», dice Valdés.

«Supongo que va a ser una buena relación, ellos tuvieron una buena relación, aunque ahora ha tomado un lenguaje agresivo por parte de Morales. Pero ella tiene un liderazgo internacional muy potente… así que esperemos que los acontecimientos se produzcan y escuchemos lo que tiene que decir el Presidente Morales», agrega Fernández.

Venezuela: equilibrios y construir relación con Maduro

En Caracas ven con altas expectativas la llegada de Bachelet a La Moneda. Tanto, que el gobierno de Nicolás Maduro comenzó a promover esta semana la realización de una cita de los cancilleres de Unasur para abordar la crisis en ese país, inmediatamente después del cambio de mando.

Y es que, hasta ahora, la relación de Maduro con el gobierno de Sebastián Piñera ha sido tensa. Si bien el mandatario chileno había sellado un pacto de no agresión con Hugo Chávez en 2010, al llegar Maduro al poder, el acuerdo se tambaleó: Piñera se reunió en Chile con el opositor Henrique Capriles y Caracas reaccionó tomando medidas contra LAN y otras empresas de Santiago. En las últimas semanas además, Piñera fue explícito en criticar la situación de derechos humanos en ese país.

Así, en Venezuela esperan que Bachelet retome una línea más apegada a «no comentar los asuntos internos» boliviarianos, pese a la fuerte pugna que genera en la Nueva Mayoría -entre la DC y el PC- la gestión de Maduro. Incluso, los venezolanos apuestan a que Bachelet equilibre su postura y entre ayudar a descomprimir la crisis en Caracas y un respaldo al «legítimo» gobierno caraqueño.

Para el ex canciller Mariano Fernández, la posibilidad de que Bachelet asuma un rol constructivo ante la crisis en Venezuela, pero al mismo tiempo de señales de respeto al gobierno de Maduro puede ser un buen paso inicial. «Sin exagerar el papel que le corresponde a Chile, espero que podamos relajar la tensión que se está viviendo en Venezuela que puede terminar muy mal», afirma el ex ministro.

En la misma línea, su par del PS, Juan Gabriel Valdés, indica que Bachelet tendrá que comenzar de cero a «construir» una relación con el Presidente Maduro, a quien sólo conoció como canciller de Chávez.

 

http://www.lasegunda.com/Noticias/Politica/2014/03/919538/los-principales-desafios-y-escollos-que-debera-enfrentar-bachelet-en-el-vecindario

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