Frei Betto, teólogo brasileño: «Aún tenemos «viudas» de la dictadura y quienes pregonan que la vuelta de los militares mejoraría al país»

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Carlos Alberto Libanio Christo, conocido como Frei Betto, (Belo Horizonte, 25 de agosto de 1944) es un escritor y religioso dominicano brasilero. Adepto de la Teología de la Liberación, fue militante involucrado en movimientos pastorales y sociales, habiendo ocupado la función de asesor especial del presidente de la República Luiz Inácio Lula da Silva entre 2003 y 2004. Fue coordinador de Movilización Social del Programa Hambre Cero.

Frei Betto estuvo preso dos veces bajo la dictadura militar: en 1964, por 15 días; y entre 1969-1973. Después de cumplir cuatro años de prisión, le fue reducida su sentencia por el STF a dos años. Su experiencia en la prisión está relatada en los libros «Cartas desde la Prisión» (Actuar), «Diario de Fernando – en los cárceles de la dictadura militar brasilera» (Rocco) y Bautismo de Sangre (Rocco). Premiado con el Jabuti de 1983, traducido en Francia y en Italia, Bautismo de Sangre describe los bastidores del régimen militar, la participación de los frailes dominicanos en la resistencia a la dictadura, la muerte de Carlos Marighella y las torturas sufridas por Frei Tito. Basado en el libro, el director Helvecio Ratton produjo el filme Bautismo de Sangre, lanzado en 2007.

Frei Betto recibió varios premios por su actuación en pro de los derechos humanos y en favor de los movimientos populares.

Frei Betto, usted que estuvo preso y fue torturado durante la dictadura, ¿cómo analiza esta fecha de los 50 años del golpe militar?

Frei Betto: Es preciso celebrar, en el sentido etimológico de hacer memoria, los 50 años de la implantación de la dictadura en Brasil. Como diría Marx, para que la historia, una tragedia, no se repita como farsa. Las nuevas generaciones necesitan saber cómo fue, qué fue y qué hizo la dictadura a lo largo de 21 años gobernando a Brasil. Aún tenemos, en nuestro país, «viudas» de la dictadura y quienes pregonan que la vuelta de los militares mejoraría al país…

¿Cómo analiza usted hoy el proceso de redemocratización de Brasil? ¿Cuáles son los mayores avances de esta conquista?

FB: La dictadura fue derribada por la acumulación política provocado por las movilizaciones de los movimientos sociales: CEBs, asociaciones de barrios, lucha por la tierra, sindicatos, grupos de arte y cultura, etc. Conseguimos elegir a un metalúrgico –Lula– como presidente de la República, consolidando el proceso democrático. Grandes avances ocurrieron a lo largo de los 11 años de gobierno del PT: control de la inflación, elevación del salario mínimo, inclusión económica de 55 millones de personas, etc. Sin embargo, los archivos de la dictadura en posesión de las Fuerzas Armadas no fueron abiertos hasta hoy, y la Comisión de la Verdad, que investiga los delitos del régimen militar, no tiene el poder de castigar. Además, ninguna reforma de estructura fue implementada en estos 11 años de gobierno, ni la agraria, ni la política, ni la tributaria.

¿El proceso de democratización en Brasil forjó a lo largo de estos años un Estado de derecho?

FB: Sí, pero falta mucho para perfeccionarlo. Necesitamos una nueva carta constitucional, y esperamos que el pueblo brasilero vote a favor de esto en el plebiscito que ocurrirá el 7 de septiembre. Precisamos, después de la inclusión económica, la inclusión política, por la cual los jóvenes se movilizan en las calles. Nuestra democracia aún es meramente «delegativa” y no participativa. ¡Hay mucho por hacer y luchar!

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