Presidente Mujica: “La producción de marihuana empezará en 2015”

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‘Mi Gobierno hará historieta’

Con ironía y modestia, el Presidente uruguayo describe su obra y lo que representa para el resto del mundo.

«No, en la historia no; en la historieta», responde en entrevista exclusiva con REFORMA sobre si cree que su legado quedará registrado en los libros de historia.

Mujica, un viejo guerrillero tupamaro de 79 años que logró la Presidencia con 53 por ciento de los votos en segunda vuelta en 2009, esquiva hacer grandes apologías de su Gobierno.

Sin embargo, tiene claro que algunos puntos de su gestión obtuvieron una inusitada repercusión internacional, como la regulación de la producción y comercio de la mariguana en su país.

«Pepe», como es conocido, vive en una modesta granja de 26 hectáreas en las afueras de la capital uruguaya con su esposa, la senadora Lucia Topolansky, y con su perra, Manuela, que sólo tiene tres patas.

El Presidente de Uruguay, quien estuvo preso más de una década, viste de manera informal, con chanclas sobre calcetines gruesos, pantalón negro y una chamarra gris.

Es difícil verlo de traje, sólo en algún acto protocolar muy importante o ante la visita de un Mandatario extranjero. Nunca usa corbata, un estilo que ha trasladado al resto del sistema político del país sudamericano.

En entrevista, realizada en una pequeña habitación de su casa, Mujica declaró que Estados Unidos hace trampa respecto a la legalización de la mariguana, habló sobre la decisión de su Gobierno de tomar el control y el comercio de la mariguana, así como de México y su agenda internacional.

Cerca, un poco inquieta, Manuela permanecía en silencio, mientras Mujica miraba a los ojos en cada respuesta.

Sus conceptos eran claros, profundos y ante todo reflexivos.

En Uruguay han elegido liberar la mariguana mediante el control del Estado. ¿Está convencido de que es la mejor manera de enfrentar el problema (del narco) en América Latina?
A nosotros no se nos ocurrió tener la panacea para trazar una línea y que todo el mundo la aplique, lo que se nos ocurre es que la solución basada en la represión, de acuerdo con los hechos, no da resultados.

(El científico Albert) Einstein dijo: «si quieres cambiar no hagas siempre lo mismo». Nosotros decidimos regular el consumo, un camino que no inventamos nosotros y que ya existe.

No queremos regalarle ese consumo a las fuerzas del narcotráfico, queremos competirle y tratar de arrebatarle el mercado, para quitarle la razón económica más importante que tiene.

¿Hubo algún tipo de comentario o presión de países como Estados Unidos?
Ninguna presión ni comentario. Además, hay que enterarse de lo que está pasando en Estados Unidos. De hecho están legalizando la droga en un montón de estados con un recurso tramposo como el uso médico.

Los comercios tienen un formulario con la firma de distintos médicos, y tú como cliente vas y te auto recetas. Nosotros ese camino no lo vamos a emplear.

¿Esta receta que aplicó Uruguay puede ser viable en otros países de la región?
Veremos. Nosotros somos un país pequeño y esa pequeñez nos da inconvenientes y beneficios.

También preocupa a otros países de la región saber qué hará Uruguay para que el narco no venda lo que producen.
Va a ser muy difícil. Vamos a tratar de multiplicar clones para tenerlos identificados y el análisis molecular nos va a decir si entran productos de afuera.

En todo caso, el tráfico internacional está asegurado por cultivos que todos sabemos que hay en la región. En Uruguay tenemos calculado que entre 6 y 10 hectáreas son suficientes para cubrir las necesidades, pero en América Latina hay cientos de hectáreas sembradas.

¿En qué etapa está ese proceso?
Se va a hacer una licitación para privados, que van a tener que trabajar en un campo, con determinadas seguridades, y ese campo es del Estado. Van a tener que tener un régimen cerrado. Estamos trabajando en todo eso.

¿Cuándo comenzaría la producción?
Se va a ir al año que viene. Empezaría a funcionar en marzo de 2015 (cuando termine su mandato).

Hace un tiempo usted tuvo la oportunidad de compartir un viaje breve, entre Argentina y Uruguay, con el Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
¿Qué impresión le dejó esa conversación, cómo visualiza usted la relación entre Uruguay y México?
Nosotros tenemos desde hace años un Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con México. Ese TLC no cambió la historia de nuestra economía, pero se hicieron buenos negocios.

Desde el punto de vista cultural, México (siempre) fue un país de refugio. No son pocos los uruguayos que le tienen un inmenso cariño y respeto a México por los lazos que han dejado. Con el Presidente hablé de esas cosas.

¿Qué le gustaría que mejorara en la relación entre Uruguay y México?
México está muy cerca de Estados Unidos. Sería bueno que los latinoamericanos tengamos la inteligencia de no dejarlo como territorio perdido de nuestra influencia.

En realidad, tenemos que verlo como un país que habla español y puede tener un mayor grado de influencia adentro de Estados Unidos. Eso significa que tenemos que hacer mucho por acercar a Brasil y México.

¿Por qué negoció con Estados Unidos recibir presos de Guantánamo?
Nosotros no negociamos, decidimos darle una mano. Sabemos lo que es la política norteamericana, donde hay mucho viento en contra y siempre hemos estado contra Guantánamo.

Nos parece una barbaridad por lo que significa y lo que simboliza, pero cuando nos encontramos con un Presidente (Barack Obama) que hace años quiere cerrar eso nos pareció que era una causa digna.

Sabemos fehacientemente que hay un montón de gente en Guantánamo que no tienen causa para estar presa, que les están endilgando una causa que no existe.

De paso, también señalamos que sería tiempo de tratar de liquidar el bloqueo con Cuba.

Nosotros decimos lo que pensamos en todas partes, me parece que hay que asumir actitudes activas.

¿Es un camino de paz lo que usted propone?
Es un camino de conveniencia para los pueblos porque no creo que el camino de la guerra le convenga a nadie.

Da apoyo, sobre todo, en la derrota
Ganen o pierdan, el Presidente José Mujica siempre apoya a su selección de futbol.

Así lo demostró el 29 de junio, cuando recibió al equipo uruguayo en el Aeropuerto internacional de Carrasco, luego de ser eliminado del actual Mundial de Futbol de Brasil.

Ahí, indignado como muchos de los uruguayos por la sanción que la FIFA le impuso al delantero Luis Suárez por morder al italiano Giorgio Chiellini, Mujica tildó a los dirigentes de la asociación de «viejos hijos de puta».

La frase dio la vuelta al mundo, pero él no se arrepiente de ella, confesó a REFORMA.

«Se deciden cosas como si existiera un súper poder», exclamó el Mandatario en reclamo a la decisión de la FIFA de prohibirle a Suárez jugar nueve partidos con su selección e ingresar a un estadio de futbol en cuatro meses, ni como aficionado.

«Tan desmedida fue la sanción que la propia FIFA anunció en las últimas horas una rectificación parcial, por decisión propia, antes de que se hubiera presentado la apelación del jugador. (Pero) luego se desmintió a sí misma», dijo Mujica ante lo que consideró falta de seriedad del organismo.

http://www.reforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?Id=280693&v=6

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