Discurso del Presidente de la República de Panamá, Juan Carlos Varela, ante la Asamblea General de la ONU

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Su Excelencia, Sam Kutesa, Canciller de Uganda, electo Presidente de esta Asamblea General.

Su Excelencia, Ban Ki Moon, Secretario General de las Naciones Unidas.

Excelentísimos, Jefes de Estado y de Gobierno.

Señoras y Señores:

Vengo de una región donde en mi juventud se vivieron conflictos muy difíciles, lo que me inspiró a entrar a la vida pública y así poder dirigirme hoy a esta Asamblea General, como Presidente de la República de Panamá, en momentos que el mundo atraviesa conflictos y situaciones muy serias, que todos estamos llamados a enfrentar.

Lo hago en nombre de un pueblo noble, sano, pacífico, al cual desde este recinto le envío un saludo y un fuerte abrazo.

Panamá es un pueblo amante de la paz, que me ha dado la oportunidad de dirigir un gobierno que ha regresado nuestro país a una política exterior de unidad y consensos basada en su posición geográfica y en el mandato de ser una nación defensora de la paz y el bien común de todos los habitantes de este hermoso planeta.

A pesar de los serios conflictos que se viven hoy en el mundo, nuestro continente, América, está en paz.

Los principales desafíos que enfrentamos son: la desigualdad, la lucha contra el crimen organizado, el tráfico de drogas y seres humanos, así como la necesidad de regular los flujos migratorios necesarios en los países con economías más desarrolladas.

Retos que están siendo atendidos por los gobiernos pero que exigen una mayor coordinación.

Los gobernantes debemos entender que para alcanzar y mantener la paz mundial, primero debemos llevar nuestros países por esos mismos senderos.

Por eso, estoy comprometido con la justicia social y el fortalecimiento del Estado de derecho, dirigiendo un gobierno honesto, humano, cercano a la población, que fundamenta su fuerza en el principio que la vida pública es sólo para servir a los demás, poniendo los recursos de nuestro país al servicio del pueblo panameño, la región y el mundo.

Hace 14 años, los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Internacional reunidos en el marco de esta Asamblea General, aprobaron la Declaración del Milenio, que definió la agenda global de desarrollo, para enfrentar una serie de retos comunes y mejorar la vida de nuestros pueblos.

Al margen de cualquier diferencia, los países lograron ponerse de acuerdo, en aquel entonces, para encontrar consensos, a fin de replantear las prioridades de cada Estado, enfocadas en el cumplimiento de objetivos fundamentales para garantizar el desarrollo humano de nuestros ciudadanos.

Hoy, luego de casi una década y media de aquella histórica Declaración, todos los países sin excepción, a través de diferentes gobiernos, hemos logrado avances importantes en el cumplimento de los Objetivos del Milenio.

Sin embargo, muchos de los retos del Milenio no sólo persisten sino que también se han sumado otros, que hacen necesario la construcción de nuevos consensos y objetivos, a nivel regional, hemisférico y global.

Por eso, en nombre del pueblo y gobierno de Panamá, deseo reafirmar nuestro compromiso de ser un Estado facilitador del diálogo, que permita reunir a la comunidad internacional nuevamente, para redefinir la agenda global de desarrollo a partir de 2015.

Desde hace 5 siglos, el istmo de Panamá ha servido como ruta de tránsito de las civilizaciones.

Hoy, nuestro país sigue cumpliendo ese mismo rol y este año, al conmemorar el centenario del Canal de Panamá, ratificamos nuestro compromiso de ser un Estado al servicio de la comunidad internacional, con el Canal, nuestro sistema logístico, puertos, aeropuertos y el corazón abierto a todos los países del mundo.

En este edificio, sede de las Naciones Unidas y en el Canal de Panamá, coinciden todas las banderas del mundo, lo cual es motivo de orgullo y satisfacción para todos los panameños.

Esto hace que seamos un país de convergencia y que sobre nosotros descanse una gran responsabilidad con el pueblo panameño y la comunidad internacional.

Además hemos asumido el reto como Estado de culminar el Proyecto de Ampliación del Canal, el cual haremos realidad con firmeza, determinación y el respaldo de profesionales y trabajadores panameños y de diversas partes del mundo.

Los panameños sentimos una gran responsabilidad de contribuir a la búsqueda de entendimientos para mantener la paz social, promover la seguridad internacional y unir esfuerzos para la solución de los problemas comunes que nos afectan.

Por eso, hoy reafirmamos nuestra vocación de país de diálogo dispuesto a cumplir con esa responsabilidad de unir a las Américas y el mundo, en el marco de la Naciones Unidas y en cada oportunidad que se nos presente de ser mediadores de las diferencias que nos impiden ponernos de acuerdo para enfrentar los nuevos retos del escenario global.

En abril de 2015, nuestro país será la sede de la Cumbre de las Américas y estamos trabajando en este evento para lograr que la Cumbre reúna a todos los Jefes de Estado y de Gobierno del hemisferio, a fin de impulsar la integración y la paz social, con equidad y prosperidad.

Los 193 países del mundo, tienen diferentes sistemas políticos, credos, religiones y culturas que deben ser respetadas. A pesar de esas diferencias, todos enfrentamos desafíos comunes.

Por eso, en la búsqueda del bienestar de nuestros ciudadanos, los gobernantes estamos llamados a encontrar la unidad de criterios para el fortalecimiento de los sistemas multilaterales, los cuales deben ser activados, con toda la fuerza de los Estados, para combatir las amenazas y los problemas comunes.

En medio de los conflictos y las situaciones difíciles a nivel mundial, hay fuertes mensajes de esperanza: Médicos voluntarios de diferentes partes del mundo avanzan a combatir el ébola en África y países diversos se unen con determinación para combatir a terroristas que cometen crímenes atroces contra personas inocentes y amenazan la paz y la seguridad internacional.

Panamá reconoce estos esfuerzos, los respalda y se solidariza con todas las víctimas y con sus familiares.

Estoy convencido que los hombres y mujeres que escogemos la vida pública, tenemos que estar sólo para servir al pueblo que nos eligió y administrar el poder público que nos ha sido otorgado de manera temporal para mejorar la calidad de vida de la población.

La política está llamada a ser una de las expresiones más fuertes de servicio público porque es la búsqueda del bien común.

El mayor legado por el cual lucharé durante los próximos 5 años es dejarle al pueblo panameño una democracia funcional, fortaleciendo el Estado de Derecho y donde los funcionarios públicos sólo se deban al Estado, con instituciones fuertes, rendición de cuentas y sin impunidad para garantizar así gobiernos honestos y transparentes.

Todos los gobiernos tienen la obligación de velar porque los recursos del Estado, se usen exclusivamente para servir a sus ciudadanos y que en todas sus obras y proyectos, se defiendan los intereses de los pueblos.

Comprometido con esa misión y con el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, asumí la Presidencia de mi país el pasado 1 de julio, para instalar un gobierno que continuará el crecimiento económico que vive Panamá, dándole prioridad a la inversión pública que tenga un mayor impacto en la calidad de vida de todos los panameños.

Con un crecimiento económico promedio de 7%, una inversión extranjera en aumento, seguridad jurídica, baja inflación y desempleo, y un sistema democrático consolidado, avanzamos a cumplir con las propuestas por las cuales fui electo.

Durante nuestro mandato:

1. Hemos tomado medidas enérgicas para frenar la especulación en el costo de los alimentos.

2. Estamos trabajando para que todas las familias panameñas tengan viviendas dignas con acceso al agua potable, sanidad básica, acueductos, alcantarillados y plantas de tratamiento de aguas servidas y desechos sólidos.

3. Hemos iniciado proyectos sociales importantes para que nuestros jóvenes crezcan en barrios seguros con oportunidades, mejores empleos, instalaciones deportivas y centros culturales para mantenerlos alejados de la delincuencia.

4. Nuestras escuelas públicas contarán con instalaciones adecuadas y docentes capacitados en el idioma Inglés para impartir una educación bilingüe.

5. Nuestro sistema de protección social permitirá que todos los estudiantes puedan terminar la secundaria y que los adultos mayores puedan vivir dignamente.

6. Nuestros estudiantes tendrán la oportunidad de ir a la universidad o estudiar en nuevos Institutos Técnicos Superiores que los prepararán para obtener los nuevos empleos que está creando nuestra economía en los sectores de logística y turismo, entre otros.

7. Nuestro sistema de salud pública será unificado y los ahorros resultantes se destinarán a fortalecer programas de salud preventiva, garantizando una mejor atención médica, tratamientos y medicinas de primera calidad.

8. Estamos construyendo un sistema de transporte público moderno y eficiente con los nuevos proyectos de las líneas 2 y 3 del Metro de Panamá, para así mejorar la calidad de vida de la población.

9. Desarrollaremos el turismo y fortaleceremos la conectividad aérea desde y hacia las principales ciudades de Estados Unidos, Canadá, América Latina, el Caribe y Europa.

Y protegeremos nuestros sistemas logístico y financiero, para evitar que sean utilizados por el crimen organizado y las bandas criminales, a las cuales enfrentaremos con toda la fuerza del Estado para derrotarlas y mantenerlas alejadas de nuestra juventud y de nuestros barrios.
Nuestro gobierno trabajará sin descanso a fin de preparar a nuestros jóvenes para que sean ciudadanos responsables del mundo y cuiden nuestros recursos naturales para garantizar un desarrollo sostenible.

Trabajaremos en estrecha colaboración con el sector privado y la sociedad civil para cumplir todas estas metas de Estado, los objetivos del Milenio y los nuevos retos de la agenda global.

Vivimos en un mundo diverso, con diferentes culturas, religiones y sistemas políticos, pero en el bienestar de nuestros ciudadanos podemos siempre encontrar la unidad.

Esa fue la fórmula exitosa para aprobar la Declaración del Milenio y será la clave para definir y cumplir la agenda a partir de 2015.

En Panamá cuentan con un país respetuoso, dispuesto a servir como puente para alcanzar esos entendimientos, basados en el respeto a la diversidad, la tolerancia, el pluralismo y los derechos humanos.

Pero sobre todo, tengan la certeza que en Panamá cuentan con un gobierno de hombres y mujeres, respetuosos de las leyes, dispuestos a compartir experiencias, aprender de las mejores prácticas y contribuir a la paz mundial, al desarrollo socio-económico y al bienestar de todos los pueblos.

Quiero terminar, compartiéndoles una frase que me acompaña desde mi juventud:

“Llegó el momento de poner nuestra capacidad al servicio de los demás”.

Que Dios nos de la fortaleza para seguir construyendo juntos un mejor porvenir para nuestros ciudadanos y las futuras generaciones.

Muchas gracias.

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