Viviana Ponieman, artista argentina, presenta en México la exposición Puente de la memoria: paisaje herido

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Hacer memoria en Argentina implica recordar no sólo los estragos de la dictadura, sino reconocer sus secuelas en el cuerpo social, dice la artista Viviana Ponieman (Buenos Aires, 1956), quien presenta en México la exposición Puente de la memoria: paisaje herido.

La muestra, que forma parte de la Cátedra Abuelas de Plaza de Mayo, se presenta en el Foro R-38 de la Universidad del Claustro de Sor Juana (calle San Jerónimo, Centro Histórico) y terminará el 20 de noviembre.

En entrevista, Ponieman explica que la memoria es la sangre del tiempo, porque «si una sociedad no sabe qué sucedió, no puede ver hacia el futuro. Estamos buscando el ADN de los sueños rotos, de la memoria extraviada, silenciada, exiliada».

La exposición es una etapa más de su proyecto Puente de la Memoria que presentó en 1996, en Argentina, que incluye una intervención urbana de telones pintados, instalados sobre los postes de luz en la avenida De Mayo.

La propuesta que une imágenes de lugares, rostros de mujeres que forman cadenas humanas por las calles de Buenos Aires, de jóvenes en las universidades, con sonidos superpuestos del pasado que emerge sobre el presente es una especie de mapa de la memoria, de territorio tatuado por las heridas.

Puente de la memoria permite la comunicación entre víctimas y un colectivo ausente. La artista evoca el imaginario cultural de los años 70, que fue secuestrado y se extinguió junto al cuerpo de los desaparecidos.

«Es una manera de resanar las heridas para construir un futuro distinto. Necesitaba trabajar con el pasado y el arte; es una forma de que duela menos; también es un puente de conexión para las nuevas generaciones.»

Fragmentos incandescentes

La artista parte de su experiencia personal, pues en esa época asistía al colegio universitario del cual desaparecieron miles de estudiantes. «Hubo un momento en que la tragedia pública pasó a ser privada, porque era peligroso; en esta exposición mi idea es sacarla de nuevo a la luz, recuperar la palabra y reconocernos con los otros. Mi idea era salir de los grupos de derechos humanos y de las generaciones para que todos puedan hablar de esto».

Las fotografías de archivo de la agencia de noticias Télam de la República Argentina, un video e imágenes captadas por la artista expresan las visiones y tensiones del pasado y del presente. «Busco los rastros de lo que fuimos, recojo los pedazos y con esos fragmentos incandescentes imagino una poética que nos permita abandonar el naufragio, recuperar la identidad de los 400 nietos que nos faltan y así también la nuestra».

La muestra incluye una fotografía del Guernika, que para la artista es el Nunca más, un símbolo que protege una vida sin justicia y sin memoria. «Es también una alerta y un reconocimiento al juez Garzón y como un acto de justicia poética también intento recorrer el camino de signo inverso al plan cóndor».

Ponieman crea un diálogo entre las imágenes de archivo de la historia reciente de Argentina, con su poética de la memoria.

La Jornada

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