Uruguay y los Tratados de Libre Comercio con EEUU y la UE: esta película ya la vimos – Por E. Camín

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En una exposición en el World Trade Center, organizada por la Cámara de Comercio e Industria Uruguayo- Alemana, el 18 de marzo 2015, el ministro uruguayo de Economía y Finanzas, Danilo Astori, llamó la atención sobre el nuevo contexto regional e internacional, ya no tan favorable a los intereses uruguayos.

Criticó una vez más el Mercosur y su funcionamiento. “Hay complicaciones a escala global y muy importantes a escala regional, no solo en economía, sino también en el ámbito político. En ese marco, Uruguay debe enfrentar desafíos fundamentales que significan seguir trabajando con políticas activas en la estructura productiva del país”, aseveró el jerarca.

En relación a la situación de la economía brasileña, estancada y en devaluación, Astori indicó que la siguen “con mucha atención”. “Uruguay ha venido practicando políticas macroeconómicas que a pesar de las dificultades regionales y mundiales lo ha posicionado razonablemente bien. Obviamente, no hemos escapado a la desaceleración en materia de producción y exportaciones, pero Uruguay va a seguir por el camino de las políticas practicadas hasta ahora. Deseamos con mucha intensidad que Brasil pueda superar las dificultades y los desequilibrios”. El ministro añadió que el país debe estar tranquilo ante la diversificación de mercados que ha practicado últimamente. uru danilo Astori2

Astori destacó la importancia de consolidar la inserción internacional, en la cual la región es parte clave para alcanzar ese objetivo. Sin embargo, criticó el devenir del Mercosur y lo que ha significado para la región desde que se creó en 1991. “Está pasando un muy mal momento, el peor desde que se creó”, aseguró. Dijo que debe buscar las vías de negociación para “trascender ese proyecto”. “Nunca podrá ser la estación terminal, sino la plataforma de lanzamiento” para concretar acuerdos como el que se busca con la Unión Europea, y/o los Estados Unidos.

Un poco de historia
La historia no hace más que repetirse, ya lo advertimos antes de que este gobierno entre en función. La agenda ya está trazada y no es más que la consecuencia de la iniciativa negociada por el presidente Tabaré Vázquez y el ex presidente G.Bush. Recordaremos que en 2006 y cuando ambos países se disponían a negociar un TLC, el entonces presidente Tabaré Vázquez dijo en el Foro de las Américas en Montevideo que «a veces, el tren pasa una sola vez».

uru danilo Astori y tabareY en esa ocasión la interna del Frente Amplio, sumada a la férrea oposición que ejercieron los gobiernos de Brasil y Argentina, llevó a que Uruguay no tomara ese tren. En la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) afirmaron a la prensa que el Congreso habilitará otra vez la vía rápida para negociar acuerdos de tipo TLC y que Uruguay es un buen candidato para ello.

En el Departamento de Comercio transmitieron que Uruguay tiene buena imagen en el gobierno estadounidense y que hay expectativa positiva por una cumbre presidencial entre José Mujica y Barack Obama, y que un TLC con un país del Atlántico sería una buena señal. Poco tiempo después Uruguay inicio algunas tratativas hacia la Alianza del Pacífico -donde de candidato a observador quería pasar a ser candidato a miembro- junto a México, Colombia, Perú y Chile.

Todos ellos tienen un TLC con EE.UU. y son una puerta de salida hacia Asia. Pero, el país ya chocó en el pasado con resistencias internas a nivel político y del Mercosur, que le ha recordado que «solamente el bloque puede hacer (un) acuerdo (…) porque somos una unión aduanera».

¿Quien nos protege de los inversores?

El ALCA no es, ni ha sido un proyecto de integración, ni siquiera podemos definirlo un acuerdo de libre comercio, sino un conjunto de normas relativas a inversiones, que incluye el uso de la tierra, servicios y política industrial. Se trata de un instrumento que dispone un espacio de libre circulación de capitales y de recursos estadounidenses, asegurando el “trato nacional” a los mismos en cada país integrante de la zona y que deriva al ámbito de la OMC la consideración y el tratamiento de las medidas proteccionistas que impuso Estados Unidos.

No obstante hoy es normal encontrarnos con afirmaciones provenientes de distintos ámbitos de las ciencias sociales, que actúan como los nuevos referentes de la vida política y social de nuestros países. Creando un manto adulador donde surgen los mecanismos de explicación psicológica, que nos indican que la felicidad completa, es decir el placer y la eliminación del sufrimiento terrenal, se manifiesta cuando participamos de los beneficios derivados del progreso de la dinámica mundializadora.
Por eso entendemos y es a la vez una tarea ineludible, informar a la sociedad civil como actor principal de este proceso.

Hay en nuestro país demasiados prejuicios, muchas aptitudes equivocadas que revisar. No queremos actuar sólo de profetas de mal agüero. Deseamos aportar nuestra modesta pero al fin de cuenta nuestra honrada contribución, ya sea abriendo los espacios a la discusión de esta temática donde está en juego nuestra soberanía, consientes además que este rol lo venimos haciendo desde hace mucho tiempo en estas páginas.

Cabe preguntarse ¿por qué necesitan ser “protegidas” las inversiones de grandes potencias en países del Tercer Mundo y recíprocamente? ¿Qué se juega Uruguay en esa “protección”?

La nueva configuración del orden mundial, que ha logrado internacionalizar las relaciones de producción en base a la razón instrumental de los grupos económicos transnacionales que administran el flujo de capitales, bienes y tecnología, promueve naturalmente la tendencia a multilateralizar las normas internacionales relativas al trato y protección de las inversiones extranjeras. uru inversiones

Ello en estricta correspondencia con las necesidades de centralización del capital y la ganancia frente al resto de los factores económicos. La voluntad más firme de dar carácter general al régimen de promoción de las inversiones extranjeras, ha sido el recordado proyecto sobre el Tratado Multilateral de Inversiones (AMI), promovido por la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OECD), interrumpida bruscamente en el año 1998 por las propias críticas de los países desarrollados, Francia específicamente, en relación con la excesiva delegación de función legislativa y jurisdiccional que producía a favor de la esfera internacional.

En especial, la delegación de actividad jurisdiccional a favor del Centro Internacional sobre Arreglos de diferencias relativas a Inversiones (CIADI) y de los inversores extranjeros en el proceso de creación de las normas de derecho internacional.

El CIADI depende del Banco Mundial. No podemos ni deberíamos olvidar justamente a la luz de nuestra experiencia el litigio que enfrenta Uruguay con las industrias del Tabaco en particular con Phillips Morris. Es a través de estos mecanismos y normas establecidas con claridad y rigor draconiano que la firma del tratado compone una verdadera constitución política para el capital transnacional.

Las grandes corporaciones se aseguran privilegios extraordinarios que quedan consagrados también como ley internacional – es decir irreversible e inmodificable – equiparadas a los estados soberanos o situados en una posición aún superior a la de éstos en un régimen de libertad absoluta y garantías totales. La garantía del nivel mínimo de trato o trato justo y equitativo como norma del derecho internacional, se desvirtúa en su naturaleza, otorgándole al inversor extranjero la preferencia de sustituir el derecho del Estado receptor por un régimen unilateral de protección de sus inversiones y la garantía de recurrir a un tribunal arbitral internacional que aplica en primer término el régimen unilateral protectorio de la inversión.

Este propósito vertebral de proteger a las inversiones extranjeras de los efectos generales que nacen de la política económica de los Estados nacionales, otorgándoles la libertad de definir las relaciones de producción a nivel mundial con independencia de las necesidades del mercado interno, está expresamente contenido en las cláusulas de estabilización –stabilization clauses– por las cuales los Estados receptores de la inversión se comprometen a no modificar su legislación sin la correspondiente indemnización. Esta garantía apunta a otorgar las máximas seguridades, la máxima libertad y una autonomía total de las empresas transnacionales y a los inversores en general.

Las fábulas adivinatorias de los TLC pretenden ganar prestigio porque no hay pronosticador que, dándoles vueltas no pueda decir con ellos cuanto quiera. Tantos medios hay de interpretación, que un economista de espíritu ingenioso como el uruguayo no puede dejar de hallar en cualquier tema de economía globalizada algo que le sirva a sus propósitos. Por eso en un uso tan antiguo y frecuente, se ve siempre un estilo dudoso y nebuloso.

Estos son los caminos, por donde la evidencia penetra en el templo de la mente humana, descalifiquemos a lo que tenemos, que lo otro viene solo. Más aun cuando la prensa objetiva y seria prestan sus espacios a los defensores del capital transnacional globalizado, cuya teoría y praxis social lo presentan como la manera más adecuada para completar la inserción de las economías atrasadas o dependientes del mercado mundial.

Así por principio de globalización no cabrían proyectos contrarios fundamentados en el mantenimiento de identidades culturales al margen del mercado mundial, sin quedar de espaldas al mundo como proclama alto y fuerte nuestro Ministro Astori.

*Periodista uruguayo, fue director del semanario Siete sobre Siete y colaboró en otras publicaciones uruguayas y de America Latina. Corresponsal en Naciones Unidas y miembro de la Asociacion de Coresponsales de prensa de la ONU. Redactor Jefe Internacional del Hebdolatino en Ginebra. Miembro de la Plataforma Descam de Uruguay para los Derechos Economicos sociales y medio ambientales. Docente en periodismo especializado sobre Organismos Internacionales.

*Periodista uruguayo, fue director del semanario Siete sobre Siete y colaboró en otras publicaciones uruguayas y de America Latina. Corresponsal en Naciones Unidas y miembro de la Asociacion de Coresponsales de prensa de la ONU. Redactor Jefe Internacional del Hebdolatino en Ginebra. Miembro de la Plataforma Descam de Uruguay para los Derechos Economicos sociales y medio ambientales. Docente en periodismo especializado sobre Organismos Internacionales.

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