Así son los nuevos ministros de economía que pueblan América latina – Por Rogelio Núñez

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

En 2015 están llegando a los ministerios de Economía y Hacienda una serie de nuevos ministros que simbolizan toda una declaración de intenciones en pro de la ortodoxia y la generación de confianza. Se trata de figuras nuevas como Joaquin Levy en Brasil o Rodrigo Valdés en Chile, o un viejo conocido en Uruguay: Danilo Astori.

En realidad, estos nombres buscan, en primer lugar, dar una buena imagen y transmitir confianza a los mercados internacionales.

Y en segundo lugar, tender puentes con el empresariado nacional para afrontar de manera coordinada los nuevos tiempos de desaceleración y de viento que ya ha dejado de ser de cola.

De Levy a Valdés pasando por Astori

Esta nueva tendencia la inició Dilma Rousseff cuando, tras ganar la reelección en 2014 con un mensaje de izquierdas, nombró a un ortodoxo (Joaquim Levy) como ministro de Economía. De su parte ha venido todo un conjunto de iniciativas de ajuste y recorte que han hecho bueno su apodo de “Manostijeras”.

El nombramiento de Levy tuvo un doble objetivo, interno (combatir la inflación) y externo como él mismo reconoció: “Sin ajuste fiscal se dispara el riesgo de perder el grado de inversión”.

Y así, seis meses después, la gestión de Rousseff se apoya en dos pilares: Michel Temer en el ámbito político y Levy en el económico.

De forma similar, en Uruguay, el nuevo presidente, Tabaré Vázquez, inauguró su nueva administración marcando diferencias con su antecesor y compañero de partido, José Mujica.

Por eso, situó a Danilo Astori en el ministerio de Economía por su perfil moderado y ortodoxo.

El ministro nada más asumir anunció que “las actividades de los organismos multilaterales deben tener en cuenta el carácter distintivo en lo económico, financiero y social de cada país y región”, y planteó la necesidad de atender la ambiciosa agenda de infraestructura convocando a los organismos de apoyo al sector privado en consonancia con las líneas de “prudencia” y “responsabilidad” en materia de política fiscal.

Esta semana, Michelle Bachelet ha mandado un mensaje claro a los mercados internacionales y al empresariado chileno nombrando a Rodrigo Valdés al frente del ministerio de Hacienda en lugar del bacheletista Alberto Arenas.

Las reacciones han sido positivas en el empresariado como el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alberto Salas: “Es fundamental fortalecer la relación de confianza entre todos los actores sociales e ir despejando las incertidumbres pendientes, de manera de mejorar las expectativas, para así aumentar la inversión, el crecimiento, el empleo y el bienestar para todas las personas”.

Y entre los analistas. “Rodrigo Valdés (…) sin duda tiene muchas más redes y conexiones con el mundo empresarial, que va a permitir de alguna manera destrabar esa relación congelada (con el empresario) y mejorar la sensación de progreso económico”, dijo Roberto Izikson, cientista político de la encuestadora Cadem.

Este camino que se ha emprendido en Brasil, Chile y Uruguay ya fue iniciado con antelación por Enrique Peña Nieto en México y Juan Manuel Santos en Colombia, ambos en 2012.

En su caso, el líder priista situó en la Secretaría de Hacienda a su mano derecha, Luis Videgaray. Este no solo encabezó en 2013 una reforma fiscal sino que en 2015 ha liderado el actual ajuste

“Los mexicanos tenemos que ajustarnos ante una nueva realidad. Si de preservar la estabilidad de la economía se trata, tenemos que reaccionar ante este fenómeno con responsabilidad y entender que no enfrentamos una situación transitoria, sino de características permanentes y, por lo tanto, reaccionar ante un choque permanente de ingresos- reduciendo los gastos”, ha anunciado el propio Videgaray.

Por su parte, el colombiano Mauricio Cardenas defiende la disciplina fiscal y una política monetaria responsable: “La disciplina fiscal nos ha permitido mejorar nuestra calificación crediticia, además de reducir el costo de la financiación y la realización de proyectos que ahora se consideran viables desde el punto de vista financiero”.

Los nuevos ministros que vienen

En los próximos meses todo indica que vendrá una nueva hornada de ministros de Economía y Hacienda que van a seguir la senda de los arriba citados en la búsqueda congraciarse con los mercados internacionales a la vez que luchan contra las consecuencias de la ralentización.

Así, el final del kirchnerismo traerá aparejado la caída de Axel Kicillof. Una victoria de Mauricio Macri pondría en economía a un hombre claramente liberal.

La victoria de Massa colocaría en esa posición a Roberto Lavagna y si la victoria fuera de Daniel Scioli el elegido respondería a un perfil mucho más moderado.

Lo mismo cabe especular si la victoria en las presidenciales de Perú fuera de Alan García, Keiko Fujimori o Pedro Pablo Kuzcinsky.

Por contra, nada indica que en Venezuela vaya a haber un golpe de timón ni tampoco en Ecuador donde Rafael Correa es quien inspira la política económica.

Todos ellos afrontan una nueva situación económica en la región que como señalara José Juan Ruiz en El País, tiene el riesgo de que “si el sector público no puede dinamizar a corto plazo la economía, el gran tema será cómo combinar la revolución ciudadana con el relanzamiento del mercado y del sector privado. Si en ese encuentro prima el pragmatismo, la recuperación puede ser muy rápida. Si la ideología se impone, los costes serán elevados. Tanto que quizás Cole Porter ceda ante Gardel. A “volver con la frente marchita”. A “vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez”.

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