Con un nuevo secretario general, la OEA arranca su 45ª Asamblea General

QUI17 - QUITO (ECUADOR) - 06/06/04 - Vista general de la inauguración de la XXXIV Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizada la noche de hoy, domingo 6 de junio, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura en Quito. EFE/Guillermo Legaria
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Los titulares de Exteriores del continente se reúnen hoy en la primera jornada de la 45ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que este año será atípica al centrarse en la renovación del organismo y celebrarse en la sede de Washington tras la renuncia de Haití.

Al no haber país anfitrión, el tema de este año será “el presente y el futuro de la OEA”, es decir, la profunda reforma reclamada desde hace años desde dentro y fuera de una organización cuya relevancia ha quedado mermada frente al ascenso de otras alianzas regionales.

El tema de la renovación, propuesto por la Misión de Uruguay, es también la bandera con la que Luis Almagro, excanciller de ese país, asumió el liderazgo de la OEA el 26 de mayo, un compromiso que rubricará en su primera Asamblea General como secretario general.

En un encuentro sin declaración final, ya que ese texto se deriva del tema propuesto por el país anfitrión, el acuerdo más importante será una resolución ya pactada por la que la Asamblea, el máximo órgano de la OEA, entrega al Consejo Permanente la potestad para ejecutar reformas en la Secretaría General.

En ese documento se insta también a los países miembros a que “trabajen para mitigar las vulnerabilidades financieras” de la organización, es decir, que cumplan con el pago de sus cuotas, de las que Venezuela, Brasil y Argentina acumulan los mayores retrasos.

Más allá de los discursos públicos, los consensos sobre cómo materializar la renovación del organismo se fraguarán en las reuniones privadas que mantendrá Almagro en la Asamblea con el conjunto de delegaciones de los 34 países miembros activos, explicaron fuentes diplomáticas.

Estados Unidos ha dicho que espera que al margen de la Asamblea, en los encuentros bilaterales, se aborden las crisis políticas en Venezuela y Guatemala, temas que no figuran en la agenda formal.

La posible vuelta de Cuba a la organización, tras levantarse su suspensión en 2009, tampoco forma parte del calendario oficial y EE.UU. no espera “nada sustantivo” sobre este asunto en el marco de la reunión continental, según explicó el viernes una alta funcionaria del Departamento de Estado.

La reintegración de Cuba, el único de los 35 países del continente americano que no participa en la OEA, es uno de los objetivos clave del mandato de Almagro, quien durante su etapa como canciller (2010-2015) forjó buenas relaciones con el Gobierno del presidente cubano, Raúl Castro.(2010-2015).

Sin embargo, según todas las fuentes consultadas, nadie prevé que esta Asamblea sirva para avanzar en ese sentido, puesto que se considera que el siguiente paso debe venir del Gobierno cubano, que hasta ahora no ha mostrado ningún interés.

Peticiones de la sociedad civil

Luis Almagro recibió ayer peticiones para pronunciarse sobre la situación en Cuba y Venezuela, en una jornada de diálogo con la sociedad civil donde también hubo un tenso debate sobre la agenda progresista que impulsó en Uruguay.

Almagro dijo que la organización debe “entonar un mea culpa” por haber excluido a Cuba durante 47 años y prometió que en su mandato intentará resolver las deudas de la institución en relación al país caribeño.

“La OEA no puede basarse en ningún tipo de exclusiones y menos de países cuando buscan su camino a través de su pacto social”, sostuvo Almagro, tras escuchar las intervenciones de activistas cubanos.

“En mi país hace casi 70 años que no se celebran elecciones libres y plurales. Quiero preguntarle, ¿está usted a favor del derecho a decidir de los cubanos?”, preguntó a Almagro Rosa María Payá, activista cubana e hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá.

Almagro evitó responder directamente a esta cuestión pero sí hizo reflexiones generales, sin citar países, con posibles lecturas tanto para la situación política en Cuba como para la crisis en Venezuela, sobre la que otros activistas le pidieron que actúe. “No hay peor corrupción que suspender unas elecciones, porque le están sacando al pueblo lo más fuerte que tiene: la capacidad de decidir”, añadió.

El Mundo

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