Juan Manuel Santos, presidente de Colombia: «La paz con las Farc no significará una paz total»

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Por Nick Miroff

El Presidente Juan Manuel Santos, habló desde la Casa de Nariño con el periodista Nick Miroff, del diario estadounidense, The Washington Post.

En esta entrevista, el jefe de Estado se refiere a lo que significó el reciente ataque del Eln para los acercamientos que se han hecho con este grupo ilegal; su primera impresión de ‘Timochenko’; el papel que desempeñará Estados Unidos en el posconflicto colombiano.

El lunes, 11 soldados y un oficial de la Policía fueron asesinados por un ataque del Eln. Si usted firma el acuerdo de paz con las Farc, eso no significará que habrá paz para Colombia, ¿cierto? 

Presidente: Va a significar paz con el grupo que es sin duda alguna el más importante, pero dejará aún al Eln, organización que es mucho más pequeña y tiene una capacidad menor de crear problemas. Pero es verdad, la paz con las Farc no significará una paz total.

¿Cuándo tendrá Colombia esa paz?

El Eln nos ha pedido que abramos negociaciones formales con ellos. Es un proceso, y no hemos llegado a acuerdos en todo. Pero así es también con las Farc. Queremos asegurarnos de que cuando hagamos un anuncio público, el camino para terminar el conflicto armado esté completamente despejado. Estamos cerca, pero aún no estamos ahí.

¿El ataque de esta semana representa un retroceso?

No. No hay un cese al fuego y la guerra continúa, así como continúa con las Farc hasta que alcancemos un punto en el que el cese al fuego sea posible.

El fin del conflicto con las Farc va a ser un evento muy simbólico, y para muchos colombianos, un momento imborrable. ¿Cómo debería ser? Es muy importante para las Farc que no se maneje como una rendición.

Presidente: Bueno, estamos tratando de pensar esto en términos creativos. Tenemos a muchas personas dedicadas a esto, artistas y otros. No queremos que sea algo que “el Gobierno” hace. Queremos que sea una paz que involucre al país entero.

¿Qué significa el “país entero”?

Presidente: El país entero necesita ver esto como un momento histórico para nuestras vidas, como una Nación y como una oportunidad de unirnos para construir un nuevo futuro.

¿No tiene que ser una ceremonia militar?

Estamos escuchando propuestas.

¿Y las Farc podrían entregar sus armas a una tercera parte o a un veedor internacional, como Naciones Unidas?

Posiblemente, sí.

Cuando usted se dio la mano con Timochenko, en La Habana, Cuba, el pasado 23 de septiembre, fue la primera vez que usted lo conoció. ¿Cuál fue su impresión?

Él es mejor persona de lo que me imaginé. Un hombre sencillo, con buenas intenciones, y también muy ágil (risas). En el último momento trató de cambiar uno de nuestros acuerdos, pero lo hizo con una sonrisa.

¿Qué rol desempeñó Estados Unidos para ayudar a Colombia a llegar a este punto? ¿Cuál debería ser el papel de éste país en un escenario de posconflicto?

El rol de Estados Unidos ha sido esencial. Una de las primeras personas a las que le conté hace cinco años (cuando las negociaciones con las Farc comenzaron) fue al Presidente Obama. Los Estados Unidos nos han acompañado a lo largo de todo el proceso. Cuando el Plan Colombia empezó en 2000, nosotros estábamos a punto de ser declarados un Estado fallido. Puedo decir sin duda alguna que ha sido la política exterior de Estados Unidos, más exitosa en las últimas décadas. El proceso de paz es tan sólo la estocada final.

¿Qué necesitará Colombia de Estados Unidos una vez se firme el acuerdo de paz?

Presidente: Cuando el conflicto armado termine, necesitaremos un Plan Colombia que contribuya a consolidar la democracia en zonas en las que el conflicto ha estado presente, para que nos ayude con la sustitución de cultivos (reemplazar el cultivo ilegal de coca y otros narcóticos). Con –relativamente- pocos recursos, los beneficios pueden ser enormes.

Todos los que siguen este proceso hablan de lo complicado que es. Su trabajo es decirles que no es así, ¿verdad?

Es un proceso complicado, muy complicado. Los costos políticos han sido grandes. Me advirtieron hace cinco años que hacer la paz era totalmente diferente de lo que yo había hecho hasta el momento como ministro de Defensa. Cuando fui ministro de Defensa, fui muy popular, y ahora que soy presidente soy impopular porque estoy tratando de hacer la paz. Es mucho más fácil hacer la guerra y conseguir trofeos. Pero este es un camino más satisfactorio.

Y el vaticano lo apoya.

La última vez que hablé con el papa Francisco, me dijo, “Presidente Santos, usted es la persona por la que más oro estos días.” Y yo le dije, “Oh-oh,” creo que eso significa que realmente tengo problemas grandes (risas).

¿Cuál es el obstáculo más grande que hay frente al acuerdo con las Farc?

Lo inesperado. Un asesinato podría desviar el proceso. Hay muchos ejemplos en el mundo de personas que hacen locuras porque quieren que la guerra continúe.

¿Como (el asesinato del primer ministro de Israel) Yitzhak Rabin?

Sí. Hay una frase que aprendí de Rabin: “Luche contra el terrorismo como si no existiera un proceso de paz, y luche por conseguir la paz como si no hubiese terrorismo.” Eso fue lo que hice con las Farc, y eso es lo que haré con el Eln.

CM y Noticias

 

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