En 2015 la isla mantuvo la mortalidad infantil más baja de América Latina

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Cuba logró por octavo año consecutivo una tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos, que ratifica a la isla en la vanguardia de América y entre las primeras 20 naciones del mundo.

Cifras preliminares de la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud indican que durante 2015 ocurrieron 125 mil 64 nacimientos y 535 defunciones en niños menores de un año, para una tasa de mortalidad infantil de solo 4,3 decesos por cada mil bebés nacidos vivos.

De acuerdo con Roberto Álvarez Fumero, Jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública, las principales causas de muertes en menores de un año fueron las afecciones perinatales, fundamentalmente por consecuencia de nacimientos pretérminos, seguidas de las infecciones congénitas o adquiridas.

Las malformaciones congénitas constituyen la tercera causa, pero se reduce el número de defunciones y mantiene por segundo año consecutivo una tasa en 0,9 por cada mil nacidos vivos, la más baja de la historia, explicó el experto a la prensa nacional.

Otros importantes indicadores sobre el estado de salud infantil se consolidan en la isla, como la tasa de mortalidad del menor de cinco años, considerado el principal índice de progreso en el bienestar infantil, con 5,7 por cada mil nacidos vivos, manteniéndose por cuarto año consecutivo por debajo de seis.

Datos del Grupo Interinstitucional para las Estimaciones sobre Mortalidad de las Naciones Unidas publicadas en el Estado Mundial de la Infancia 2015, ubican a Cuba entre los primeros 40 países con más bajo indicador.

Asimismo, durante 2015 se redujo la tasa de mortalidad preescolar de 3,8 a 3,6. La mortalidad escolar tiene tasa de 1,9 por cada mil habitantes de la edad. Mientras, la supervivencia de niños a los cinco años de edad se mantuvo en 99,4 por ciento.

Tras esos logros está el esfuerzo, dedicación, talento y responsabilidad de los profesionales cubanos de la salud, desde los consultorios del médico de la familia hasta los servicios hospitalarios.

Decisivas también son las salas de cuidados perinatales, unidades de neonatología y de terapia intensiva pediátrica, la red de genética médica, de cirugía neonatal y atención cardiopediátrica.

Para muchos estudiosos, los éxitos en salud infantil de Cuba expresan el acceso universal a la salud y el desarrollo social inclusivo y humano, gracias a la prioridad del Estado a la atención del pueblo.

No en balde, la nación caribeña alcanzó la validación por la Organización Mundial de la Salud como el primer país del planeta en eliminar la transmisión materno-infantil de VIH-Sida y sífilis congénita, en uno de los resultados más relevantes de la ciencia cubana en la esfera de la salud durante el pasado año.

Recientemente, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reconoció los logros de la mayor de las Antillas en materia de atención a la niñez, al divulgar los resultados de una encuesta sobre Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS), como parte de una pesquisa a más de nueve mil hogares cubanos.

La representante de Unicef en la isla, Anna Dâ�ÖEmilio, manifestó que son bien conocidos los avances que Cuba atesora en lo referido a la defensa de los derechos de los niños y resaltó los éxitos del país sobre todo en el ámbito sanitario y educativo.

Para expertos en temas de infancia y adolescencia esos resultados son posibles gracias a la amplia cobertura de las políticas sociales aplicadas por la Revolución cubana en los servicios básicos.

El cuidado de ese grupo etario comienza en Cuba desde que el infante está en el vientre de la madre, mediante el Programa de Atención Materno Infantil, que constituye una garantía de seguridad y protección, además de una excelente cobertura de inmunización que se realiza en todo el archipiélago.

Prensa Latina

 

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