Robaron material y amenazaron a antropólogos que buscan restos de desaparecidos

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La Dirección Nacional de Información e Inteligencia y Policía Científica indagan un llamativo episodio ocurrido en el laboratorio del Grupo de Investigación en Arqueología Forense de la Facultad de Humanidades donde trabajan los expertos que cooperan con la Justicia en las causas por desaparecidos durante la dictadura (1973-1985) en el marco de un convenio entre la Universidad de la República y la Presidencia.

Ayer lunes, tras el asueto de Semana Santa, el equipo de investigadores volvió a su oficina y constató que el lugar había sido violentado y que varios discos duros de las computadoras existentes en el lugar habían sido formateados y que faltaban discos rígidos externos. Allí había información vinculada a causas judiciales que, en muchos casos, no estaba respaldada.

El episodio, que divulgó ayer al mediodía Televisión Nacional de Uruguay, fue confirmado por el decano de la Facultad de Humanidades, Álvaro Rico, mediante un comunicado de prensa.

Según pudo saber El Observador, además del robo y la alternación de los equipos informáticos, también se registró un episodio que fue evaluado como una amenaza hacia los investigadores , ya que en un plano de Montevideo que está colgado en una pared fueron marcados con círculos las zonas de los domicilios de los miembros del equipo que viven en la capital.

Consultado por El Observador, Rico, si bien se excusó de brindar detalles debido a que está en curso la investigación policial iniciada tras una denuncia de la Facultad de Humanidades, dijo que las características del episodio muestran que el objetivo fue «apropiarse de información y hacerla desaparecer».

También se comprobó «el faltante de algún material de archivo que se está contrastando con el inventario para precisar su volumen y características», informó el comunicado de la Facultad de Humanidades. Asimismo, se registró el robo de unos $ 3.000 que los investigadores tenían a disposición a modo de caja chica para cubrir gastos menores. Rico indicó que en las próximas horas la Facultad de Humanidades iniciará una investigación administrativa por lo ocurrido en el laboratorio del Grupo de Investigación en Arqueología Forense.

Sin cámaras y no sonó alarma

A la oficina violentada se ingresa por una entrada ubicada por la calle Paysandú esquina Magallanes, en un acceso independiente a la puerta principal de la Facultad de Humanidades, situada por la avenida Uruguay y Magallanes. Al laboratorio se entra al pasar una puerta con doble cerradura y antes de ingresar hay que traspasar dos rejas. El recinto cuenta con alarma.

Sin embargo, el sistema de alarma no se activó ni tampoco se constató que se haya forzado la puerta ni las rejas, lo que hace pensar que quienes ingresaron al lugar usaron las llaves adecuadas o lo hicieron mediante alguna técnica que les permitió abrir los accesos sin mayores dificultades. El lugar no cuenta con cámaras de vigilancia.

Por lo tanto, hasta anoche no estaba claro cuándo fue que se produjo «el ingreso no autorizado» al laboratorio del Grupo de Investigación en Arqueología Forense, tal como lo definió el comunicado de la Facultad de Humanidades.

Rico dijo que las personas que ingresaron al recinto «sabían lo que buscaban y dónde buscarlo porque no había desorden» en el lugar.

El decano informó que por precaución, documentación que se encontraba en el laboratorio fue enviada a la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia y que se gestionará la contratación de un servicio 222 para que empiece a custodiar la oficina.

Nueva tecnología
El ingreso y robo de información en el laboratorio del Grupo de Investigación en Arqueología Forense de la Facultad de Humanidades se produjo casi al mismo tiempo en que el gobierno anunciara la semana pasada que sumará nueva tecnología para la búsqueda de restos de desaparecidos en predios pertenecientes a las Fuerzas Armadas.

El Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, creado el año pasado por el presidente Tabaré Vázquez, promoverá utilizar un georradar –dispositivo que detecta objetos en el subsuelo–para identificar posibles zonas donde haya desaparecidos. El sistema, que desde ayer está en condiciones de ser utilizado, fue aportado en forma honoraria mediante un acuerdo firmado con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Por otra parte, también la semana pasada el diario El País informó que el papa Francisco transmitió al embajador de Uruguay en el Vaticano, Francisco Ottonelli, su disposición para abrir los archivos de la Santa Sede vinculados a la dictadura uruguaya.

El Observador

Comunicado del Grupo de Investigación en Arqueología Forense de la Facultad de Humanidades: http://es.scribd.com/doc/306197727/Comunicado-FHCE#scribd

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