Puerto Rico: García Padilla declara estado de emergencia por las fallas en el sistema eléctrico

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No hay clases hoy y los empleados públicos entran a las 10:00 a.m.

El gobernador Alejandro García Padilla estimó que hoy, viernes, más de la mitad de los abonados deben tener nuevamente servicio de energía eléctrica.

Sin embargo, anoche, afirmó que solo 390,000 abonados de un universo de 1,475,000 clientes tenía el servicio de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).

A pesar de su expectativa, también planteó que en los esfuerzos por restablecer operaciones plenas “pueden surgir problemas y no quiero crear una falsa expectativa” porque siempre media el factor humano y empleados “cansados” trabajando de forma ininterrumpida.

García Padilla expresó temprano que la Isla ha sido declarada en estado de emergencia ante la crisis provocada por el grave fallo en el sistema de generación de energía. Mientras, reafirmó que de forma preliminar se ha establecido que el colapso en la planta de Aguirre no tiene que ver con mano criminal o sabotaje sino que se trató de una situación accidental.

El mandatario, además, anunció que los estudiantes de las escuelas públicas no tienen clase hoy, viernes, pero los maestros y el resto del personal escolar tiene que reportarse a trabajar «en horario regular», al igual que los empleados de servicios esenciales. “El resto de los empleados públicos deben reportarse a partir de las 10:00 a.m.”, sostuvo.

Por su parte, Javier Quintana, titular de la AEE, elogió al personal que labora para corregir la avería y brindó una explicación técnica de cómo se han ido restableciendo las operaciones de reconexión tras el colapso de dos líneas de 230,000 voltios en la planta de Aguirre.

Al margen de las explicaciones preliminares de Quintana sobre lo ocurrido, conocedores del sistema de generación advierten que un problema severo en la corporación es la falta de experiencia del personal existente y no descartan nuevos apagones.

El presidente de la Unión de Empleados Profesionales Independientes (UEPI) de la AEE, Evans Castro, opinó que el gran apagón que se originó el miércoles a las 2:30 p.m. tras la explosión de un interruptor en la Central Aguirre, podría repetirse.

“Lamentablemente estamos a expensas de que esto siga ocurriendo cada vez con más frecuencia porque el sistema está tan y tan deteriorado, que no hay forma de que nosotros lo podamos mantener sino hacemos lo que tenemos que hacer de manera inmediata”, subrayó Castro.

Dijo que el cuadro actual “es bien difícil porque no solamente el trabajo para restablecer el sistema es costoso, sino porque muchos de los empleados que nosotros necesitamos se nos fueron por la Ley 7, la Ley 66 y por el menosprecio a nuestras vidas de muchos sectores porque el gobierno se ha encargado de echarles la culpa, no a las administraciones, sino a los trabajadores”.

Castro recalcó que el colapso del miércoles se pudo haber evitado, “si le hubiesen hecho caso a los trabajadores de la Autoridad que venimos por años diciendo lo que pasa” en la empresa pública.

“Tanto la UTIER como la UEPI hemos hecho múltiples recomendaciones concretas, pero prefirieron pagarle millones de dólares a Lisa Donahue. Con ese dinero, con $50 millones nos daba para darle mantenimiento a nuestros equipos y evitar este tipo de averías que venimos señalando que de un momento a otro pudiesen haber ocurrido”, indicó.

El líder sindical dijo que en un País donde la economía está tan grave, “es lamentable poner el sistema eléctrico y a un servicio de primera necesidad como el agua a expensas de lo que pueda ocurrir”. Castro recalcó, además, que “es lamentable que tengamos que sufrir este tipo de irresponsabilidad de las diferentes administraciones porque esto es de diferentes administraciones”.

Por su parte, el abogado Carlos Gallisá, miembro de la Junta de Gobierno de la AEE por el interés público, sostuvo que muchos políticos “han demonizado” a los trabajadores de la Autoridad por sus altos salarios y defendió su trabajo en estos momentos.

“Los trabajadores de la UTIER, que tanto critican, son gente que se juega la vida todos los días, conocen el sistema y son una clase obrera altamente adiestrada. Por lo tanto, sus ingresos tienen que ser mayores que los de otra empresa gubernamental”, expresó Gallisá.

“El pueblo tiene que pensar y dejar esa demonización hacia los trabajadores de la UTIER hecha por los políticos para ganar adeptos”, añadió.

Agregó que este apagón fue más grande que el llamado sopetazo de 1980. “Si mal no recuerdo aquella vez (en abril de 1980) fue en gran parte de la Isla, pero hubo sitios donde permaneció el servicio y aquí no, aquí se apagó el País entero”, concluyó

Primera Hora

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