El gobierno denuncia ante la OEA “reiteradas acciones intervencionistas” de Luis Almagro

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Bolivia llama intervencionista a Almagro y EEUU lo defiende

Bolivia denunció ayer el «intervencionismo» del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en asuntos internos de los países miembros, mientras que Estados Unidos defendió su derecho a pronunciarse aunque lo que diga no guste siempre a todos.

El embajador de Bolivia en la Organización de Estados Americanos (OEA), Diego Pary, denunció hoy ante el Consejo Permanente del organismo «las reiteradas acciones intervencionistas» de Almagro y, en concreto, su «interferencia» en la Justicia de su país.

El diplomático expresó el malestar de su Gobierno porque el representante de la OEA en Bolivia, Enrique Reina, haya asistido como observador a las audiencias públicas del líder opositor Samuel Doria Medina, acusado de corrupción.

También molestó a La Paz que el opositor viajara a Washington para reunirse con Almagro y denunciar ante la OEA que es víctima de una persecución política por parte del Gobierno del presidente Evo Morales.

«Bolivia no tolerará ninguna acción de esta naturaleza y responderá con los mecanismos correspondientes», dijo Pary, para llamar después al resto de embajadores «a tomar medidas para que no se repita» algo así, sin concretar al respecto.

Almagro, que está de visita de trabajo en Nicaragua, respondió a través de un mensaje al que dio lectura su secretario general adjunto, Néstor Méndez.

Reina asistió a las audiencias públicas del opositor boliviano «a fin de conocer de primera mano y no por versiones de terceros el desarrollo del proceso judicial», dijo.

«Al ser públicas no es necesaria autorización o invitación alguna y la sola presencia no es una injerencia, sino al contrario, es parte de su buen desempeño para poder informar sin recurrir a otras fuentes. No hay en ello juicio alguno sobre los hechos, lo que no es de su competencia», agregó Almagro en su mensaje.

«Los directores (de las oficinas en los países miembros) informan al secretario general de la situación y en especial sobre los hechos que pudiesen requerir asistencia de la organización, no hay nada que se aparte de sus funciones regulares», añadió.

La explicación no convenció al embajador boliviano, quien en su réplica insistió en que «hay una intencionalidad claramente política» de Almagro al «pagar desde Washington» que su representante en La Paz viaje a Sucre, donde tuvieron lugar las audiencias del opositor.

Bolivia, Venezuela y Nicaragua son los países más críticos con la gestión de Almagro, en el cargo desde mayo de 2015, tanto que en junio de este año llegaron a pedir su renuncia por promover la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Caracas, aunque no han impulsado formalmente un proceso de destitución que requiere el improbable voto a favor de dos tercios de los 34 cancilleres.

Estados Unidos pidió hoy la palabra para defender que Almagro, con base en el artículo 110 de la Carta de la OEA, «podrá llevar a la atención de la Asamblea General o del Consejo Permanente cualquier asunto que, en su opinión, pudiese afectar la paz y la seguridad del continente o el desarrollo de los Estados miembros».

«No creo que lo eligieran para ser una marioneta. No siempre estamos de acuerdo con él y no creo que ninguno hayamos estado de acuerdo totalmente con las acciones de ningún secretario general.

Pero tiene el derecho y la autoridad de decirlo aunque no nos guste lo que dice», indicó la representante estadounidense, Genevieve Libonati.

En su réplica, el embajador boliviano dijo que la postura de EE.UU. «ratifica las sospechas» que ya tenía su Gobierno sobre «los intereses políticos detrás de las acciones del secretario general».

La delegación de Venezuela no tenía previsto tomar la palabra pero lo hizo por «preocupación» tras las afirmaciones de Estados Unidos y recordó que Caracas lleva «un año alertando» de las «extralimitaciones» de Almagro.

El embajador de Haití, Jean-Victor Harvel, intervino para proponer «un debate» sobre si Almagro tiene o no derecho a pronunciarse sobre asuntos de los países miembros dado «el malestar que existe» en el Consejo Permanente al respecto.

El representante argentino, Julio César Ayala, secundó la propuesta de Haití pero pidió que el debate se haga primero en un «ámbito más informal» que el Consejo, aunque luego pueda volver a esta instancia, que reúne a los embajadores de los 34 países miembros.

El diplomático dijo que es «necesaria la coordinación del accionar» de Almagro con los Estados miembros y que su país «cree fervientemente en que lo que se debe favorecer es el diálogo y el entendimiento», por lo cual apoyó la propuesta del debate.

La delegación boliviana acogió estas propuestas y la presidencia del Consejo tomó nota de ellas sin poner fecha ni concretar más sobre cuándo y con qué formato se iniciará ese debate.

La Razón

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