¿Y qué pasa con Odebrecht? – El Nacional, Venezuela

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

En un editorial de El Tiempo, de Bogotá, (que aparece en esta misma página) se recorre la trama colombiana del escándalo de la empresa brasileña de construcción Odebrecht. Para fortuna del presidente Santos, ya se logró atrapar a dos de los participantes más sobresalientes entre la cadena de corruptos que siempre existe en estos casos. Uno de ellos es el ex viceministro de Transporte, Gabriel García Morales y otro el ex senador Otto Nicolás Bula, vinculado a sobornos millonarios en dólares.

Pero la cadena latinoamericana de sobornos por parte de Odebrecht no se detiene en Colombia, sino que se extiende por Ecuador, territorio del pulcro y manos limpias señor Correa, especialista en demandar diarios y medios de comunicación en general si se le menciona. Hasta ahora las investigaciones en suelo ecuatoriano están en marcha, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que alguien intentó ganarse un dinerito en dólares de parte de los brasileños aunque la jugada, al parecer, falló y los contratos fueron retirados.

Por su parte, de acuerdo con una información de la agencia Efe, también el ex presidente peruano y antiguo oficial golpista, el señor Humala, ha sido acusado “por haber supuestamente recibido dinero del fallecido ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para su campaña electoral en el año 2006”, así como también, según dicen, le entró un dinerito “de las empresas Odebrecht y OAS para la campaña de 2011”. Estas últimas son brasileñas y financieras del viejo bellaco Lula da Silva, caído en desgracia junto con sus cómplices de izquierda y de derecha, que en este mundo corrupto los dólares alcanzan para todos por igual, así que hagan cola y no empujen.

Siguiendo con los pormenores de esta historia que la agencia Efe lleva adelante con singular eficacia, aparece en la lista la República de Panamá, donde el contralor Federico Humbert cree que no solo Odebrecht pagó sobornos en ese país para obtener contratos públicos sino que existe un “esquema de corrupción que seguramente involucró a múltiples empresas”. Desde luego que nadie puede poner en duda que si una empresa transnacionaliza el soborno como una parte indispensable de su esquema de negocios, lo lógico es que no se detendrá hasta que la atrapen con las manos en la masa.

Y eso fue lo que ocurrió. Según la Fiscalía, Odebrecht se comprometió a “entregar en un breve plazo los primeros 59 millones de dólares a Panamá como fondo de garantía mientras se investigan sus sobornos en el país”, de acuerdo con la agencia noticiosa que venimos mencionando. Estos ya famosos 59 millones de dólares han saltado a la palestra a raíz de “un informe revelado en diciembre pasado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, según el cual esos fondos fueron pagados por Odebrecht en Panamá como coimas entre 2009 y 2014”, cuando gobernó el taimado Ricardo Martinelli.

Esta historia da para mucho más y volveremos a referirnos a ella siempre citando fuentes informativas serias y profesionales para evitar que el malandraje madurista, cobarde al fin, no acepte su responsabilidad. De la Contraloría Familiar de la República el ciudadano no espera mucho, pero tanto del Ministerio Público como de la Fiscal sí es posible una acción que le pare el trote a los corruptos. Civiles y militares, que de todo hay.

El Nacional

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