Ernesto Samper, ex secretario general de Unasur: “El mejor interlocutor a nivel internacional (para Venezuela) sería Naciones Unidas”

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Por María Paz Salas.

Durante su último año como secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper fue especialmente cuestionado por su postura frente a la crisis venezolana. El ex Presidente colombiano (1994-1998) fue tildado de ser “blando” con el mandatario Nicolás Maduro y también recibió críticas por parte de la oposición venezolana tras el intento de diálogo que lideró la organización, y que se quebró en octubre de 2016. Desde la instalación de la Asamblea Constituyente a comienzos de agosto y ya fuera del organismo regional, Samper ha endurecido su postura frente al Ejecutivo de Maduro, pero ha insistido en que el diálogo es la única salida. En esta entrevista por escrito con La Tercera el ex mandatario aseguró que “aún hay opciones para el diálogo”.

¿Cómo ve la situación en Venezuela tras la salida de la ex fiscal Luisa Ortega del país?

La situación no es fácil porque las salidas que van quedando son salidas de facto, todas desechables, una guerra civil en las calles, una invasión norteamericana, un golpe de Estado. A pesar de todo esto, sigo pensando que todavía hay opciones a través de una negociación para acuerdos relacionados con la gobernabilidad democrática en el corto plazo y el reequilibrio constitucional de poderes para el largo alcance.

¿Cree que la persecución contra líderes opositores aumente en el corto plazo?

No solo espero que no haya persecución de los opositores sino que, como parte de los acuerdos de gobernabilidad, confío en que a través de la Comisión de Verdad y Justicia creada por el mismo gobierno, con la participación de la oposición en ella, como se planteó en su momento, se pueda acordar una Ley de Amnistía que permita que todos aquellos que se encuentran detenidos judicialmente por hechos de violencia relacionados con actividades políticas puedan presentarse en las próximas elecciones tanto regionales como presidenciales.

¿Cómo analiza el tema de las elecciones regionales? ¿Cree que la oposición hizo lo correcto al anunciar que participará?

Por supuesto que sí. Es una forma de preservar el hilo de la continuidad democrática que debe mantenerse para garantizar lo que quieren todos los venezolanos, que es una salida pacífica y democrática.

¿Se pueden dar las condiciones para hacer comicios transparentes?

Cuando Unasur desplegó la Misión Electoral para las últimas elecciones de la Asamblea Nacional (que ganó la oposición y reconoció el gobierno en 2015) pudimos comprobar que el sistema electoral venezolano, uno de los más modernos de la región, con su sistema de voto electrónico y control manual y un acompañamiento internacional, puede funcionar perfectamente para dirimir diferencias electorales.

¿Cómo recibe las críticas de algunos miembros de la oposición (como María Corina Machado) sobre la actuación de la Unasur en el conflicto venezolano el año pasado?

Las recibo con el mismo beneficio de inventario con que reciben sus opiniones quienes dentro y fuera de Venezuela conocen su temperamento tan beligerante y combativo como inútilmente agresivo.

¿Cree que se pueda volver a abrir un espacio de diálogo? ¿Qué tendría que pasar para que ocurra aquello?

El Papa Francisco ha señalado que lo importante del diálogo es que se entienda, ante todo, como un proceso, también, agregaría yo, como un escenario. En este escenario siempre será posible encontrar salidas a la situación política y social por la que atraviesa Venezuela. Fue lo que tratamos de hacer desde Unasur cuando, por instrucción de los cancilleres, mantuvimos abiertos los canales de interlocución entre el gobierno y la oposición alrededor de temas como la recuperación económica, la inclusión social, la agenda electoral o la reforma constitucional para el reequilibrio de poderes.

¿Qué otro recurso pueden utilizar las organizaciones internacionales como Unasur, la OEA y la ONU?

Sinceramente, en este momento pienso que el mejor interlocutor a nivel internacional sería Naciones Unidas dado el nivel de escalamiento del problema y el peso de los actores comprometidos. Eso sí, preservando siempre el derecho de los venezolanos a que sean ellos y solo ellos los que, al final, tomen la mejor decision sobre su futuro.

La Tercera

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