Jorge Glas, vicepresidente ecuatoriano en prisión preventiva: «La estrategia es atacar al expresidente Correa y destruir a la Revolución Ciudadana»

612

Jorge Glas desde la cárcel: Rompí la promesa de retirarme de la política y terminé aquí

En una entrevista con la AFP en la Cárcel 4 de Quito, donde cumple prisión preventiva por el caso Odebrecht, el vicepresidente Jorge Glas dice ser víctima de una «venganza» de la constructora brasileña y acusa a la justicia de Ecuador de estar cediendo «a la presión política y mediática».

Glas, uno de los hombres más poderosos del correísmo, se convirtió el 2 de octubre en el político en activo de mayor rango en quedar tras las rejas por la megatrama de los millonarios sobornos de Odebrecht en 12 países de América Latina y África.

Un juez dictó esa medida cautelar basándose entre otras cosas en el testimonio de Jose Conceicao dos Santos Filho, un delator y exdirectivo de la firma, que acusó al vicepresidente de haber recibido sobornos por 16 millones de dólares a través de su tío Ricardo Rivera.

Desde entonces, Glas pasa sus días en un pequeño presidio del norte de la capital junto a medio centenar de presos, como expolicías condenados por violaciones de derechos humanos, a la espera de que la Fiscalía decida en los próximos días si le imputa o no formalmente en un juicio penal por asociación ilícita.

Vea también: Fiscal Carlos Baca citado a la Asamblea por caso Odebrecht

Sentado ante una mesa de madera en el patio de la cárcel, Glas denunció el viernes, en su primera entrevista como detenido, las «irregularidades» en un proceso judicial que tiene de fondo la lucha de poder entre el presidente Lenín Moreno y el exmandatario Rafael Correa, su gran aliado.

– Antes del 24 de mayo, cuando Moreno asumió el poder, ¿se imaginaba usted en esta situación?
«Jamás he cometido delito alguno y una persona que no delinque jamás se espera ver en una situación de esta naturaleza».

– Hoy (viernes) ratificaron la prisión preventiva y la próxima semana se decide si finalmente le imputan…
«Yo me espero una acusación del fiscal. La pregunta es con qué pruebas. ¿O es que acaso mi acusador, que es un corrupto confeso que ha reconocido que montó una red transnacional de corrupción en 12 países, se constituye en prueba?

La Fiscalía solamente se quedó con la acusación de Santos, porque no hay un solo hecho ilícito de mi parte, no conozco a los otros implicados en este caso, a excepción de mi pariente, Rivera, que ha declarado que él actuó en lo privado.

Ni con testigos falsos, ni con correos truchos, ni con pendrives misteriosos, ni con testigos protegidos han logrado encontrar una sola prueba en mi contra, ni un centavo mal habido en mi patrimonio».

– Usted dijo varias veces que Marcelo Odebrecht le amenazó cuando la compañía fue expulsada de Ecuador en 2008. ¿Está cumpliendo su amenaza?
«Evidentemente. Odebrecht planificó su venganza desde el mismo día en que yo pedí su expulsión cuando se negó a reparar la hidroeléctrica San Francisco. Vino Marcelo Odebrecht, se reunió conmigo, e insinuó que nosotros utilizábamos políticamente, para ganar votos, esta bronca. Yo lo boté de mi oficina, a empujones (…) Me amenazó y me dijo ‘no siempre vas a ser servidor público, vas a ver’, y se fue».

– ¿Acusa directamente a Moreno de que usted esté aquí?
«Yo no puedo hacer una referencia de esa naturaleza, y no escuchará de mi boca tampoco ningún calificativo en contra del presidente Moreno. Sigo siendo su vicepresidente.

Todo esto es un montaje donde se une la venganza de una empresa corrupta y corruptora, el poder mediático de este Ecuador y el poder económico y financiero.

Soy la piedra en el zapato porque soy progresista, entonces todos convergen en un gran objetivo, que es sacarme de la vicepresidencia (…) La estrategia es atacar al expresidente Correa y destruir a la Revolución Ciudadana».

– Si Moreno hubiese puesto las manos en el fuego por usted, como hace Correa, ¿usted estaría aquí?
«Yo creo que no. Indudablemente, el sistema de justicia está cediendo a la presión mediática y a la presión política.

Yo no estoy hablando de que hay una alianza de Odebrecht con el presidente Moreno. Yo creo que son cuerdas separadas, pero que tienen el mismo objetivo: caerle a Glas».

– ¿Aunque antes ya le acusaba la oposición de corrupción?
«Sí, pero la oposición lleva acusándome más de dos años, y hasta ahora no ha podido presentar nada en mi contra. Yo no sé cómo van a sostener los procesos judiciales de esta naturaleza, pero lo están haciendo a punta de linchamiento mediático y presión política de los opositores y también al interior del gobierno, sin duda alguna».

– ¿La guerra interna en el oficialismo ya no tiene vuelta atrás?
«Yo no veo una guerra interna; sí veo que hay compañeros que callan, y eso es muy grave, probablemente por miedo, porque al que habla le quitan el trabajo».

– Correa asomó la posibilidad de una Constituyente si la consulta popular anunciada por Moreno supone un retroceso para los logros del correísmo. ¿Usted lo ve posible?
«Por supuesto».

– Después de esto, ¿volverá a la política?
«Yo me retiro de la política, estoy asqueado de esto. Yo ya se lo prometí a mi familia, ya rompí la promesa una vez y terminé aquí».

El Universal

Más notas sobre el tema