Caravana popular contra todos los muros: políticos, físicos, xenófobos – Por Gerardo Villagrán, especial para Nodal

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Centenares de personas acompañan la Caravana internacional por la Unidad de los Pueblos y contra los muros de la infamia, el paramilitarismo y la reforma educativa, que partió el último día de octubre desde la ciudad de Oaxaca, hacia la frontera con Estados Unidos, donde se darán cita el 11 de noviembre representantes de todo el mundo, recorriendo Oaxaca, Puebla, Ciudad de México, Querétaro, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora.
Esta caravana se propone levantar la voz de los pueblos de América en contra de la política de xenofobia, expulsión y discriminación hacia otras comunidades, proclamada por la administración de Donald Trump. Al mismo tiempo, es una manifestación de rechazo a todos los muros físicos que se pretenden imponer, como en Palestina, o muros políticos, contra antiguos y nuevos migrantes.

En la frontera con EE.UU. confluirán delegados de varios países y se realizará un diálogo continental presencial y también a través de las redes sociales y los medios alternativos.

En estas jornadas, organizadas por el Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos (Odhp) se conocerán las denuncias contra el paramilitarismo y la reforma educativa y los compromisos por la defensa territorial, la soberanía y los derechos humanos.

Al paso de la caravana, que arribará a Nogales, en Sonora, el 10 de noviembre, se fueron uniendo representaciones de las comunidades de las ocho regiones del estado, en especial las que integran la Asamblea de los Pueblos en Defensa del Territorio, la Educación Pública Laica y Gratuita, así como integrantes del magisterio oaxaqueño, tras realizar un breve y emotivo homenaje a Daniel Viglietti, el trovador solidario uruguayo que falleció en Montevideo, el 30 de octubre último.

La Coordinadora Internacional ODHP, Daniela González López, comentó la lucha de la organización contra la ocupación de territorios y la exigencia del respeto a la soberanía nacional y los derechos humanos de los pueblos. Uno de los motivos de la caravana es la «guerra contra el narcotráfico» del gobierno federal, que durante diez años ha dejado más de 200 mil muertes, 30 mil desapariciones y más de 280 mil casos de desplazamientos forzados.

Retomando la esencia de la declaratoria política de la primera asamblea internacional de coordinación del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos, realizado en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el 13 y 14 de junio del 2017[i], continúa la movilización internacional para denunciar la agresión de los Estados Unidos y sus aliados como Israel, con una política intervencionista en todo el mundo pero especialmente en Latinoamérica y el Medio Oriente, separándose de acuerdos internacionales en materia ambiental y amenazando con una intervención bélica contra Venezuela.

La Asamblea denunció el aniquilamiento del proceso de paz en Colombia por parte del uribismo, la lucha del pueblo brasileño para hacer cumplir la democracia y sacar al dictador Michel Temer y la lucha del pueblo mexicano contra los proyectos de muerte, asesinatos de periodistas, desapariciones forzadas, encarcelamiento sin juicio a maestros, maestras y dirigentes sociales. Y señaló que la década de gobiernos pripanistas con la supuesta llamada guerra contra el narcotráfico, ha dejado más de 200 mil muertes, más de 30 mil desapariciones, y más de 280 mil casos de desplazamiento forzado.

Daniela González recordó que en Oaxaca se violan los derechos humanos y citó la «Masacre de Agua Fría» en donde 26 personas de la comunidad de Xochiltepec, fueron asesinadas el 31 de mayo del 2002; así como los crímenes cometidos contra el pueblo de Oaxaca durante el 2006; además de la reciente agresión brutal y salvaje cometida el 18 de junio del 2016 en Nochixtlán contra los pueblos mixtecos y el magisterio con un saldo de ocho personas muertas y más de 100 lesionados.

Asimismo, la ejecución de más de 20 personas por parte del ejército mexicano en Tlatlaya, estado de México el 30 de junio de 2014, el asesinato de 16 personas por policías federales en Apatzingán, Michoacán el 6 de enero de 2015, la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa. En los últimos años se han asesinado 129 periodistas, y en el presente sexenio la cifra llega a 45, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Desde 2006 Oaxaca viene resistiendo no solo a la pobreza y los terremotos sino también a la práctica del terrorismo de Estado, militarización de la sociedad y criminalización de la protesta, aplicada por los gobiernos local y federal, como la practicada en la mañana del domingo 19 de junio de 2016, a plena luz del día, cuando fue blanco de una operación de guerra no convencional, asimétrica por parte de mandos de los organismos de seguridad, con el saldo de 11 civiles ejecutados sumariamente y medio centenar de heridos.
Desde ese momento comenzó el monitoreo ciudadano de derechos humanos por la Odhp, articulando con organización populares, en la promoción simultánea de la democracia participativa y la aplicación de la justicia en los ámbitos local, nacional e internacional, en una perspectiva activa de construcción y profundización de la resistencia y la rebelión, y de la conformación progresiva y el fortalecimiento del poder popular.

Por su ubicación geográfica, Oaxaca es hoy un territorio estratégico para los proyectos del gobierno de Enrique Peña Nieto pretende instalar con base en los acuerdos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) con Estados Unidos y Canadá, la Iniciativa Mesoamericana y el Plan Mérida, que benefician a grandes corporaciones trasnacionales y que, con el apoyo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, están diseñados para saquear las riquezas naturales.

Se induce con estos megaproyectos una nueva geografía, marcada por canales de comunicación y generación de energía, que irán seguidos de empresas principalmente extractivas e hidrocarburíferas, que dibujan un nuevo mapa político interno, con nuevas fronteras y nuevas normatividades, señala Ana Esther Ceceña, del Observatorio Geopolítico de la UNAM.

“La formación se acompaña con acciones, y se parte de la base de que es necesario buscar nuevas herramientas políticas y organizativas, dado que desde México hasta la Patagonia la realidad es la misma. Por ello es necesario continuar creando mecanismos populares que aporten a la construcción de la unidad latinoamericana, para que ese otro mundo imprescindible, donde quepan todos, se haga realidad”, señala la ingeniera agrónoma uruguaya Anahit Aharonian, del Consejo Consultivo del Observatorio.

La caravana sigue su camino trazado. Se van sumando nuevos actores de otros estados para confluir en el encuentro internacional en la frontera con Estados Unidos.

(*) Antropólogo y economista mexicano, analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), desde Puebla.

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