Brasil jerarquiza su educación y la Argentina, el «relato» – Diario La Nación, Argentina

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El siguiente editorial responde exclusivamente a la visión de este medio

 

La reciente definición de la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, resultó contundente: «El dinero para el área de educación tendrá que clasificarse como inversión y no como gasto. Invertir en nuestros profesores es tan importante como invertir en médicos».

La frase de la mandataria fue el corolario de varios meses de negociaciones con el Parlamento de su país hasta lograrse la sanción de la ley por la que Brasil destinará el ciento por ciento de sus regalías petroleras a educación (75 por ciento) y a salud (25 por ciento).

Ese acuerdo, que modificó la intención inicial de Rousseff de derivar todas las regalías a educación, fue sin embargo destacado por la presidenta brasileña, quien elogió al Congreso por el cambio producido, destacando la visión estratégica de los parlamentarios que aprobaron la norma.

Es, sin lugar a dudas, un gesto para destacar, pues Rousseff demuestra confiar en el Parlamento de su país y, también, haber escuchado los duros reclamos que en junio pasado realizó más de un millón de brasileños que salieron a las calles para pedir mejoras en los servicios públicos, entre ellos la salud y la educación, menos corrupción y menos despilfarro de dinero en sedes para la Copa de Federaciones y el Mundial de fútbol por realizarse en 2014, entre otras cuestiones.

Según el Palacio del Planalto, la primera transferencia de los recursos por royalties tendrá lugar este año, cuando se calcula que se derivarán a educación y salud unos 335 millones de dólares recaudados y con la expectativa de extender esos recursos a 50.000 millones de dólares para los próximos diez años en virtud de nuevas licitaciones, en busca de lo que se presume que serán enormes reservas de crudo por alrededor de 55.000 millones de barriles.

Brasil destina hoy el 6,1 por ciento del PBI a educación, un porcentaje similar al que deriva la Argentina, pero, claro, sobre un PBI varias veces superior al nuestro.

En nuestro país, dentro del rubro servicios sociales del presupuesto, aparecen salud y educación. En el caso del área de la salud, en 2013 se llevan gastados 26.652,2 millones de pesos. Para 2014, la partida sube a 29.561,3 millones, por lo que el incremento previsto es de 2909,1 millones, es decir, del 10,9 por ciento.

En tanto, en el rubro educación y cultura, en 2013 se llevan gastados 54.670,6 millones de pesos. Para 2014, la partida subirá a 60.885,7, por lo que la diferencia es de 6215 millones, equivalente al 11,4 por ciento.

Es una constante que nuestras autoridades destaquen el incremento del gasto en educación sobre el PBI, del 4 por ciento de 2003 al 6,4% de este año, pero lamentablemente esa suba no se vio reflejada en una mejora significativa. Por el contrario, cada vez crece más la transferencia de alumnos de escuelas públicas hacia las privadas, la mitad de los estudiantes no termina el secundario, apenas se incrementó la obligación de la doble escolaridad y son realmente paupérrimos los resultados del país en las pruebas PISA: de las 65 naciones auscultadas en esos exámenes, la Argentina quedó en el puesto 58.

Un ejemplo de cómo el relato kirchnerista ha ido tratando de justificar esos desaguisados lo dio el propio ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, cuando en junio pasado volvió a criticar las pruebas PISA, al expresar que «no es necesario saber cuán bien o mal nos va en educación, porque los caminos son más generosos y más amplios [que un ranking]» o, más recientemente, cuando hizo recaer en la Revolución de Mayo la culpa de la crisis del sistema educativo en nuestro país.

Lo cierto es que no basta con recaudar y destinar más dinero si no se tiene claro en qué se va a gastar, con qué objetivos y con qué resultados. En el caso de Brasil, donde el analfabetismo sigue siendo alto (alrededor del 9 por ciento, mientras que en la Argentina no supera el 2 por ciento), los fondos también serán aplicados para mejorar el salario de los maestros y profesores.

La admisión de los problemas y necesidades más urgentes, la colaboración entre poderes del Estado y el debido contralor son claves en la búsqueda del progreso, de un proceso que abandone definitivamente el mero interés por los efectos esporádicos, electorales o simplemente marketineros..

http://www.lanacion.com.ar/1625074-brasil-jerarquiza-su-educacion-y-la-argentina-el-relato

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