Correa advierte que intento de desestabilización «no va a parar» y llama a «estar listos»

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El presidente Rafael Correa denunció este sábado intentos de boicot económico y guerra psicológica a través de campañas sistemáticas de rumores promovidas por la oposición que -dijo- seguirá impulsando manifestaciones y malestar entre la población hasta las elecciones de 2017 co

«Son una minoría absoluta, pero en base a la fuerza, a la agresión, a la audacia, quieren romper el orden constitucional, en base a la guerra económica (…) ¡Cómo nos han llenado de esos rumores eso es parte del boicot económico, de la guerra psicológica», afirmó el mandatario en el programa semanal Enlace Ciudadano, emitido desde Puerto López, provincia costera de Manabí.

Correa se refirió a rumores divulgados en las últimas semanas de manera telefónica y a través de las redes sociales relacionados a supuestos de un feriado bancario, del fin de la dolarización o del retiro del apoyo de las Fuerzas Armadas al gobierno, todo lo cual ha sido negado reiteradamente.

A ello se suma llamados a la movilización en las calles, a generar incertidumbre y malestar entre la población, lo que hace parte de un «plan muy bien concebido» de la oposición que cuenta con millonarios recursos para llevarlo adelante. «Quieren desestabilizarnos y, por último, desgastarnos lo más posible hasta 2017», manifestó Correa.

«Sabíamos de esto hace más de año, hoy se ha intensificado. La mala noticia es que no van a parar, no van parar, nos van a seguir abriendo frentes, van a seguir generando incidentes, la movilización permanente en las calles», dijo.

«Tenemos que estar más atentos que nunca, con más alegría que nunca, con más compromiso que nunca, con más convicción que nunca y venceremos», aseguró el mandatario, y reiteró el llamado a «a estar más atentos que nunca porque esta gente va a seguir».

El presidente aludió al manual sobre «golpe blando» o «golpe suave», que se le atribuye al escritor y filósofo estadounidense Gene Sharp, y que incluye aspectos como generar matrices de opinión de oposición a los gobiernos, creación de conflictos y promoción de descontento, denuncias de corrupción, promoción de intrigas y rumores, reclamos por la libertad de prensa y derechos humanos, acusaciones de dictadura y totalitarismo, «calentamiento» de las calles, movilizaciones callejeras, entre otros.

«Están siguiendo al pie de la letra el manual del Gene Sharp», afirmó Correa, y añadió que «democráticamente nos encontrarán en las calles» para defender la Revolución Ciudadana, en el poder desde 2008.

En ese marco los miles de ciudadanos que participaron en el programa semanal de rendición de cuentas corearon: «Reelección, reelección», ante lo que el presidente respondió: «No se trata de la reelección, se trata de que los demócratas somos muchos más y que este proyecto con o sin Correa en el 2017 debe continuar, pero esta gente quiere cortarlo por la vía inconstitucional, antidemocrática porque sabe que si las elecciones son mañana los volvemos a vencer tres a uno».

Andes

Marcha indígena saldrá el 3 de agosto de Zamora

El diálogo nacional llegó tarde y los preparativos del paro nacional no se detienen, al igual que las marchas. Esa es la postura de organizaciones indígenas y gremiales, como la Ecuarunari, la Conaie y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT). Bajo esta premisa, esta semana arranca con tres reuniones de estos sectores, con la huelga nacional en la mira.

Mientras, el Gobierno se mantiene en su plan de diálogo.Uno de los encuentros indígenas ya se dio ayer (12 de julio) en Zamora. La reunión estuvo liderada por la Ecuarunari y el objetivo fue claro: definir la fecha para una marcha, en la que participarán diferentes organizaciones, como federaciones de la Amazonía ecuatoriana y gremios de otras provincias.

La organización decidió que la caminata desde Zamora salga el 3 de agosto. Estarán pendientes de que la La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) ratifique la movilización en su asamblea que se desarrollará el viernes y el sábado de esta semana, en Tungurahua.

El objetivo planteado desde antes de la reunión en la provincia de la Amazonía era que la marcha coincida con el paro nacional que llevarán adelante las organizaciones sindicales y la propia Conaie. Según Salvador Quishpe, prefecto de Zamora, la defensa de la educación intercultural bilingüe y el archivo de las enmiendas a la Constitución están entre las consignas principales.

Quishpe sostuvo que no se puede dialogar cuando de por medio hay dirigentes procesados por “la lucha de derechos”. Puso como ejemplo que él fue llamado este mes a una audiencia de formulación de cargos por presunto peculado. Con ese panorama, “imposible irnos de rodillas a pedir perdón”.

La Conaie, de la cual forma parte la Ecuarunari, tiene trazada la ruta al paro nacional, y fijará la fecha en el congreso anual, que se llevará a cabo esta semana.

A decir de su presidente, Jorge Herrera, han insistido tanto en sus demandas que los diálogos propuestos resultan infructuosos. “Si hubiera resultados concretos, habría un espacio para este”.

Herrera añadió otras exigencias: el libre acceso de los jóvenes a las universidades y la revisión del proyecto de Ley de Tierras, entre otros. Si tienen respuesta a estos pedidos, analizarían dar marcha atrás. Las organizaciones sindicales concentradas en el FUT también planifican el paro nacional.

Con esta finalidad, tienen previsto reunirse hoy, desde las 09:00, en la sede de la Cedocut, en el Centro de Quito, para definir fechas. Según Pablo Serrano, presidente de la agrupación, no le “corren” al diálogo, pero lo harán si este se da directamente con el Presidente, no con delegados. Entre los reclamos están la falta de respeto a los derechos de los trabajadores y la eliminación del 40% de aportes estatales a las pensiones jubilares.

En este escenario, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) continúa con las mesas del diálogo nacional. El presidente Rafael Correa encomendó esta tarea a la entidad, cuya función en el Estado es de carácter técnico, aunque el diálogo es fundamentalmente político.

Precisamente, dijo el titular de Senplades, Pabel Muñoz, es por esta “capacidad técnica y de transversalizar los temas” que Correa eligió a la institución para coordinar. La ministra de Inclusión Económica, Betty Tola, añadió otro detalle del diseño planteado: las conversaciones no implican iniciativas individuales de los ministerios. “Tenemos una definición de prioridades bajo la coordinación de Senplades”.

El cronograma para las mesas de trabajo está en proceso de consolidación. Pero ya hay límites: serán entre 25 y 30 encuentros, con un promedio de cuatro por cada sector: Desarrollo Social, Política Económica, Producción, Empleo y Competitividad, Sectores Estratégicos, Seguridad y Conocimiento. Y la ciudadanía puede hacer sus propuestas. La agenda se difundirá en la página web de la Secretaría. Los diálogos serán quincenales.

En una primera etapa, se han hecho acercamientos con delegaciones de mujeres, jóvenes, organizaciones de la economía popular y solidaria. En este último sector, hay unos 7 400 grupos registrados y ya hay acuerdos, entre ellos la simplificación de los trámites y mayor apertura para participar en las compras públicas. Y como parte de este proceso, el viernes pasado, el ministro de Trabajo, Carlos Marx Carrasco, se reunió con alrededor de 400 trabajadores y actores sindicales.

Fue en Latacunga y se receptaron propuestas e inquietudes de los gremios. Mañana, anunció Senplades, autoridades del Ministerio de Educación tendrán un encuentro con estudiantes y maestros, en Guayaquil.

El encuentro será en el colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil y estará liderada por Muñoz junto al ministro Augusto Espinosa, y el presidente de la Red de Maestros, Wilmer Santacruz. Frente a los actores políticos que mantienen las movilizaciones, a decir de Muñoz, la aspiración es que aquellos sectores que se han “autoexcluido” puedan deponer esa posición y dialogar.

Y si la convocatoria está abierta para todos ¿por qué las organizaciones opositoras no se suman? Quishpe lo resume: “Ocho años de pedir diálogo al Gobierno. Ahora, por un lado nos llaman al diálogo y por otro nos ajustan la soga”. Para Muñoz, el objetivo final tiene dos aristas. “En lo político es recuperar un sentido de calma, de estabilidad y recobrar la confianza mutua.

En lo concreto, poder tener más elementos de acuerdo con los distintos actores que hacen la vida económica, social y cultura del país”.

El Comercio

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