Costa Rica: según informe, el río Tárcoles es el más contaminado de Centroamérica

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El río Tárcoles, el más contaminado de Centroamérica, es un problema medioambiental para Costa Rica, que, según el último Informe del Estado de la Nación (IEN) «tiene grandes fortalezas ambientales» pero «cuando se consideran sus patrones de uso de los recursos naturales no es un país excepcional».

Los recursos naturales de Costa Rica «son parte de su imagen y su evolución histórica, y la han llevado a posicionarse en el mundo como una nación responsable e innovadora en materia ecológica» prosigue la vigésima edición del informe, realizado por las cuatro universidades públicas del país.

«Sin embargo, (el país) más bien parece detenido en el tiempo, aferrado a sus avances en el ámbito de la conservación, pero lento y rezagado para dar contenido político, normativo, institucional y cultural a las transformaciones urgentes que requiere para lograr un consumo sostenible», agrega el texto.

El río Tárcoles, también llamado río Grande de Tárcoles, nace en la cordillera volcánica central y desemboca en el golfo de Nicoya (Pacífico), tiene una longitud de 111 kilómetros y su cuenca hidrográfica cubre un área de 2.121 kilómetros cuadrados, en la que se vierten residuos del Área Metropolitana de San José, donde reside aproximadamente el 50 % de la población costarricense.

Un dato: en la primera limpieza organizada del río por la empresa Bridgestone de Costa Rica en 2007, se logró recolectar un total de mil llantas.

Mauricio Álvarez, presidente de la Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON) dijo que «muchos tienen esperanzas en una planta de tratamiento de aguas que se está construyendo en San José, pero el problema no se va a solucionar».

Para Álvarez, «son importantes los residuos orgánicos del área metropolitana, pero lo fundamental es acabar con los residuos agroquímicos que se vierten al río una vez dejada la ciudad por la agricultura».

«No ha habido avances significativos en la solución del problema, aunque creemos que le preocupa al actual Gobierno, pero, además, es un problema que afecta a muchos ríos en Costa Rica, aunque el conocido es el Tárcoles», aseveró el presidente de la FECON.

Entre las principales leyes y disposiciones ambientales aprobadas por la Asamblea de Costa Rica el año pasado se encuentra la creación de la Comisión para la Gestión Integral de la Cuenca del Río Grande de Tárcoles.

El tema es que, como apunta el IEN, «las aguas residuales siguen descargándose directamente en los ríos Tiribí, Torres, Rivera y María Aguilar, de las cuencas Grande de Tárcoles y Quebradas».

El río se vio afectado por el derrame de 400.000 litros de diésel por parte de la Refinadora Costarricense de Petróleo en el año 2000.

En la desembocadura del río la basura es abundante, pues se ven plásticos, trapos y todo tipo de objetos junto al manglar Guacalillo, conocido por los ecologistas como un «verdadero tesoro natural» que se ve afectado por la contaminación del Tárcoles.

Estos manglares mantienen cocodrilos, loros, halcones, águilas, martín pescador y garzas azules y verdes, cigüeñas, cangrejos y monos, y allí crecen cuatro de las cinco especies de mangle que hay en Costa Rica: el manglar negro, rojo, blanco y piñue.

Además, el río es conocido por su población de cocodrilos americanos, una de las más importantes del mundo, 25 cocodrilos por kilómetro cuadrado, también afectados por la contaminación.

El río alberga más de 50 especies de aves migratorias, nativas y costeras, incluyendo una variedad de garzas, la espátula rosada, lapas rojas y verdes.

Diario Extra

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