Posiciones de los países de la región sobre el nuevo acuerdo climático de la COP21

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Las posturas de estos países dependen de su nivel de vulnerabilidad ante el cambio climático y de su orientación política, pero comparten ciertas temáticas en común.

A pesar que no tener una gran responsabilidad histórica ante la problemática del cambio climático global, la región de América Latina y el Caribe siempre ha mantenido una participación constante y un rol activo en las negociaciones hacia un acuerdo climático global. Sin embargo, debido a su diversidad de intereses y capacidades, mantienen posiciones heterogénea de cara a la COP21 y forman parte de diferentes grupos de negociación de la CMNUCC.

Las posturas de estos países dependen de su nivel de vulnerabilidad ante el cambio climático y de su orientación política, pero comparten ciertas temáticas en común: solicitan una reducción equilibrada de emisiones; sus compromisos nacionales presentan medidas de adaptación al cambio climático; y, requieren de un apoyo en transferencia tecnológica, financiera y de capacidades de los países desarrollados.

A continuación una descripción general de estas posiciones:

Brasil

A nivel regional, Brasil es un actor central porque sus emisiones de GEI, junto a las de México, representan más de la mitad de las emitidas en América Latina y el Caribe.

Con respecto a sus compromisos de mitigación, el país prevé una reducción de emisiones del 37% para el año 2025. Así, la iNDC brasilera incopora acciones prioritarias en cuanto a la disminución de la deforestación ilegal, restauración y reforestación de la Amazonía.

Las emisiones de Brasil en el año 2012 habían caído un 41% respecto al 2005, según señala un informe del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Por lo tanto, se ha fijado ese año como punto de referencia para sus contribuciones, ya tiene prácticamente tiene cubierta la meta que se ha propuesto.
​Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC)

Se constituyó como grupo formal de negociación en la COP18 de Doha en 2012 y está integrado por Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Perú y Paraguay. Su visión se basa en que es posible conciliar el desarrollo con una reducción significativa de las emisiones de GEI.

Apuestan por el incremento de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y por los proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques (REDD+).

​Entre las propuestas más relevantes realizadas a nivel nacional por parte de sus integrantes, destaca la ambiciosa meta de Costa Rica, que pretendía convertirse en el primer país del mundo con un balance final de emisiones igual a cero –neutralidad de carbono –, para el año 2021. Sin embargo, en la actualidad el país ha aplazado esta meta hasta el año 2100.

México

México es otro de los actores significativos de la región y ha asumido un papel de intermediación entre los “países desarrollados” y los “países en desarrollo”. Mantiene una posición de afinidad con el AILAC, aunque pertenece al Grupo de Integridad Ambiental del que también son miembros Suiza, Corea del Sur, Mónaco y Liechtenstein.

Fue el primer país latinoamericano en presentar su iNDC, con la cual se comprometió a reducir en 25% sus emisiones al 2030, por debajo de los niveles alcanzados en el 2000, una cifra que puede elevarse a 40% en caso de recibir apoyo internacional.

Su Contribución incluye planes para la adaptación al cambio climático o, así como un objetivo de reducción de carbono negro u hollín. Revisa su informe completo aquí.

Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)

Compuesto por once países entre los que destacan Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua. Para este bloque la distinción entre “países desarrollados” y “países en desarrollo” es fundamental, ya que consideran que los compromisos adoptados por los países del Sur Global no deben obstaculizar su derecho al desarrollo.

Posiciones: a favor de limitar el incremento global de temperatura a 1,5ºC y critican los mercados de carbono como mecanismos adecuados para frenar el calentamiento global.

Colombia

Colombia reconoce la situación de vulnerabilidad y exposición frente a los impactos del cambio climático. Frente a ello plantea reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% con respecto a las emisiones proyectadas para el 2030.
El país plantea la disminución de la deforestación y considera a las áreas protegidas como solución natural para enfrentar el cambio climático.

En su iNDC propone estrategias de adaptación, considerando esta meta como un tema de seguridad nacional. Por ello, se estableció que el país enfocará sus esfuerzos al 2030 en metas globales orientadas a aumentar su resilencia, como las del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), la Agenda de Desarrollo 20130, la Convención de Lucha contra la Desertificación (CNULD) y el Marco de Acción de Sedai 2015-2030.

Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS)

Este grupo está conformado por 39 países insulares, de los cuales 16 pertenecen a la región de América Latina y el Caribe como Jamaica, Bahamas, Haití y República Dominicana, entre otros. Dada su extrema vulnerabilidad frente al cambio climático, su posicionamiento es de los más ambiciosos. Por ejemplo, el pasado mes de septiembre demandaron una moratoria mundial a las nuevas minas de carbón.

Los Estados de AOSIS exigen que el aumento de la temperatura global sea menor a 1,5ºC.

Según estos países, un elemento central en las negociaciones de París es avanzar en el mecanismo que canalice las pérdidas y daños por el cambio climático, ya que la transferencia financiera supone un requisito indispensable para su adaptación. Además, demandan la creación de un plan para abordar daños irreversibles y permanentes.

El País

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