Argentina: Las dos pizzas de Prat Gay el efecto multiplicador – Por Santiago Fraschina

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

J.M. Keynes nos enseñó en medio de la peor crisis del sistema capitalista de producción en 1929 llamada la Gran Depresión, que en las economías existen un efecto multiplicador que amplifica los resultados en la producción que puede llegar a tener un aumento o disminución de la inversión público.

En efecto, si el Estado toma la decisión de aumentar por ejemplo 100 pesos la inversión, la producción de ese país se incrementara más de 100 pesos. El nivel del efecto multiplicador dependerá de algunas variables y situaciones de la economía, como por ejemplo la propensión a consumir de la sociedad (esto es, cuanto de esos 100 pesos la sociedad volcará al consumo). Lo importante más allá de estas cuestiones es que el crecimiento económico logrado por el incremento de la inversión pública siempre es mayor al aumento del gasto llevado a cabo por el Estado. Lo mismo sucederá ante una caída de la inversión pública: la disminución del producto siempre será mayor a la reducción del gasto público.

Por ejemplo, para entender este multiplicador daremos un ejemplo sencillo y simplificado de la realidad:

El Estado nacional decide aumentar la inversión en infraestructura educativa en 100 pesos en sueldos para la construcción de una escuela contratando nuevos trabajadores. Los obreros que perciben estos 100 pesos en conceptos de salarios tienen, supongamos, una propensión a consumir de 80, estos es, que de los 100 pesos consumirán 80 y ahorraran 20 pesos. De esta manera, los trabajadores van y consumen 80 pesos en la industria de la alimentación. Los ingresos de los productores de bienes de la alimentación aumentan en 80 pesos, que destinan al consumo 64 pesos en electrodomésticos. Por lo tanto, los empresarios de electrodomésticos incrementan sus ingresos en 64 pesos y destinan 51,2 pesos en el consumo de productos textiles. Los productores textiles verán crecer sus ingresos en 51,2 pesos, los cuales harán crecer su consumo en productos de calzado; y así sucesivamente.

Vemos como el Estado nacional inyectando en el mercado 100 pesos, hace crecer el producto más que esos 100 pesos por el efecto multiplicador que existe en la economía. El mismo fenómeno, pero en sentido inverso, se produce cuando el Estado reduce la inversión pública:cuando retira 100 pesos el impacto sobre la producción es mayor.

El ministro de haciendas de la Argentina Adolfo Prat Gay para justificar el incremento de la tarifa de la luz como resultado de la quita de subsidios afirmó minimizando el efecto económico de la medida lo siguiente: “una factura que se pagaba 150 pesos pasara a pagar 350 pesos, 200 pesos más, que es también dos taxis o dos pizzas. Creo que esa es la discusión que hay que tener”. Claramente en esta frase de Prat Gay hay un desconocimiento u ocultamiento del efecto multiplicador anteriormente explicado.

Una sencilla cuenta. Los afectados por la suba de la luz eléctrica se calculan que son 2 millones de usuarios. Por lo tanto esto seria, 4 millones de pizzas menos por mes, 32.000.000 menos de aceitunas y 32.000.000 menos de servilletas (una por porción). Con lo cual, se producirá una caída del ingreso de los vendedores de pizza, de los productores de aceitunas y de servilletas. Que a su vez, reducirán el consumo en otros productos (textiles, electrodomésticos etc) que verán reducido al mismo tiempo sus ingresos y su consumo. Sin contar la caída de los ingresos de los productores de harina, salsa, queso, tomate, jamón y todos los proveedores de las pizzas.

Si esto lo anualizamos nos da 48.000.000 pizzas menos, 384.000.000 de aceitunas y servilletas menos. Si esto lo pasamos a pesos suponiendo que cada pizza vale 80 pesos, la monetización del ajuste sólo en términos de pizza es de 3.840.000.000 pesos. Y si calculamos el 10% de propinas, el ajuste en propina seria de 384.000.000 de pesos anual; que implicaría la reducción del consumo de los mozos o de los empleados que hacen delivery en otros productos.

Todo esto, además, siendo más grave debido a que en el boletín oficial se comunicó que el precio de megavatio pasará, en horas pico, de 254,49 pesos a 773,02 pesos, con lo cual el ajuste es mayor a dos pizzas que planteaba el ministro de Hacienda Prat Gay.

En resumen, en un ejemplo sencillo se observa la magnitud de la política contractiva aplicada por el actual gobierno argentino encabezado por Mauricio Macri y su efecto multiplicador en el conjunto de la economía sólo teniendo en cuenta el aumento de la tarifa eléctrica. A esto hay que sumarle los despidos del Estado, el aumento del precio de los bienes a partir de la devaluación y quita de retenciones, la caída real de las jubilaciones y de la asignación universal por hijo, la política monetaria contractiva llevada a cabo por el Banco Central, entre otras. El resultado final es la caída del consumo, las ventas, reducción de producción y aumento del desempleo.

*  Santiago Fraschina. Licenciado en Economia (UBA), Magister en Sociologia Economica (UNSAM). Fue vicesuperintendente de seguros  y coordinador nacional de la Red Comprar de la Secretaria de Comercio de la Nación argentina.