Frentes Políticos – Diario Excelsior, México

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

I. La claridad. En el discurso más importante de su visita, el papa Francisco habló a los jóvenes en Morelia, Michoacán. Dejen la idolatría a la plata, al dinero. “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios. Nunca nos mandaría a la muerte. Es invitación a la vida… No sean mercadería para los bolsillos de otros. No sean ingenuos. Sean astutos. Que no les importe no tener coche o plata”. Por cierto, Francisco fue zarandeado dos veces en el estadio de futbol. Una lástima que la emoción les gane a algunos. Hoy se despedirá en Ciudad Juárez con el sello de que no buscó nunca el aplauso fácil y se llevará el cariño de millones, pero su esencia es diferente. No gusta de las frases vacías.

II. Sacudiendo conciencias. Las palabras del Papa fueron dirigidas también a los seminaristas. Francisco pidió no caer en la tentación de la resignación, especialmente en ambientes de corrupción, tráfico de drogas y violencia. En la misa que ofició ante sacerdotes, seminaristas y monjas, advirtió que la resignación es una de las tentaciones más grandes. “No nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio: la resignación”, les advirtió. Sobra decir que en las entidades que visitó el Papa fue notoria la diferencia. Ahí, en Morelia, la capital de Michoacán, la gente se volcó, no hubo boicot por parte de las diócesis, como ocurrió nítidamente en la de la Ciudad de México. Lo peorcito de la gira, sus organizadores.

III. Recen por mí. Ésa es siempre la petición, la súplica, el ruego más socorrido del papa Francisco. Y cómo no. El padre Jorge Mario Bergoglio tiene siempre presente los peligros que lo acechan. Los de dentro de la curia romana y los zopilotes externos, que tampoco son pocos. El Papa, pareciera, tiene siempre presente el violento, intempestivo fin, del pontificado de Albino Luciani, Juan Pablo I, sepultado injustamente por la historia. Y cómo no va a pedir Francisco que recen por él, si la narcopolítica tuvo ayer su lugarcito en la misa con los seminaristas, hasta donde se coló de manera cínica Rodrigo Vallejo, el amigo, el cómplice de Servando Gómez Martínez, La Tuta, uno de los criminales más sanguinarios de Michoacán.

IV. Justicia. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México pidió al gobierno investigar la muerte de 49 personas en el penal de Topo Chico. Subrayó la urgencia de hacer frente a una grave situación carcelaria donde se combinan la violación de los derechos humanos de las personas privadas de libertad, las debilidades de la política de rehabilitación y reinserción. El Estado mexicano tiene la obligación de proteger la vida e integridad de los presos, afirmó. Que Jaime Rodríguez El Bronco, gobernador de Nuevo León, escriba unas cien planas con la frase: “No debo permitir que otros gobiernen el estado que debo gobernar yo. No debo deslindarme de mi responsabilidad”.

V. La llorona. Delicadito nos salió el criminal más buscado del mundo. Juan Pablo Badillo, abogado de Joaquín Guzmán Loera, informó que su cliente sufre “tortura física y mental”, pues aseguró que El Chapo le hizo saber que no le permiten dormir y que lo están convirtiendo en un zombie. “Me dijo textualmente: cada dos horas en la noche me despiertan con estridencia, apenas estoy reconciliando el sueño y me despiertan para pasar revista”. ¡Uy! Pobre infeliz. No cabe duda que es un cobarde. No lo dejan dormir. Familias enteras no concilian el sueño por su culpa. Él ordenaba torturar, decapitar, mutilar, secuestrar, extorsionar, asesinar, envenenar, a los suyos. Es escoria. Extradítenlo ya.

Excelsior


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