Argentina: informe del CEPA detalla el aumento de los despidos durante el 2016

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La cosecha de despidos nunca se acaba

Pese al discurso oficial sobre la supuesta recuperación del empleo, en diciembre el número de personas que perdieron sus trabajos continuó en aumento. En el sector privado, los trabajadores industriales volvieron ser los más afectados; de los 5053 despidos y suspensiones registradas en las empresas en el último mes del año, representaron nada menos que el 84 por ciento. A su vez, el gobierno nacional volvió a impulsar despidos masivos entre los trabajadores del Estado, que aunque lograron ser parcialmente postergados –como los 2600 tutores virtuales que el Ministerio de Educación intentó desvincular– plantaron una fuerte señal sobre lo que se viene.

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señaló en su último informe laboral que en diciembre hubo 9488 despidos y suspensiones. Sus conclusiones chocan de frente con los señalado por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que sostuvo, tal como lo había hecho en la semana el presidente Mauricio Macri, que en el país está creciendo el empleo. Triaca también consideró  que “la mayoría de las empresas cumplieron” con el compromiso de no despedir hasta marzo (ver aparte).

El centro de estudios indicó, por el contrario, que en el sector privado los despidos y suspensiones aumentaron en diciembre en 5053 trabajadores. De ese total, la industria concentró 4110 casos. Las actividades más afectadas son cuatro: petróleo, metalurgia, producción de alimentos y bebidas y artículos electrónicos y electrodomésticos.

Por actividad

Si se mira el acumulado del primer año de gobierno de Cambiemos, la construcción lidera la destrucción de empleo, con 60.626 despedidos, lo que está ligado a la paralización de la obra pública. Sigue la rama metalúrgica, con 16.981 despedidos y suspendidos; en la cuenta se incluyen los despedidos y suspendidos de la siderurgia, con casos como el de Siderca de la ciudad de Campana, con una importante incidencia de cesantías de tercerizados y retiros voluntarios.

Los textiles se han consolidado en el segundo lugar de los obreros industriales más afectados. El rubro fue muy golpeado por la caída del consumo interno y la apertura de las importaciones. El informe registra un acumulado de 3345 despidos y 11.720 suspensiones; Broderie Suizo-Argentina, Felsom, Hilados I y II, TN Planex, Alpargatas, Coteminas, Guilford, y Unisol-Puma son algunos de los casos. Por los niveles de trabajo informal en la actividad, se sospecha que la caída efectiva de los puestos ha sido incluso superior a la registrada.

El sector automotriz continúa con una cantidad ostensible de despidos y suspensiones: suma 9160 bajas (suspensiones en Fiat, Ford, Scania e Iveco y despidos en Volkswagen, Renault, Ford, Honda e Iveco) a las que se suman 1514 trabajadores despedidos y suspendidos en autopartistas (Punch Automotive, Kromberg & Schubert, Paraná Metal, entre otras) y 1994 suspensiones denunciadas por el Sutna en el sector neumático (FATE y Pirelli).

En Electrónica y electrodomésticos, las pérdidas de empleo alcanzan a 4923 despidos y 2870 suspensiones (entre ellos BGH, Brightstart, Siam Avellaneda e Iatec y suspendidos en Bambi, GAFA, Longvie, Eskabe, IFSA y ATMA).

Los trabajadores de la alimentación acumulan 7402 despidos y suspensiones (algunos casos: Cresta Roja, Havanna, Alco Canale y Cervecería Quilmes, Arcor, Nevares). En la actividad petrolera, los despidos crecieron significativamente y alcanzaron los 7497 afectados. Entre las empresas que han despedido o suspendido se cuentan Petrolera del Sur, Tecpetrol e YPF.

Al analizar las variaciones relativas, se observa que los despidos y suspensiones en la industria se incrementaron un 4,90 por ciento en diciembre con respecto a noviembre, mostrando una continuidad con respecto a los meses anteriores. “El comportamiento empresario fue homogéneo respecto de los despidos y suspensiones durante y después del acuerdo: siguieron expulsando trabajadores”, señaló el centro de estudios.

En el Estado

En el sector público, el CEPA registró en diciembre un fuerte aumento de los despidos, que totalizaron 4435. Este número contrastó con el de noviembre, cuando hubo 769 cesantías, y más en general con la tendencia registrada entre agosto y noviembre, un período en el que la cantidad de incorporaciones en el Estado superó al número de despidos registrados. De todas maneras, el informe aclaró que incluyó entre los despedidos a los 2600 cargos de tutores virtuales que se pusieron en juego con la decisión del Ministerio de Educación de ajustar el programa de capacitación docente Nuestra Escuela. Vale aclarar que luego de las protestas de los sindicatos Ctera y ATE, el ministerio dio marcha atrás parcialmente con la medida, por lo que se espera que los tutores sigan trabajando hasta el mes de diciembre. Sin contar esos casos, los afectados en el Estado serían más de 1800.

El CEPA agregó que, además, “en la amplia mayoría de los ministerios hubo cesantías, aunque en cantidades menores: Producción, Cancillería, Interior, Modernización, Salud, Cultura, Trabajo, Secretaría General de la Presidencia y Enacom. A esto se suman 70 casos en Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, y casos en las municipalidades de Neuquén, Chivilcoy y Trevelín”. En la misma línea advirtió que “se registraron 1700 despidos en la empresa petrolífera YPF, que fueron impulsados por Cambiemos (producto de la baja de 33 equipos de producción)”. Por esto, concluyó, “el 65 por ciento de los despidos del mes derivaron de las decisiones de la política del gobierno nacional”.

Es en este marco que las declaraciones que el ministro Triaca hizo al diario La Nación toman un tinte oscuro. Consultado sobre los niveles del empleo público –que ese medio consideró excesivos–, el funcionario volvió a defender los despidos con el argumento de que los echados eran ñoquis del kirchnerismo. “Vimos sectores donde había un nivel de dotaciones que no correspondía, muchos que habían entrado por beneficios de la política”, sostuvo. Y agregó que “las provincias y municipios en algún momento van a tener que hacer esa tarea”. La declaración es un preanuncio de que el año que está arrancando se encamina a ser no menos cuesta arriba que el que se fue.


La evolución de las cesantías en 2016

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