Leo Rubín, candidato a la vicepresidencia de Paraguay: “Hay que sepultar a este gobierno absolutamente empresarial y al stronismo”

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Entrevista a Leo Rubín, candidato a la vicepresidencia de Paraguay

Por Carla Perelló – Redacción de NODAL

Durante 25 años Leo Rubín estuvo al frente del programa de radio Made in Paraguay, emitido por radio Ñandutí. Desde allí, el periodista, hoy candidato a la vicepresidencia de Paraguay por Gran Alianza Nacional Renovada (GANAR), estrechó lazos con las comunidades indígenas y campesinas. Convirtió ese espacio en trinchera y denunció al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) del golpe parlamentario de 2012, sustentado en la Masacre de Curuguaty, contra el entonces presidente Fernando Lugo. En la actualidad considera que eso fue así, sin embargo, ante el poder del Partido Colorado (Asociación Nacional Republicana-Partido Colorado) considera que “por pragmatismo político” es necesario aliarse una vez más con el PLRA, pero de manera diferente. En esta entrevista hace un repaso de los proyectos que conlleva la alianza GANAR, con la que disputarán la presidencia el próximo 22 de abril, de la que participan el Frente Guasú, movimientos sociales y el mismo PLRA.

¿Cómo surgió la iniciativa de presentarse como candidato para las elecciones de 2018?

De alguna manera estoy haciendo hace mucho tiempo activismo desde la radio. Por ejemplo, cuando fue el golpe parlamentario a Lugo, en 2012, tomé la postura de decir desde nuestra radio que fue un golpe parlamentario. Mientras, los medios en general hablaban de juicio político, eso generó una empatía y simpatía con los grupos más de izquierda, con el Frente Guasú, los llamados grupos más progresistas, con las articulaciones, con las ONG ambientalistas y los pueblos originarios. También tratamos la matanza de Curuguaty, que fue una semana antes del golpe parlamentario. En ese momento, también hice un seguimiento muy importante, fui al lugar, estuve en las cárceles, en las marchas, con mi programa, como periodista, y como ciudadano. Me parecía que desde mi trinchera de la radio era más útil a la causa, pero con un amigo que es asesor de Lugo en el Senado actualmente, hablamos de la posibilidad de estar en algún cargo ejecutivo y me preguntó si me animaría, y me cayó la ficha. Entonces empecé a pensar en algunas cosas…. Y yo este año cumplí 50 años y pensaba retirarme de la radio, entonces se me unieron varios temas. Más tarde, tuvimos una conversación con Lugo y empezamos a hablar de esta posiblidad. Los dos nos tenemos mucho respeto, a pesar de las críticas que se le pueden hacer, es el único que le ganó al Partido Colorado. No me dijo que me ofrecía un cargo ni nada. Había que digerir muchas cosas con respecto a aliarse con el PLRA, porque es el partido que le hizo el golpe a Lugo, pero si el propio Lugo dejó eso de lado, bueno tenemos que aliarnos. Entonces ahí me plantean en una mesa de presidentes del Frente Guasú si yo realmente quería liderar una tercera fuerza como candidato a presidente y ahí respondí que se trataba a hacer una lectura política pragmática para poder llegar.

¿En ese momento consideraron que era necesaria la alianza con el PLRA?

En ese momento nos faltaban siete meses para las elecciones y no teníamos cómo cubrir todas las mesas electorales, conscientemente el Frente Guasú no tiene esa capacidad, y el PLRA sí la tiene. Tampoco teníamos el dinero ni el tiempo para construir una tercera fuerza. Es ahí donde el Frente Guasú hace un conversatorio interno con su propio partido, con las bases. Era una cuestión estratégica. Se trata de pasar por encima de nuestras diferencias ideológicas para pensar en el co-gobierno. De hecho nuestra alianza se llama GANAR con la idea de renovar compromisos, la energía; renovar inclusive amistades. Nosotros consideramos, por pragmatismo político, aliarnos con el PLRA, y ellos también con nosotros, porque ellos saben que sin nosotros no se ganan las elecciones. Nosotros no somos sólo el Frente Guasú, hay otras fuerzas, como ocho o nueve partidos y movimientos sociales que firmaron el acuerdo, y hay varios más que están firmando.

En caso de ganar el próximo año, ¿cómo será el acuerdo y la articulación para la gobernabilidad y la administración entre las dos fuerzas?

Nosotros vamos a ganar las elecciones, aunque parece muy difícil contra la plata del presidente (Horacio) Cartes y de todo el Partido Colorado, acá hay un hartazgo de este gobierno. Se nota que es un grupo que se maneja como una empresa. El acuerdo firmado es de co-gobierno en el que se propusieron ejes programáticos. De esos ejes, el Frente Guasú ha presentado cinco: reforma del Poder Judicial; salud, educación y cultura, equidad tributaria, soberanía hidroeléctrica, pensando un estado social como garante de los derechos. Hay dos puntos más: uno relacionado a los pueblos indígenas y el medioambiente, donde hablamos de poner freno a la deforestación, de garantías constitucionales de los territorios de los pueblos originarios y del desarrollo pleno de las culturas, y también crear un Ministerio del Ambiente y el Agua. Y, otro punto, tiene que ver con la innovación, promover los procesos de cambios de avances tecnológicos. Hay que conectar a todo el país a través de la tecnología y dar soluciones que impacten en la calidad de vida de todas las personas, impulsar las nuevas economías colaborativas, las industrias culturales, las empresas sociales. El acuerdo de cogobierno, además, tiene que ver con la cantidad de senadores que cada partido pueda hacer ingresar. Esa sería una manera de dividir responsabilidades tomando en cuenta ministerios, secretarías e hidroeléctricas, por ejemplo. Nosotros como Frente Guasú queremos tener incidencia con nuestra visión y la del resto de los partidos que conforman la alianza. Hemos dividido el proceso en distintas etapas: una etapa electoral que va hasta abril, donde pensamos ganar. Después una etapa de transición, que iría hasta agosto, cuando se asuma el gobierno; y después una etapa de gobierno que sería los cinco años en los que queremos ejecutar el plan de gobierno. También pensamos en poner en marcha una especie de consejo ético, como hay en Uruguay, por ejemplo, donde se pueden dirimir situaciones que tengan que ver con los funcionarios de gobierno y mantener una coordinación política estratégica.

Teniendo en cuenta que el posible candidato del PLRA será Efraín Alegre, una persona señalada por ejecutar el golpe parlamentario contra Lugo aún cuando también mantenían una alianza de gobierno (2008-2012), ¿cómo harán para generar confianza con el partido y con quien sería su compañero de fórmula?

Sería por pragmatismo político puro de ambas partes. El PLRA es un partido que tiene dos líderes actualmente, Efraín Alegre y Blas Llano, otro senador. Por radio yo les decía traidores a los dos. Alegre vino desde México para votar en contra de Lugo, pero es una cuestión que pasó y no podemos enfrascarnos en eso. Acá tenemos que ver algo superior. Estamos hablando de un país que va a ser prácticamente decapitado. Quiero recordar que el presidente Cartes dijo: “Usen y abusen del Paraguay”, a un grupo de empresarios brasileños, y nosotros si le damos paso permitiremos cinco años más de su delfín, Santiago Peña, o del otro colorado, Mario Abdo Benítez, hijo del secretario privado del dictador Alfredo Stroessner. El Partido Colorado está atrapado por este grupo económico que lidera el presidente Cartes y la otra opción es neostronissmo. El candidato Mario Abdo Benítez nunca reconoció que Stroessner es un dictador, entonces dentro del Partido Colorado hay mucha gente enojada. Por eso digo que hay algo superior y por eso nos unimos. Me imagino que para los liberales tampoco es fácil, deben estar diciendo “cómo nos vamos a unir con el Frente Guasú”.

¿Qué errores considera que cometieron anteriormente en la alianza con el PLRA y qué es lo que se tiene que hacer de aquí en adelante?

Los errores se cometieron de ambos lados. El golpe es más profundo…Hubo varias razones por las cuales se hizo el golpe, como la Masacre de Curuguaty, pero hay que recordar que hubo 19 intentos de juicio político a Lugo antes de llegar allí. Por ejemplo, a la semana de la destitución de Lugo permitieron seis nuevas variedades de transgénicos que estaban prohibidas. Y creo que Lugo como presidente también cometió errores… él quizá lo puede explicar mejor, yo digo lo que vi como periodista. Había como un sentimiento de que uno podía traicionar el otro, se cortó la comunicación. Fue una aventura distinta, completamente electoral, donde lo único que se quería era ganar y la única persona que con capacidad de unir a todos era Lugo. Había falta de confianza. Y, a diferencia de ahora, en 2008 no se habló del cogobierno abiertamente, nosotros ahora lo estamos haciendo. Decimos cuáles son las responsabilidades que va a tener cada uno, cuáles son los temas, las cuestiones programáticas que cité. Durante el gobierno de Lugo había toda una plana colorada casi desde la época de la dictadura que manejaba a su antojo, entonces, no se pudo hacer ninguna transformación importante porque estaban ya conspirando desde adentro. Y después el PLRA que quería más cargos, más poder, y se terminó de romper con Curuguuaty, que estuvo muy mediatizado y presentaron a Lugo como el responsable.

Por otro lado, usted mencionó una serie de reformas y un plan programático a cumplir, no lo dice explícitamente, pero da la sensación de que lo que están planteando es una reforma constitucional ¿Consideran eso necesario en Paraguay?

No lo estaba pensando de esa manera, pero sí: acá en el Paraguay está la sensación de que hace falta una reforma Constitucional. Es más, creo que en 2019 se va a hacer esa reforma. Ahora, hay que tener mucho cuidado porque las constituciones se hacen de acuerdo a las circunstancias. En la reforma del 92 se pensó mucho cómo evitar un nuevo candidato que quiera nuevamente empotrarse, pero está llena de buenos enunciados que nadie cumple. El único enunciado constitucional que se cumple y hasta se bajó una línea es en la propiedad privada, por eso es que hay tantos conflictos de tierras, pero claramente que vamos a impulsar una reforma constitucional. Pues, hay varios temas, como los derechos indígenas, introducir la posibilidad de la reelección o el ballotage y la revocatoria de mandato. En lo personal, la revocatoria del mandato puede ser muy interesante, igual que el ballotage.

Entonces, ¿de qué se tratan estas elecciones? ¿De ganarle al Partido Colorado, de generar una alternancia transformadora?

No se trata solo de alternancia para nosotros, sino de un gobierno alternativo. Creemos que para hacer esos cambios profundos que necesita el país se precisan varios periodos. Los progresistas dicen que le toca al PLRA la chapa (de la presidencia), pero quizá en el 2023 nos toque a nosotros y así sucesivamente. Se necesitan por lo menos tres periodos de cinco años para hacer un cambio, el ir a votar solamente no alcanza. La democracia sola no cambia la pobreza, no cambia estructuralmente en mucho. Se trata de entrar profundamente en una alternativa de gobierno, en otra visión, que en este caso no va a ser la visión completamente nuestra porque será junto con el PLRA. Y como hemos aprendido de los errores, creemos que esta es una nueva etapa. Y desde mi punto de vista, hay que sepultar a este gobierno de corte absolutamente empresarial casi multinacional, y al stronismo, que nunca se fue. La idea es enterrar al stronismo.


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