Brasil: un panorama electoral con Lula en el centro de la escena

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Brasil: un panorama electoral con Lula en el centro de la escena

Por Gaspar Estrada

El periódico carioca O Globo publicó, de manera muy discreta (a través de uno de sus blogueros, Lauro Jardim), su primera encuesta de intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de 2018. Para la sorpresa de los comentaristas de la prensa, el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, a pesar de la brutal campaña en su contra, continúa su ascenso, al colocarse ahora con 35% de los votos, frente al diputado de derecha ultraconservadora Jair Bolsonaro con 13%, y a la ex ministra del medio ambiente Marina Silva, con 8%. El resultado sorprende no sólo por la acumulación de noticias negativas en contra del principal líder del Partido de los Trabajadores (PT) durante los últimos meses, sino porque se lleva a cabo después de la condena a nueve años de cárcel que le impuso el juez Sergio Moro. Para la comentocracia brasileña, después de esta sentencia, la candidatura de Lula –y por ende, del PT– estaba condenada al fracaso.

Sin embargo, contrariamente a lo que pensaban sus adversarios, el ex presidente Lula no se quedó con los brazos cruzados durante estos meses. Desde julio, cuando la sentencia fue impartida por Moro, Lula anunció su precandidatura a la Presidencia de la República, como una manera de dar una respuesta política a sus acusadores en la justicia y en la prensa. A partir de esa fecha, emprendió una serie de giras por el país para promover su proyecto y tejer acuerdos políticos a nivel local y regional que le permitan más adelante darle peso a su candidatura. Durante agosto, Lula y su equipo viajaron en autobús por nueve estados del Nordeste, incluyendo su estado natal, Pernambuco, en el cual hizo una serie de actos de campaña junto a políticos que, en algunos casos, apoyaron la destitución de Dilma Rousseff en 2016, pero que hoy en día no apoyan las políticas del presidente Michel Temer, como el ex presidente del Senado Renan Calheiros. En efecto, Brasil vive hoy en día una profunda y estructural crisis política, económica y social, que se traduce en los índices de popularidad de Michel Temer, que se ha convertido en el jefe del Ejecutivo más impopular del mundo, con apenas 3% de aprobación, que usualmente es el margen de error estadístico de cualquier encuesta.

A pesar de esto, su gobierno ha conseguido votar medidas no sólo impopulares, sino que van en contra del legado mismo de la Constitución votada en 1988, que le da base a la democracia de ese país, como la flexibilización del “trabajo esclavo”, la legalización de la deforestación del Amazonas, así como del intento de desaparición de las reservas naturales para entregarlas a empresas explotadores de recursos minerales. Cada una de estas medidas ha tenido como objetivo principal agradar a los financiadores de las campañas electorales de los diputados y senadores que votaron a favor de la destitución de Dilma Rousseff en 2016, y que desde entonces han tenido que pronunciarse a favor de Michel Temer, a pesar de que este último ha estado involucrado en múltiples escándalos de corrupción. Para Temer y su equipo, la diferencia entre los gobiernos del PT (en particular del gobierno de Dilma Rousseff) y el suyo se encontraría en la economía. Gracias a las políticas de ajuste estructural promovidas por el ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, la confianza de los inversionistas internacionales regresaría, y de la misma manera el crecimiento económico. Sin embargo, ha sucedido todo lo contrario: hoy hay más pobreza, más inseguridad, más desempleo y menos oportunidades. Claramente, las decisiones políticas tomadas por el gobierno de Temer han beneficiado a los más ricos, y en particular al sector financiero, que respalda la acción del ministro que mejor defiende sus intereses: Henrique Meirelles. Por ende, no es una sorpresa que ante el avance en las encuestas del ex presidente Lula, que ha anunciado su voluntad de someter a referéndum las medidas de congelamiento de los gastos públicos y de las demás medidas de austeridad, los operadores financieros de la ciudad de São Paulo comiencen a hacer propaganda negativa contra el presidente que paradójicamente los enriqueció más.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

El Sur


Quiénes son los precandidatos a las elecciones presidenciales brasileñas de 2018

Uno por uno, estos son los nombres que se barajan para eventuales candidaturas el año próximo, en medio del descrédito de los partidos y figuras tradicionales de la política.

Partido de los Trabajadores

Sus principales figuras aseguran que no hay un Plan B si el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva no llega a ser candidato. Favorito en las encuestas, Lula enfrenta siete investigaciones por corrupción y su futuro está en manos de un juez que ha mostrado públicamente su antipatía por el ex mandatario. Jacques Wagner, ex gobernador de Bahía, y Fernando Haddad, ex alcalde de Sao Paulo, serían las figuras alternativas para el PT. Preso o inhabilitado, Lula sería decisivo para definir al sucesor de Michel Temer.

PMDB

El PMDB, partido de Michel Temer siempre fue eficiente en armar alianzas con los presidentes de la democracia. Nunca, sin embargo, lanzó un candidato propio a las presidenciales. Mientras Temer endereza la economía y experimenta altísimos índices de rechazo, el PMDB contempla nombres como el del alcalde João Doria (que pertenece al PSDB) o el actual ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

Demócratas, DEM

La búsqueda comenzó con el alcalde de Sao Paulo, Joao Doria, que aunque pertenece al PSDB está entre las alternativas de varios partidos. El DEM (cuya figura prominente es el Presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia), no descarta invertir en un extra partidario, como el presentador de TV y empresario Luciano Huck. El senador Ronaldo Caiado, de las filas del DEM, también está entre los posibles candidatos.

PODEMOS, ex PTN

El senador Alvaro Dias despunta en el partido, que rompió con Temer después de apoyarlo en sus primeros meses de gobierno.

PSOL (Partido Socialismo y Libertad)

Guillermo Boulos, líder del Movimiento de los Trabajadores sin Techo, sería del agrado del partido, que por ahora defiende una candidatura de Lula da Silva.

PSDB

El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, es la primera opción en el partido de Fernando Henrique Cardoso y José Serra, conocido por sus crueles internas. Otro con aspiraciones el PSDB es el alcalde de Manaos, Arthur Virgilio, quien admite sin embargo que no tendría oportunidad contra Alckmin o Doria.

RED

Marina Silva es el nombre excluyente del partido del cual es fundadora y con el cual obtuvo cerca de 20 millones de votos en 2014. En las encuestas Marina aparece tercera, detrás de Lula y el ultraderechista Jair Bolsonaro.

PDT

El Partido Democrático Laborista (PDT), que solía ser partidario del PT, debe lanzar al ex ministro Ciro Gomes como candidato.

PSD

Por ahora el nombre con más fuerza es el del actual ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, quien será protagonista de la próxima propaganda política del PSD, en diciembre. La publicidad lo destacará como responsable de la recuperación de la economía brasileña de quien a pesar de negar la pre-candidatura, grabó un video destinado a pastores evangélicos pidiendo una “oración por la economía”.

PEN (PATRIOTAS)

Jair Bolsonaro, ex militar y diputado ultraderechista que genera pasiones con sus declaraciones controversiales, está buscando armar su propio partido. Fue procesado por la Justicia por decirle a una diputada que era tan fea (sic) que “no merece ser violada”. Bolsonaro defiende la libre tenencia de armas, está contra la integración de los ciudadanos LGBT y defiende el control de la economía por parte del Estado.

Reporte Brasil


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