Entrevista a Ana Chacón Mora, analista política de Costa Rica, sobre las elecciones presidenciales de este domingo

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Ana Chacón Mora, analista política de Costa Rica: «el candidato Fabricio Alvarado podría convertirse en el presidente no católico de un Estado confesional católico»

 

Por Cecilia Escudero, de la redacción de NODAL

Costa Rica elegirá este domingo un nuevo presidente. La crisis del bipartidismo abrió, en estos comicios, un panorama desconcertante, en el que desde ya se prevé que la competencia se definirá en segunda vuelta, el próximo 1 de abril. Para entender el renovado mapa de fuerzas políticas y los desafíos del próximo gobierno NODAL entrevistó a Ana Chacón Mora, analista política costarricense y co-directora del diario digital Informa-Tico, quien asegura que la campaña se dio en “un ambiente de partidos políticos devastados y de desconfianza de los electores”.

-Cinco de los trece aspirantes a la presidencia tienen posibilidades de ganar en primera vuelta. Pero no hay claros favoritos. ¿A qué se debe esta fragmentación del mapa político?

El hecho de que a días de los comicios electorales ninguno de los candidatos a la presidencia de la República pueda demostrar que supera el 17% de la intención de voto según la encuesta publicada este miércoles 31 por el Semanario Universidad, de la Universidad de Costa Rica, es el síntoma más visible de una campaña electoral que se da en un ambiente de partidos políticos devastados y la desconfianza de los electores. El panorama electoral costarricense es desconcertante. De los cinco candidatos con posibilidad de pasar a la segunda ronda, dos pertenecen a los principales actores políticos de la segunda mitad del siglo pasado hasta el presente: el Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata en su fundación) y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC). Ambos reúnen a la aristocracia, políticos de derecha y ultra derecha, a los neoliberales, el sector de grandes empresarios y financiero.

El PLN y el PUSC llegan a estas elecciones devastados como resultado de políticas antipopulares, la impunidad de unos y el escándalo en otros de los graves casos de corrupción denunciados, tráfico de influencias y la pérdida de credibilidad ante los electores. Sus propuestas y programa de gobierno tienen una cadencia añosa que ya no convence. Pero además, ambos partidos han sufrido un proceso de uróboros (animales, casi siempre serpientes, que se comen sus propias colas). Las rivalidades entre grupos intrapartidarios los han llevado a perder protagonismo y a quedarse sin dirigentes de alto calibre y sin recambio generacional. Pese a esto, cuentan con una militancia histórica que, al menos en esta ocasión, parece que no alcanza.

-¿Y qué pasa con el resto de los partidos?

En la última encuesta mencionada, se registran algunos cambios. El candidato del Partido Restauración Nacional se mantiene en el primer lugar. Mientras que el representante del PLN sube al segundo. Pero lo más destacado es que ascendió la cantidad de indecisos y que creció el candidato oficialista del Partido Acción Ciudadana (PAC), llegando al tercer lugar. Este último partido, que está actualmente en el gobierno, es de reciente formación y supo ser una expresión política que se ajustó mejor a las nuevas generaciones que llevaron a la
presidencia al mandatario Luis Guillermo Solís Rivera. Ahora, se postula a Carlos Alvarado Quesada, de 38 años. Él es escritor, periodista y político que ejerció durante este gobierno como Ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social. El problema del oficialismo es que todavía pesa el escándalo conocido como “el cementazo”. Un caso de tráfico de influencias que hizo que un gobierno como el de Solís, que en su ultimo año de gobierno gozaba de una muy buena aprobación de la ciudadanía sufriera una estrepitosa caída.

Ahora bien, el candidato que va primero, el del Partido Restauración Nacional, tiene su origen en las iglesias cristianas surgidas a finales del siglo XX en nuestro país. Postula a Fabricio Alvarado Muñoz, un predicador de 43 años, histriónico y cantante de música cristiana, acostumbrado a instigar a los feligreses durante el culto. Con la bandera de la defensa de la familia tradicional y los valores llevados al fundamentalismo religioso, ha salido del piso electoral para convertirse en un candidato con posibilidades de convertirse en el próximo presidente.

Por otro lado, cabe mencionar también a la izquierda. Si bien el Frente Amplio, según las encuestas, no tiene posibilidades presidenciales, podría obtener buenos resultados en la elección de diputados. En el primer lugar postula a José María Villalta, su figura más destacada, que podría atraer una importante cantidad de votos para el FA. Con todo, el escenario es incierto y volátil por la indecisión de los electores. En este momento el abstencionismo es del 36.7% del padrón, producto de la obsolescencia de las formaciones históricas del PLN y el PUSC, el colapso del emergente oficialista PAC y la ausencia de un líder que convenza.

-¿Cuáles son los desafíos del próximo gobierno?

Los principales problemas que debe asumir el próximo gobierno son el déficit fiscal, la reforma tributaria que busca mejorar la recaudación y bajar la evasión impositiva así como un plan de contingencia del gasto público. La reactivación de la economía es un tema central de campaña. En 2017 la economía registró un crecimiento del 3,9% y según las previsiones del Banco Central y el Banco Mundial, en 2018 será del 3,8%, insuficiente para una economía que aspira a recuperar su dinamismo. La promesa de reactivación va de la mano de la tasa de desempleo, la creación de puestos de trabajo y la disminución de la pobreza (pasó de 22% en el gobierno anterior al 20% actual). La reactivación y la creación de puestos son los aspectos conflictivos de la realidad costarricense que este gobierno apenas logró remontar. Para unos (PLN y PUSC) la reactivación se piensa desde las empresas y los negocios, para el PAC desde lo social.

La agenda ambiental es otro de los puntos centrales, están en juego presiones de empresarios sobre mayor apertura para la generación eléctrica por proyectos privados, la autorización para que se exploten los recursos naturales que se encuentran en los parques nacionales y áreas protegidas, la exploración petrolera, el agua como una mercancía y no como un bien público de acceso universal, la conservación y protección de la fauna y de los mares, entre otros. La economía costarricense no corre mayores riesgos que otras, la encrucijada es si retorna el neoliberalismo salvaje agrupado en los partidos PLN, PUSC y Restauración, o si se da la oportunidad para que un partido moderadamente progresista como el PAC, pueda dar continuidad a los proyectos impulsados por la actual administración de Solís Rivera, que concluye el 8 de mayo próximo.

-La CIDH ordenó a Costa Rica garantizar el matrimonio igualitario ¿cómo impactó en la campaña? ¿a qué se debe que sólo dos de los tres aspirantes presidenciales apoyen esta política?

Si, el fallo de acatamiento obligatorio ordenó a Costa Rica y a los demás países Parte de la Corte IDH que garanticen la igualdad de todos los derechos de las personas sexualmente diversas, incluyendo las uniones civiles entre aquellas del mismo sexo. Ningún otro tema en debate podría haber generado el estallido social que esto causó y sirvió para que a los cristianos se les unieran las iglesias protestantes históricas, la Alianza Evangélica, la iglesia Católica, la Conferencia Episcopal, los medios corporativos de prensa, asociaciones de educadores, padres de familia y otras expresiones organizadas de la sociedad. Fabricio Alvarado, primero en las encuestas, fue ungido como el abanderado de la moral, la familia tradicional y los valores cristianos y podría convertirse en el presidente no católico de un Estado confesional católico. Nadie se está preguntando a estas alturas, si por esta razón habría algún tipo de inconstitucionalidad.

La euforia que recorre las iglesias y los cultos en todo el país requirió la intervención del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) que emitió una medida cautelar para que pastores y sacerdotes dejen de hacer campaña política durante los oficios religiosos desde donde se arenga para que los feligreses voten por el Partido Restauración Nacional. La medida cautelar, a su vez, fue impugnada por las iglesias porque atenta contra la libertad de expresión, dijeron. Según su alegato, se establece un trato diferenciado entre pastores y sacerdotes y el resto de los ciudadanos, por el impedimento a manifestar su opinión política. A raíz del fallo, Fabricio Alvarado adelantó que va a retirar a Costa Rica del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.


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