Las miserias de una oposición sin brújula – Cambio, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

En el cúmulo de hechos sucedidos la semana pasada, además de las cumbres en Lima y hasta el ataque desproporcionado de la alianza EEUU-Gran Bretaña-Francia a Siria, tres hechos destacan con relación al Jefe de Estado, que al mismo tiempo realzan su posición como neto líder regional y nacional.

Por una parte, su presencia ascendente en las redes sociales, particularmente por sus mensajes mediante tuits de la cuenta @evoespueblo, que al cumplir ayer el segundo año se consolida con casi 362 mil seguidores, la mayor parte de ellos logrados en la última gestión. Sus contenidos, de amplia aceptación, lo recuerda el mismo Presidente, son parte de la comunicación diaria con el pueblo, incluidos los anhelos comunes; de la rememoración de la historia patria para compartirla, y de la difusión del pensamiento de liberación.

Por otra, los resultados de un reciente sondeo de opinión, publicado por un diario local, que subraya también cómo se mantienen —en términos generales y sujeta a oscilaciones eventuales, no coyunturales ni estructurales— la confianza de los bolivianos en Evo Morales y la conformidad que otorgan a su gestión presidencial.

Tan sólo las calificaciones muy buena y buena suman un 34% de las personas consultadas en la medición, sin contar que al menos una mitad del 43% de los que la califican “ni tan buena ni tan mala”, contribuye a concluir que la mayor parte de la población del país, y probablemente la más significativa, se encuentra satisfecha con el accionar del proceso de cambio y la administración del Estado.

Entre otras percepciones, destaca asimismo que la opción Evo preserva su primer lugar y liderato por encima de otras postulaciones; y lleva por casi el doble de porcentaje al segundo, 24-14%; que a su vez encabeza al resto de posibles candidatos con esmirriados caudales que no superan el 10% y que en algunos casos ostentan ridículos 8, 5, 3 y 2%, de alguna forma también patéticos, a la hora de ver su influencia nacional.

Por último, sobresale su reciente intervención en dos foros interamericanos donde salió en defensa de la dignidad y soberanía de los pueblos y los Estados, en concordancia con posiciones antiimperialistas, pero también de integracionismo hemisférico y mundial, recordando en Venezuela que los presidentes revolucionarios no precisan reconocimiento de regímenes sumisos al imperio pues les basta el de sus propios pueblos.

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