Crisis en Haití: el presidente Moïse se reúne con diversos sectores de la sociedad

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Advierten en Haití impacto negativo de protestas por combustible

Las violentas manifestaciones del 6 y 7 de julio por el aumento del precio del combustible, tendrán consecuencias en la economía haitiana, afirmó el especialista Etzer Emile, citado hoy por medios de prensa.

De acuerdo al economista, los actos de saqueo, destrucción y quema de establecimientos comerciales, hoteles, grandes almacenes, tiendas y otros causaron pérdidas millonarias al país, lo que influirá en la disminución de la tasa de crecimiento y por consiguiente el aumento del desempleo, escasez de ciertos productos en el mercado local y el incremento de la inflación.

Según el recuento parcial del diario Le Nouvelliste, uno de los más importantes del país, los aparcamientos de los hoteles Oasis y Best Western fueron destruidos, también las tiendas Digicel y Natcom, las compañías telefónicas mejor posicionadas y la escuela de baile Lyn William Rouzier.

Similar suerte corrieron los supermercados, Delimart, Delmas 30 y Clercine, y los concesionarios Auto Plaza y Universal Motors, así como los grandes almacenes de MSC Plus en la avenida del aeropuerto Toissant Louverture.

De acuerdo con el también profesor, además de las afectaciones materiales, de mobiliarios, y otros bienes y datos, también existen pérdidas fiscales para el Estado, y la disminución directa e indirecta de varios miles de empleos.

Además, agregó que los disturbios podrían conducir a la aceleración del déficit presupuestario ya bastante alto para los meses transcurridos, aunque reconoce que existe una situación de frustración acumulada que pudo haber engendrado lo sucedido durante los dos días de movilización general, particularmente en Puerto Príncipe.

‘Una economía que se ha degradado durante siglos, la falta de creación de empleo, la desigualdad y la exclusión social en el sistema, no pueden dejar de provocar la ira de las masas’, subrayó el experto.

Asimismo, enfatizó que el impacto negativo de las protestas pudiera ampliar aún más la brecha entre las clases sociales del país, mientras que las manifestaciones acrecentarán las dudas de los inversores nacionales y extranjeros.

Prensa Latina


Moïse poursuit les consultations

Le chef de l’État haïtien, Jovenel Moïse ,s’est entretenu aaujourd’hui avec des membres de l’église catholique dans le cadre de la série de pourparlers engagés avec les secteurs vitaux de la nation.

cette démarche vise à mieux identifier les principaux problèmes conjoncturels en vue de faciliter !es actions de l’État susceptibles de recoudre le tissu social, précise la Presidence.

M. Moïe s’est entretenu avec l’ambassadeur de France au Palais national. Les discussions ont porté sur les divers aspects de la coopération entre les deux pays et la nécessité de rrenforcer les divers aspects de cette coopération .

Hier le chef se l’État avait eu des échanges avec les leaders du culte vaudou dans le cadre des consultations en vue de la désignation d’un nouveau Premier Ministre.

M Moïse a engagé des consultations formelles et constitutionelles avec les présidents du Sénat, Joseph Lambert et de !a chambre des députés GaryBodeau .

Selon la constitution les consultations avec les présidents des deux branches du Parlement sont indispensables lorsqu’aucun parti n’est majoritaire. Toutefois le bloc APH composé du PHTK et alliés, est doté d’une large majorité de 70 élus.

Il est impossible aux autres blocs et groupes d’imposer leur vision au bloc majoritaire.

Dans son adresse a la nation la semaine écoulée le président Moïse avait annoncé des consultations avec tous les secteurs de la vie nationale.

Métropole Haïti


El «ajuste» del FMI y la «ayuda humanitaria» de EE.UU. en Haití

Desde el 6 de julio, Haití fue escenario de protestasen rechazo al aumento en los precios de la gasolina, el petróleo y el kerosene. Una medida acordada en febrero entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ante la violencia, la medida fue revertida al día siguiente y el presidente Jovenel Moïse llamó a la población a regresar a sus hogares. Sin embargo, las protestas continuaron y han dejado al menos tres muertos, así como daños a edificios gubernamentales, comercios, hoteles y oficinas de negocios.

Los disturbios ocurrieron en la capital Puerto Príncipe, en la ciudad Cap-Haitien y en las comunas de Les Cayes, Jacmel y Petit-Goave.

Para el 9 y 10 de julio sindicatos y grupos opositores convocaron a una huelga general, la cual se cumplió y causó la paralización del transporte. Tras esto, se restableció la calma y la actividad comercial.

Renuncia del primer ministro

Las protestas y el descontento social en el país por los ajustes exigidos por el FMI hicieron que el primer ministro haitiano, Jack Guy Lafontant, presentara su renuncia el 14 de julio ante el presidente Jovenel Moïse.

Mientras la población espera por el nombramiento de un nuevo primer ministro, el presidente Moïse prometió formar un Gobierno inclusivo e inició consultas con sectores económicos, políticos, sociales y religiosos.

El portavoz presidencial informó que Moïse ya ha tenido reuniones con posibles candidatos.

La «ayuda humanitaria» del FMI y EE.UU.

La medida de «ajuste» del FMI implicaba el aumento de la gasolina en 38 por ciento, del diésel en 47 por ciento y el del kerosene en 51 por ciento, este último utilizado por la mayoría de los haitianos para alumbrar sus casas, debido a que no tienen electricidad.

Se trataba de un acuerdo de «ayuda humanitaria» entre el Gobierno de Haití y el FMI, realizado sin el consentimiento de la población, como parte de un programa de ajustes, cuyo propósito era poner fin a los subsidios que tienen los productos derivados del petróleo bajo el pretexto de reducir el déficit presupuestario gubernamental y «estabilizar» la economía.

El rechazo a la medida fue de inmediato pues el acceso al combustible es solo es posible gracias a los subsidios. La mayoría de los haitianos aún viven en pobreza extrema, en un país con desempleo generalizado y una alta inflación.

La deuda de Haití con el FMI se dio tras el terremoto de 2010, que dejó al menos 222 mil 570 fallecidos, 1,5 millones de personas en la indigencia y pérdidas materiales calculadas en 7.900 millones de dólares. Se trató de un «préstamo» de 114 millones de dólares que debía empezar a ser reembolsado tras un período de cinco años y medio.

Tras el terremoto, el país también sufrió una epidemia de cólera, de la cual es acusado el personal de paz de Naciones Unidas. La enfermedad mató a más de 8 mil personas y más de 650 mil se enfermaron. A esta catástrofe se unieron los huracanes Matthew e Irma en 2016 y 2017, tras los cuales miles de personas siguen viviendo en campamentos.

El terremoto sirvió de excusa para una nueva intervención «humanitaria» de Estados Unidos (EE.UU.) en Haití, donde años antes, entre 1951 y 1986, fue responsable de implementar la dictadura de los Duvalier para controlar y saquear los recursos naturales de la isla.

Esta calamidad que atravesaba el país también abrió la oportunidad para la «ayuda humanitaria» de la ONU, que tomó el control de la isla con la misión MINUSTAH (7 mil soldados y policías).

La intervención extranjera terminó siendo un fraude económico, pues mientras el país seguía sufriendo las consecuencias del terremoto, millones de dólares en «ayuda humanitaria» de Occidente no llegaron nunca a la población. Casi el 90 por ciento de este financiamiento quedó en organizaciones extranjeras, entre ellas se acusa a la Fundación Clinton.

La deuda externa de Haití se estima en unos 890 millones de dólares, de los cuales el 41 por ciento corresponde al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), su mayor acreedor, y el 27 por ciento al Banco Mundial (BM).

TeleSur

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