México | Luis Guillermo Hernández, académico: «La inseguridad es la gran urgencia nacional»

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Entrevista a Luis Guillermo Hernández, académico

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

Andrés Manuel López Obrador cumplió, el pasado lunes 11 de marzo, los cien días al frente del Ejecutivo nacional. En ese plazo, presentó una infinidad de proyectos, se llevaron a cabo compulsas populares para aprobar o no planes de gobierno, pero también las tapas de los diarios continuaron difundiendo noticias sobre crímenes violentos, desapariciones y asesinatos de periodistas. ¿Cuáles fueron los aciertos y los puntos negativos? ¿Cuáles algunos de sus desafíos? NODAL entrevistó a Luis Guillermo Hernández, periodista y académico de la Universidad de Guadalajara, para aportar una visión sobre lo que sucede en tierras mexicanas.

¿Qué aspectos positivos destaca a 100 días de la gestión de gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

Uno de los puntos más importantes que ha logrado concretar es la estructuración de los programas sociales, lo que va a ser la marca de su gobierno. Un gobierno que recupere prestaciones sociales, beneficios, apoyos a las miles de familias desfavorecidas en todo el territorio nacional. El impulso del programa para adultos mayores a nivel nacional está generando una avalancha de reacciones positivas porque es uno de los sectores más desfavorecidos por la crisis económica de los últimos 30-40 años. De la misma manera impactan los programas para jóvenes y de apoyo a productores del campo, a lo que aquí llaman la recuperación de los precios de garantía, apoyos mínimos para los campesinos y el sector agropecuario. Atacar las problemáticas de estos sectores es enfrentar de una manera muy eficaz uno de los grandes errores de la economía mexicana de las últimas tres décadas. Recordemos que el tratado de librecomercio que se firmó en 1994, en México, acabó prácticamente con la producción agropecuaria nacional, los pequeños productores. Los pequeños propietarios de tierras para autoconsumo y de subsistencia quedaron prácticamente derrotados por el modelo que favorecía la importación de productos de Estados Unidos y Canadá. Hay, además, otros elementos que son secundarios, pero que para mí son importantes y tienen que ver con los símbolos. El cierre de lo que fue la sede de la presidencia de la república, la residencia oficial de Los Pinos, como una institución simbólica del poder presidencial es un gran acierto mediático y social, pero sobre todo simbólico. Ha ayudado a que se entienda mucho mejor el discurso de renovaciónde transformación que plantea el gobierno de López Obrador.

¿Y cuáles serían los negativos?

Me parece que el principal punto es la incapacidad del gobierno de López Obrador para entender que la indignación social no es únicamente una cuestión de venganza contra el pasado, contra los anteriores gobiernos, sino un asunto de derecho y de justicia. La negativa insistente del presidente a someter a procesos judiciales a todas las personas, los funcionarios y las autoridades que robaron, que falsificaron y que delinquieron desde las estructuras del gobierno es una falla muy grave. Creo que desde la presidencia de la república no se puede ni se debe establecer una amnistía sin pasar por el concurso de la ley. Eso está impactando negativamente en la percepción de quienes vemos que no se está considerando que la impunidad es el principal flagelo y deficiencia de este país. Me parece que está anteponiendo los intereses políticos y eso es una falta muy grave. En este sentido, creo que también es un grave error que como el presidente es una persona ética, intachable en términos de conducta política y social, por descarte todos sus colaboradores lo son. Digo esto porque uno de los principales escándalos de esta primera etapa ha sido la adquisición de vehículos de EEUU para atender la emergencia delabastecimiento de gasolina sin licitación, sin un estudio de impacto, sin evaluación previa. Creo que el presidente se equivoca muchísimo. Tiene que obligarse él mismo y todo su equipo a ir por la más inescrupulosa y meticulosa observancia de la ley, y no lo están haciendo.

¿Qué impacto considera que ha tenido la explosión del ducto en Hidalgo y el respectivo abordaje del conflicto?

Me parece que tuvo una serie de impactos positivos y negativos. En términos de impacto positivo, el gobierno logró establecer un mecanismo de trabajo y de control de daños casi inmediato. La presencia del presidente en el lugar de los hechos unas horas después de que ocurriera la explosión en Hidalgo me parece que estableció una forma de gobierno que veremos a partir de este momento: la presencia constante, permanente, física y también mediática del presidente de la república en los problemas que ocurren en el país. Eso es algo que muchos ciudadanos demandábamos porque no la veíamos en otras administraciones. Ahora, esta presencia del presidente y de su equipo evidenció las principales faltas de coordinación y carencias de comunicación de la estructura gubernamental federal. Dejó muy en claro que se necesita ajustar estrategias y herramientas de comunicación entre los integrantes del equipo y hacia afuera, y nos reveló que la fragilidad estructural en la cual se está moviendo este gobierno va a ser uno de sus principales defectos. La atención a las víctimas fue impecable. El hecho de no criminalizar a las personas que estuvieron implicadas en la explosión independientemente de que se encontraran cometiendo delitos, me parece que fue un punto muy importante porque marcó también la diferencia con gobiernos anteriores. Un gobierno que piensa en la gente y que está enfocado en las necesidades y las implicancias de la gente en los asuntos de la cosa pública.

Las organizaciones campesinas y de periodistas -entre otros actores de la sociedad- continúan reclamando por los asesinatos a dirigentes y manifiestan dudas sobre la implementación de la Guardia Nacional, ¿podría explicar qué es y si lo considera positivo o negativo? ¿Por qué?

Respecto a este punto voy a manifestar un punto de vista no tan polémico, porque quiero entender la lógica de la presidencia y del gobierno federal. Fui uno de los pocos que no consideró negativa la propuesta original de la Guardia Nacional. Me explico: como periodista he tenido la oportunidad de recorrer prácticamente todo el país en los últimos diez años, he estado en las zonas más difíciles, de más profundo silencio, como Tamaulipas, Veracruz o Sinaloa, en el norte del país que es la zona más atacada por la inseguridad y la criminalidad. Uno de los reclamos que más escuché en las calles era la necesidad de la presencia del ejército en la vigilancia y la supervisión de la seguridad social. Para mí, la presencia de la Guardia Nacional como institución militarizante en términos de estructura, de organización y de adiestramiento en conjunto con la aplicación de programassociales de combate a la pobreza, a la marginación, a la exclusión, en esas regiones, era una fórmula que podía ser muy efectiva y productiva para atender a esas regiones afectadas por la criminalidad. La negativa social a que el mando militar se ocupara de las labores de la Guardia Nacional me pareció una discusión más política que otra cosa. Sin embargo, la forma en la que quedó estructurada y reglamentada ofrece una posibilidad muy importante para que sea exitoso ante la gran violencia que hay en el país. Vamos a ver los primeros resultados en el primer trimestre o semestre, entonces vamos apoder evaluar con mucha más seriedad y certeza qué tan eficaz va a ser. Hasta este momento, a cien días del gobierno, la inseguridad sigue prácticamente igual, hemos escuchado historias terribles en los últimos días que no se diferencian en nada de lo que habíamos escuchado antes.

¿Cuáles son los próximos desafíos que deberá enfrentar AMLO?

Sin dudas, la inseguridad. Me parece que es la gran urgencia nacional y que tiene que ir aparejado con el combate a la impunidad y el combate al establecimiento de la ley del más fuerte en muchas regiones del país. Mientras el gobierno no logre mostrarnos en las calles, en la percepción, que la inseguridad ha dejado de ser nuestra principal preocupación no podrá decirse que su gobierno fue exitoso. Es una obligación moral, institucional y legal que el país recupere la calma, la paz, la posibilidad de reconciliación de nuestra sociedad. Son cosas que tenemos que analizar con mucho detenimiento pensando en las diferentes aristas que han estado involucradas, pero sin dudas sólo va a ser a partir de que tengamos la paz social que podamos evaluar con mucha mayor justicia las perspectivas que ofrece el gobierno de López Obrador.

En materia económica y fiscal el gobierno es más conservador. Ha evitado una ruptura radical con los modelos anteriores y ha preferido que el cambio en la estructura del gasto público sea gradual. Me parece que los cambios administrativos en los términos de burocracia gubernamental también serán una cosa que tendremosque observar. Hay una gran confusión sobre las estructuras que van a desaparecer, sobre qué parte de las dependencias va a ser desarticulada y qué parte reincorporada o reabsorbida como parte de un modelo de transparencia y de austeridad. Me parece importante observar también cómo va a ser el combate a la corrupción. Necesitamos saber quién va a ser la primera figura sometida a proceso, quién va a ser el personaje que va a representar esta lucha contra la corrupción. Soy optimista. Creo que México tocó fondo en todos los ámbitos en la última década. Llegó a los niveles de degradación y de descomposición social y de corrupción que jamás habíamosvisto y eso juega a favor del gobierno de López Obrador porque creo que no podemos llegar más bajo. Eso, de alguna manera, es una posibilidad de futuro esperanzadora. Creo que el presidente está obligado a responder a la grandísima expectativa nacional que hay respecto de su gobierno y será en proporción de su respuesta que podremos evaluar a su gobierno.


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