Discurso del Secretario de Comercio de EEUU Wilbur Ross en la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela

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Agradezco al Gobierno de Perú por convocar a este encuentro para analizar el futuro de Venezuela. Lo que se hable hoy representa un paso importante hacia el renacer y la recuperación del país. Hace menos de una década, Venezuela tenía el ingreso per cápita más alto de América Latina. Sin embargo, la corrupción y la incompetencia del gobierno de Maduro han provocado una retracción de la economía venezolana de más del 60 por ciento en cinco años.Por supuesto, muchos de los números que mencionaré hoy son estimaciones, ya que el gobierno de Venezuela ni siquiera ha informado estadísticas económicas globales desde 2011. Mientras tanto, han sumido al país en una deuda de ciento noventa mil millones de dólares y han destruido el tejido mismo de la economía.

Nada funciona bien: ni la electricidad, ni el agua, ni el alcantarillado, ni el sistema de autobuses, ni la atención médica, ni la distribución de alimentos y medicamentos, ni tampoco hay mucha liquidez.

La mayoría de las personas no puede solventar el costo de una dieta diaria básica de 2200 calorías, y se determinó que el venezolano promedio ha perdido involuntariamente 24 libras de peso en apenas un año. Y la situación sigue empeorando. Más de cuatro millones de personas han abandonado el país. Ni el gobierno de Maduro, ni sus aliados más cercanos, Cuba, Rusia y China, están resolviendo estos problemas. Todo lo contrario. Literalmente están desviando a las arcas cubanas, chinas y rusas miles de millones de dólares al año de ingresos generados por el petróleo, que deberían destinarse a alimentos para los venezolanos en situación de hambruna. Son cómplices de la flagrante delincuencia de funcionarios públicos desde los puestos más altos hasta los escalafones más bajos, y del aumento de las pandillas y los narcotraficantes que se propagan ahora por todo el país.

¡Qué aliados!

El saqueo de Venezuela debe terminar. Venezuela continuará deteriorándose hasta que el gobierno reconocido internacionalmente del presidente interino Juan Guaidó pueda implementar las reformas económicas, políticas y sociales que se necesitan. La inversión del sector privado debe estar sustentada por la confianza en el crecimiento económico, que a su vez deberá basarse en reformas económicas, el Estado de derecho, la transparencia, la cooperación global y la integración regional. Los mismos recursos naturales que una vez ayudaron a que Venezuela se convirtiera en un gran país todavía se encuentran allí; solo deben rehabilitarse tras años de gestión deficiente. Pero el crecimiento también requiere de ayuda inicial para poner el mecanismo en marcha.

Nosotros, en el Departamento de Comercio, hemos apoyado una iniciativa interinstitucional para movilizar recursos y conocimientos que contribuyan a la recuperación de Venezuela, una vez que Maduro y sus secuaces se vayan. Todo en lo que estamos trabajando son sugerencias. El gobierno de Guaidó decidirá qué es lo mejor para el pueblo de Venezuela y cuál es la mejor manera en que la comunidad internacional puede ayudarlos a mejorar la situación. La coordinación y el apoyo que se les han ofrecido han sido y continuarán siendo la piedra angular de todo nuestro esfuerzo. Trabajamos con países socios, organizaciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, y ejecutivos con experiencia reciente en el sector privado en Venezuela.

Nuestros esfuerzos por ayudar al pueblo de Venezuela a recuperar la prosperidad tras el fin del régimen de Maduro se dividen en cuatro categorías principales: energía, estabilización macroeconómica y financiera, normalización agrícola, y rehabilitación del sector privado. En cada una hay componentes detallados a corto, mediano y largo plazo. El corto plazo incluye asistencia humanitaria inmediata en el primer o los primeros dos meses después de Maduro, el mediano plazo consiste en trabajar para revertir el impacto del socialismo en los meses tres a doce, y el esfuerzo a largo plazo es restablecer el crecimiento económico sostenible.

En el área de energía – – –

Inicialmente: Instaurar reformas a favor del mercado y promover la participación de empresas privadas mediante la nueva ley de hidrocarburos que está siendo estudiada en la Asamblea Nacional.

Mediano plazo: El gobierno implementará términos adecuados de gobernanza para las empresas energéticas, con facilitación de la inversión privada, rondas de licitación para proyectos petroleros y reparación del sistema de producción de energía. Se han descuidado cosas tan sencillas como el pedido de repuestos; por lo tanto, revertir los efectos del socialismo no es una tarea menor. La meta a un año es revertir el deterioro de la producción energética facilitando la inyección de capital y habilidades en materia de petróleo, gas natural y electricidad. El crecimiento ulterior será un esfuerzo continuo.

En el área de estabilización macroeconómica y financiera

Inicialmente tras el fin de la dictadura de Maduro y el restablecimiento de la democracia: Estados Unidos tiene previsto aliviar las sanciones, promover el crédito comercial interno e internacional, enviar asesores técnicos, y conseguir el apoyo de instituciones financieras internacionales para generar confianza en las nuevas políticas económicas de Venezuela.

Mediano plazo: Reformar el banco central, el sistema tributario, las instituciones fiscales, la deuda y el sector bancario de Venezuela en el contexto de un acuerdo a largo plazo con el FMI y la necesidad de estabilidad económica y elecciones libres.

Largo plazo: Continuar con las reformas, con inyecciones de capital y talentos, incluido el regreso de expatriados, para propiciar el crecimiento económico sostenible.

En el área de normalización agrícola

Inicialmente: Apoyar la provisión de ayuda alimentaria inmediata, propiciar las importaciones de semillas, fertilizantes, equipos agrícolas y asesoramiento técnico.

Mediano plazo: Fomentar la cooperación agrícola entre EE.UU. y Venezuela y estimular las cadenas de suministro locales y regionales, ayudando a los productores nacionales a cubrir una mayor parte de las necesidades del país.

Largo plazo: Fortalecer los conocimientos técnicos, mejorar la capacidad y los estándares, desarrollar un sistema de información de mercado nacional, reformar el sistema de titularidad de tierras y aumentar el acceso al crédito.

Y, en el área de restablecimiento del sector privado

Inicialmente: Estados Unidos levantará las restricciones comerciales para las empresas estadounidenses, movilizará contactos comerciales con Venezuela, y promoverá reformas a favor del mercado y a favor de las empresas.

Por ejemplo, el Departamento de Comercio creará inmediatamente una cámara de compensación virtual, que luego funcionará dentro del país con inteligencia en tiempo real sobre oportunidades de comercio e inversión para las empresas estadounidenses e internacionales.

Mediano plazo: Atraer la inversión extranjera instaurando reformas a favor del mercado, mejorando el clima de negocios, eliminando los controles del Estado, implementando una estrategia de privatización, reformando leyes comerciales y erradicando la corrupción.

Ese proceso, después del primer año, se basará en estos esfuerzos previos.
La inversión en infraestructura en todos los sectores también será una parte integral de todo este trabajo. En colaboración con nosotros, el gobierno de Guaidó y otros socios han identificado proyectos de importancia crítica en materia de energía, infraestructura y medioambiente. Se concentran en la rehabilitación y modernización en áreas tales como electricidad, gas, alcantarillado, agua y transporte público. Los proyectos varían desde relativamente pequeños y rápidos hasta otros de gran envergadura a desarrollarse durante varios años.

Un arreglo relativamente rápido sería Lago Maracaibo, que había llegado a producir 400.000 barriles de petróleo por día, pero que ahora produce tan solo una pequeña fracción de esa cantidad debido al abandono y a la falta de piezas para realizar reparaciones. En el extremo opuesto se encuentra el Centro de Refinación Paraguaná, que representa más de dos tercios de la capacidad instalada de Venezuela y es la refinería más grande del Hemisferio Occidental. Prácticamente todo necesita reparaciones. La rehabilitación y, en algunos casos, la terminación de infraestructura física como 25.000 kilómetros de carreteras, puertos y puentes es fundamental para garantizar la conectividad de grandes ciudades con el interior del país y para el sector minero y de petróleo y gas. En última instancia, la comunidad de negocios internacional contribuirá a impulsar estos proyectos y será crucial para la prosperidad a largo plazo de Venezuela.

Creemos sinceramente que su situación actual no tiene que ser necesariamente una condena perpetua. La crisis venezolana es un problema global, y también una oportunidad global para reivindicar los derechos democráticos y la dignidad humana básica. Ansiamos poder trabajar con todos ustedes a medida que esta oportunidad de resurgimiento se vaya desarrollando.

Departamento de Estado de EEUU


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