Elecciones regionales en Colombia: Claudia López gana en Bogotá y el uribismo es el gran perdedor

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Así quedó el ajedrez del poder 2020-2023

Con una participación de más del 60 % del potencial electoral, superando la registrada hace cuatro años, el país político comenzó a trazar un nuevo rumbo. El uribismo empezó su declive en las urnas, la Alianza Verde se convirtió en la fuerza política que más creció y ganó con Claudia López la Alcaldía de Bogotá siendo además la primera mujer en lograrlo; los grandes partidos siguieron perdiendo hegemonía; los independientes fueron el palo; las coaliciones la fórmula ganadora en todo el país; y los clanes regionales tuvieron una de cal y otras de arena, y sobrevivieron los grandes.

El nuevo mapa político se arma en los siguientes días al escrutinio, cuando aparecen las noticias sobre victorias memorables, derrotas impensadas o historias de ascenso al poder deslumbrantes. La jornada electoral mostró un pequeño progreso hacia una democracia más madura, donde no siempre se imponen las maquinarias, en la que los movimientos ciudadanos, las candidaturas independientes y las alianzas de partidos les quitan terreno día a día a los partidos políticos. Los batacazos fueron los triunfos de Claudia López en Bogotá, Daniel Quintero en Medellín, William Dau en Cartagena y Jairo Yáñez en Cúcuta.

Las firmas encuestadoras, que tuvieron su propio balance, no acertaron en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cartagena. Lo hicieron en Barranquilla, donde estaba cantada la victoria de Jaime Pumarejo y en Cali con Jorge Iván Ospina. En ese conteo, los principales derrotados son los partidos tradicionales, a quienes ya les cuesta cada vez más elegir alcaldes o gobernadores con votos propios y se han visto forzados a refugiarse en las alianzas interpartidistas para mantener su poder. De 32 gobernaciones, 24 fueron ganadas por candidaturas de coalición.

El Partido Liberal, por ejemplo, pasó de cuatro gobernaciones propias a dos; Cambio Radical de cinco gobernaciones propias a ninguna. El Partido de la U tenía dos y le quedó una. El conservatismo tenía cuatro y pasó a dos. En segunda línea, el uribismo sufrió una derrota que se amplifica si se tiene en cuenta que son el partido de gobierno. Después de 17 años de poder del expresidente Uribe como elector, sus aliados políticos apenas ganaron dos gobernaciones: en Casanare, donde conservaron su hegemonía y en Vaupés. Pero sobre todo perdieron en las tierras más uribistas: Antioquia, la Alcaldía de Medellín, en Córdoba, donde el propio exmandatario había puesto tanto empeño, también en Santander, Caldas, Meta o Sucre. Y se ratificó que en Bogotá y en Cali no tiene plaza el Centro Democrático.

En cuanto a la oposición política, en términos generales mostró sus avances. En especial, la Alianza Verde, que ganó con Claudia López la segunda plaza política más importante del país, con un agregado clave: una sólida bancada de respaldo a la misma colectividad en el Concejo. También obtuvieron victorias en Cali, Manizales, Villavicencio, Bucaramanga y Cúcuta. Entre las historias sorprendentes está la del primer excombatiente de las Farc en llegar al poder. Se llama Guillermo Torres, pero se le conoce como Julián Conrado, que ganó en Turbaco (Bolívar). O la de Jairo Yáñez, el nuevo alcalde de la capital de Norte de Santander, un empresario de la arcilla de 68 años que, perífono en mano, venció al titán de la frontera, Ramiro Suárez Corzo. Empezó su campaña tardíamente, y a punta de echar discursos en la calle, conquistó a un pueblo agobiado por la maquinaría dirigida desde la cárcel. En cambio, en Bello (Antioquia), ganó el candidato que hizo campaña con un brazalete del Inpec.

Desde la óptica de los clanes regionales, los resultados de ayer demostraron que únicamente las casas más consolidadas lograron mantener su poder. En Atlántico, la casa Char hizo doblete con Alcaldía y Gobernación —que no tenía— pero también perdió en el segundo distrito electoral: Soledad. Allí ganó Rodolfo Ucros, quien pasó por el medio de las dos grandes maquinarias: la de Cambio Radical, que tuvo al propio Fuad Char empujando la barca, y la del actual alcalde, Joao Herrera, quien partió cobija con sus principales impulsores. También festejaron los Gnecco en el Cesar. Los Aguilar demostraron que siguen siendo los que mandan en Santander. En Bolívar, con la victoria de Vicente Blel, se probó que el poder político de su padre crece con los escándalos. Y la casa Merheg en Risaralda también ratificó los caudales que lo sostienen.

En cambio, los cacicazgos regionales salieron derrotados en Cartagena, por el independiente William Dau; en Magdalena, los Cotes perdieron la Gobernación y la Alcaldía de Santa Marta con las fuerzas de Carlos Caicedo; y en Villavicencio les ganó a los electores tradicionales Felipe Harman, quien se convirtió en el primer alcalde de izquierda en la capital llanera. En Córdoba salieron derrotados los fortines del exgobernador Alejandro Lyons y Bernardo “Noño” Elías, pues les ganó Orlando Benítez, del liberalismo. En Sucre perdieron los polémicos excongresistas Yahir Acuña y Marío Fernadez Alcocer, y en La Guajira perdió el candidato del exgobernador condenado, Kiko Gómez.

Entre los triunfos más pintorescos, por la reputación de los personajes, está Arnulfo Gasca, “el patrón de patrones”, quien ganó la Gobernación de Caquetá. Era la tercera vez que el polémico ganadero buscaba un cargo de elección popular y fue la vencida. A pesar de que se le asignan relaciones a oscuras, y de que en las pasadas elecciones le quitaron el aval por esa misma razón, el pueblo caqueteño se inclinó por un hombre que se hizo famoso por protagonizar un narcocorrido. Otro de la lista de cuestionados fue Andrés Gómez, a quien relacionan con la masacre de la Guaripa (2018). La Gobernación de Putumayo quedó en manos de Buanerges Rosero, a quien relacionan con Edgardo Figueroa, capturado en la famosa narcoambulancia con 250 kilos de cocaína.

Y estos los primeros datos que aparecen de una de las campañas más intensas, con mayor número de candidatos y más alta participación electoral que se recuerde en el país. Pero faltan cosas por conocerse, y muchas victorias aparentes pueden convertirse en pequeñas derrotas o en nuevos retos para los ganadores. Lo único cierto es que el telón de la política nacional cayó por los próximos dos años, si nada extraordinario ocurre.

El Espectador


¡Histórico! Claudia López nueva alcaldesa de Bogotá

La elección de Claudia López Hernández como nueva alcaldesa de Bogotá representa un hito para la ciudad en materia de equidad de género: no solo es la primera mujer elegida por voto popular para ese cargo, sino que es la primera persona de orientación abiertamente homosexual que llega a él.

“Hoy era el día de las niñas, hoy era el día de los jóvenes, de las mujeres, hoy era el día de las familias hechas a pulso. Sabíamos, siempre supimos, que solo si nos uníamos podíamos ganar y así lo hicimos, nos unimos, ganamos e hicimos historia”, dijo la nueva alcaldesa.

López agradeció a sus contenedores de campaña, a quienes invitó a trabajar con ella.

“Bogotá no queda herida ni dividida, ni polarizada, Bogotá escogió una historia de vida, una trayectoria para gobernar bien, escogió el liderazgo de una mujer”, manifestó.

Su victoria significa un gran cambio en el mapa político. Lo es porque el segundo cargo de elección popular del país queda ahora en manos de la Alianza Verde, una colectividad en oposición al presidente Iván Duque, y a cargo de la fórmula a la vicepresidencia de uno de sus principales rivales en las elecciones del año pasado.

Para Claudia López, es igualmente su mayor victoria política en una carrera que la ha destacado como una luchadora contra la corrupción y como una mujer valiente que se ha enfrentado a todas las maquinarias políticas.

¿QUIÉN ES CLAUDIA LÓPEZ?

Claudia López nació en Bogotá, el nueve de marzo de 1970. Estudió Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad Externado de Colombia. Tiene una Maestría de Administración Pública y Política Urbana hecha en la Universidad de Columbia, y recientemente obtuvo su Doctorado en Ciencia Política de la Universidad de Northwestern.

Inició su carrera política en los años 90, cuando impulsó el movimiento de la Séptima Papeleta y sobre el cual se aprobaría la Constituyente de 1991; paradógicamente, Claudia estudiaba Biología en la Universidad Distrital, pero desde que hizo parte de aquel movimiento estudiantil, no ha dejado de llamarle la atención el mundo político.

Fue consultora de Naciones Unidas para un proyecto de vivienda en Ciudad Bolívar, sur de Bogotá y donde ella vivía en aquel entonces; fue alcaldesa local de Santa Fe, trabajó también para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Misión de Observación Electoral (MOE) y fue columnista de varios medios de comunicación.

La parapolitica ha sido uno de los escándalos más grandes en la historia reciente de la política colombiana y denunciados por la electa alcaldesa; más de 50 exparlamentarios han sido condenados y otros tienen investigaciones vigentes.

Fue elegida como senadora por la Alianza Verde en el periodo 2014-2018, obteniendo la votación más alta (más de 81.000) del partido hasta esa época; además, fue escogida durante esos cuatro años como la mejor parlamentaria del país impulsando varios proyectos de Ley, como la prima legal para empleadas domésticas y la eliminación de la libreta militar como requisito para los jóvenes que se gradúen como bachilleres.

Después de su carrera en el Senado, decidió lanzarse como precandidata a las presidenciales del periodo 2018-2022 por la Alianza Verde; después, y bajo la Coalición Colombia, sería la fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, donde no pasaron a la segunda vuelta.

Luego de las elecciones, decidió postularse como precandidata a la Alcaldía de Bogotá con el mismo partido y ganándole en la consulta interna a Antonio Navarro Wolff.

Este 27 de octubre, los bogotanos la escogieron como la primera alcaldesa en la historia de la capital. Su proyecto tiene como bandera sacar adelante la primera línea del Metro, la protección de la reserva Thomas Van der Hammen, reforzar la seguridad en el transporte público, desmantelar las grandes ollas de la ciudad y ampliar la cobertura en educación pública.

Caracol


La estruendosa derrota del uribismo en sus principales apuestas a lo largo del país

El expresidente Álvaro Uribe madrugó a votar en la Plaza de Bolívar y aprovechó para lanzar su último mensaje de apoyo a todos los candidatos de su partido, encabezados por la apuesta de Miguel Uribe Turbay para la alcaldía de Bogotá. El exmandatario aseguró: «He votado por el Centro Democrático, por un país seguro, libre, con vigorosa empresa privada, con cohesión social integral».

Y agregó un dato final para cautivar indecisos: «En el Centro Democrático los candidatos son en un 35 por ciento mujeres, y el 31 por ciento jóvenes. Hicimos todo el esfuerzo por tener candidatos que se puedan definir en una palabra, rectitud». Luego la jornada trasncurrió en calma y pasadas las cuatro de la tarde, conforme se fueron conociendo los resultados, el uribismo en general empezó a sufrir una sorprendente paliza electoral.

Para empezar, lo ocurrido en Bogotá hay que mirarlo a la inversa. No fue una sorpresa que Milguel Uribe no triunfara pues las encuestas nunca lo ubicaron en esa posibilidad. Pero tampoco se suponía que iba a tener la peor votación. Mucho menos si se considera que los últimos sondeos lo ubicaban creciendo sostenidamente e incluso metiéndose en la pelea por el segundo puesto. Pero el resultado oficial deja al candidato de Centro Democrático como la opción menos votada por los capitalinos quienes además elegieron a Claudia López con una votación sin precedentes. Es decir, la candidatura antangónica del uribismo se alzó con el triunfo e impuso una votación importante.

El candidato Miguel Uribe hizo lo propio, salió a votar muy temprano, se tomó fotos con su familia y lanzó mensajes de optimismo. Uribe recorrió varios puntos de votación, le hizo guiño a varios de sus candidatos al Concejo y Juntas de Acción Comunal y hasta grabó un video con su abuela Nyndia Quintero Turbay en su mesa de votación.

Pero los últimos arrestos de la campaña de poco sirvieron. Miguel Uribe no solo contó con el apoyo determinate del Centro Democrático, sino también con el partido Liberal, Conservador, Mira y los cristianos de Colombia Libre y Justa. Además era el candidato del saliente alcalde Enrique Peñalosa y de una buena parte del empresariado y gremios. La propuesta de Uribe tuvo amplia difusión con cuadernillos publicitarios en periódicos y espacios televisivos, además de una constante presencia en redes sociales. Pero ni el apoyo de todo un cúmulo de partidos ni gran pauta le dieron alejarse del fondo de la tabla.

A las 5:40 de la tarde el sucesor de Peñalosa admitió la derrota. «No importa dónde estemos, vamos a seguir trabajando por esta ciudad que tanto amamos», dijo Miguel Uribe desde su sede de campaña. Para ese momento, con el 98 por ciento del escrutinio, su votación acumulaba apenas el 13,5 por ciento (419.000 votos), le seguía Holman Morris en el tercer lugar con el 13.9 por ciento (431.000), Carlos Galán en segunda posición con 32.4 por ciento (1‘004.000) y Claudia López, nueva alcaldesa con el 35.2 por ciento y 1‘088.000 votos.

Un primer análisis indica que el apoyo de Enrique Peñalosa no significó un aporte a la candidatura de Uribe Turbay, sino que probablemente fue un factor de detrimento. Así mismo, quedó en claro que la capital del país sigue siendo un escenario negado para el Centro Democrático. Uribe Turbay aceptó la derrota enviando una felicitación a Claudia López y le deseo éxitos «para que le vaya bien a Bogotá». Y agregó un mensaje final, en nombre de sus 400.000 votos: «Que asuma con responsabilidad pues uno gana con un sector pero gobierna para todos».

Pero tal vez la más dolorosa derrota para el uribismo se dio en su tierra. Lo ocurrido en Medellín sorprendió a todo mundo. Contra todos los pronósticos, el candidato del movimiento Independientes, Daniel Quintero, logró llegar al Centro Administrativo La Alpujarra. Su victoria es una derrota sentida del Centro Democrático que en los últimos cuatro años no ha logrado el poder en Medellín y Antioquia, tierra uribista por naturaleza. Pero la gran sorpresa radica en que todos los sondeos y encuentas le daban el triunfo a Alfredo Ramos, el candidato Uribe en Medellín.

A diferencia de las elecciones de hace cuatro años, en las que Federico Gutiérrez superó a Juan Carlos Vélez, candidato del Centro Democrático, solo por 10 mil votos, en esta oportunidad Quintero (a la altura del 82 por ciento de las mesas escrutadas), le llevaba a Ramos casi 50 mil votos de diferencia. Esta es una derrota demoledora para el uribismo, que no pudo a ganarle a un supuesto modelo «fallido traído de Bogotá».

Y lo ocurrido en Cali tampoco es menor. El candidato de la Alianza Verde, Jorge Iván Ospina –aunque sin el apoyo de Claudia López– derrotó a Roberto ‘Chontico‘ Ortíz, el candidato uribista quien alcanzó el 24,7 por ciento del electorado local, poco más de 128.000 sufragios. Ospina se quedó con la alcaldía con 190.000 votos que reflejan el 38 por ciento.

A nivel de gobernaciones el uribismo también registra significativos fracasos. La gobernación de Córdoba, territorio de tradición uribista, quedó en manos del partido Liberal. El candidato de este partido, Orlando David Benítez se impuso con el 54,5 por ciento sobre la aspiración del Centro Democrático, Carlos David Gómez quien apenas alcanzó el 35,7 por ciento de los votos.

Pero tal vez el fracaso más estruendoso en términos numéricos a nivel de gobernaciones para el partido de gobierno se dio en Sucre. Allí se dio la sorpresa de la derrota del cuestionado candidato Yahir Acuña sobre quien se impuso el nuevo gobernador Héctor Olimpo Espinosa del partido Liberal. Para encontrar el candidato del Centro Democratico hay que descender seis escalones: en la última posición está el nombre de Eduardo Enrique Pérez, quien contó también con el apoyo de Cambio Radical y del partido Conservador. Esta aspiración apenas alcanzó el 2.1 por ciento de la votación (8.595 votos).

Al partido de gobierno también se le escapó la gobernación de La Guajira. Allí ganó Nemesio Raúl Roys con 46.8 por ciento sobre Dalay Manuel Magnadiel, la fórmula uribista en asocio con Alianza Social Independiente que solo logró 24.4 por ciento de los votos.

A nivel de la Costa el Centro Democrático puede cantar victoria relativa solo en el departamento de Bolívar. Allí triunfó el cuestionado candidato Vicente Antonio Blel Scaff quien contó con el apoyo de media docena de partidos. Además del de gobierno los partidos Conservador, Liberal, ASI y La U. El nuevo gobernador de Bolívar es hijo del exsenador Vicente Blel Saad, condenado por parapolítica, y hermano de la senadora Nadia Blel Scaff. Los lazos de sangre lo llevaron al concejo de Cartagena y a recibir el aval de una colición de partidos para la gobernación. En medio de su campaña se conoció la existencia de una presunta red de corrupción que compromete a Vicente Blel Saad. El caso está en manos de la Fiscalía y la Procuraduría, pero la sola divulgación de audios de Blel Saad y el gerente de Aguas de Bolívar Miguel Torres Scaff hablando de detalles sobre cómo se mueve un cartel de contratación en el departamento, llevó a que el Centro Democrático le retirara el apoyo al candidato. Es decir, el cuestionado candidato candidato ganador en rigor no es ficha del uribismo, sin embargo, dado que el problema surgió al final de la campaña el logo del partido quedó en el tarjetón y fue el más votado en Bolívar.

Semana


Resultados electorales 2019: así quedaron las alcaldías y gobernaciones de Colombia

Bogotá tiene una victoria histórica con la primera alcaldesa electa en la capital. Los bogotanos eligieron a Claudia López con 1’097.728 votos. Desde el Gran Salón de Compensar, la candidata del Partido Verde y el Polo Democrático recibió los resultados que desde el primer boletín la dieron como ganadora de las elecciones, con el 35,2% de los votos. (Ver más: Claudia López, primera alcaldesa electa en la historia de Bogotá)

Por su parte, la capital santandereana eligió como alcalde a Juan Carlos Cárdenas, candidato del movimiento “Ciudadanos Libres” y avalado por el Partido Verde con 141.683 votos (48,37%). Aunque nunca se había desempeñado en un cargo político, Cárdenas contó con el respaldo del exalcalde Rodolfo Hernández y logró vencer a la política tradicional del candidato Freddy Anaya.

Sin embargo, Santander no se libró de los partidos tradicionales y Mauricio Aguilar, hijo de Hugo Aguilar (investigado por parapolítica y exgobernador) y hermano de Richard Aguilar, se quedó con la Gobernación con el 35,55% de los votos, equivalente a 375.473 votos.

Medellín también hizo historia al derrotar al uribismo con el candidato a la alcaldía, Daniel Quintero, exviceministro de las TIC y candidato por el movimiento significativo “Independientes”. Con 298.003 votos (38,52%) triunfó ante el candidato del Centro Democrático, Alfredo Ramos. La Gobernación de Antioquia quedó en manos de Aníbal Gaviria Correa, de la coalición “Es el momento de Antioquia”, con el 35,9% de los votos (800.945).

Barranquilla mantuvo la tendencia y eligió a Jaime Pumarejo, la ficha de los Char, como alcalde, avalado por el partido Cambio Radical y apoyado por los partidos Conservador, Liberal, de la U y Centro Democrático. Elsa Margarita Noguera, de la coalición “la Clave es la Gente”, apoyada por los partidos Cambio Radical, Conservador, Liberal y Centro Democrático, se quedó con la Gobernación con el 66,78% de los votos (657.757).

Gorky Muñoz Calderón, el apadrinado de Germán Vargas Lleras, resultó elegido como nuevo alcalde de Neiva gracias a la maquinaria más poderosa de la región. Con 62.501 votos le ganó a Germán Casagua Bonilla, el otro puntero de las encuestas. La Gobernación de Huila quedó a la cabeza de Luis Enrique Dussan, con el apoyo del Polo, Mais y la Colombia Humana.

La Gobernación de Arauca quedó en manos de Facundo Castillo, andidato avalado por el partido Cambio Radical, coavalado por La U y apoyado por MAIS y Colombia Renaciente. También había sido gobernador entre 2012 y 2015. La alcaldía de la capital del departamento quedó a la cabeza de Edgar Fernando Tovar, del Partido Alianza Social Independiente, con 11.374 votos.

La sorpresa en Cúcuta la dio Jairo Tomás Yañez, respaldado por la Alianza Verde, quien le ganó a su contendor político Jorge Acevedo, que tenía detrás la maquinaria política que por años ha manejado la ciudad. Por su parte, el gobernador electo de Norte de Santander fue Silvano Serrano.

El nuevo gobernador del archipiélago de San Andrés es Everth Hawkins, quien llega al cargo avalado por la coalición Todos por un Nuevo Comienzo, integrada por Cambio Radical, Colombia Renaciente, Alianza Social Independiente y el Movimiento Amplio por el Progreso del Archipiélago. Obtuvo más del 52% de los votos. En Providencia triunfó Jorge Norberto Gari, con 1.904 votos.

En La Guajira, el segundo departamento más pobre del país, quedó Nemesio Roys Garzón como gobernador con 140.712 votos (46,60%). En su capital se llevó la alcaldía José Ramiro Bermúdez, de la coalición Unidos por el Desarrollo del Distrito de Riohacha, con 28.201 votos.

Ramiro Barragán arrasó en la Gobernación de Boyacá. el candidato de la coalición Gran Alianza por Boyacá (que también punteaba en las encuestas) se quedó con la gobernación del departamento, sacándole una ventaja de más de 200.000 votos al candidato del Centro Democrático, Jonathan Sánchez.

Otra de las sorpresas fue la victoria de Guillermo Torres, conocido como Julián Conrado, un excombatiente de las Farc que se quedó con la alcaldía de Turbaco, Bolívar. Conrado, conocido como el músico de las Farc, derrotó a las maquinarias de los partidos tradicionales en ese municipio.

Cuando gran parte de la opinión pública daba por hecho que William García Tirado sería el alcalde de Cartagena, en las elecciones de este domingo fue William Dau quien se impuso sobre el cuestionado candidato por más de 10.000 votos.

El Espectador


Él es el «cantante de las Farc», el nuevo alcalde de Turbaco, Bolívar

Guillermo Torres es el primer alcalde del partido Farc en Colombia.

Este domingo Torres, «el cantante de las Farc» ganó la Alcaldía de Turbaco, Bolívar. Este es el primer logro que obtiene la exguerrilla ya en la legalidad, tras alcanzar su primera alcaldía por voto popular. Una vez superados los puestos que el gobierno anterior les otorgó en el acuerdo de paz, el partido Farc tuvo que salir a pelear un cargo público, pero sin armas.

Y lo logró. Julián Conrado, como es conocido Guillermo Torres, será el primer alcalde en Colombia que haya pertenecido a esta exguerrilla.

Con el apoyo de la Colombia Humana, la UP y de Gustavo Petro, Conrado fue elegido alcalde en Turbaco.

«Guillermo Torres, artista de la paz y poeta de la vida es el primer exguerrillero de las antiguas Farc en ganar una alcaldía. El pueblo de Turbaco celebra este logro del proceso de paz. Los mejores deseos, ¡amamos la paz y amando venceremos!», dijo el partido en un trino.

Torres logró 20.806 votos sobrepasando al segundo lugar con más de 7500 votos. En ese municipio se registraron 1835 votos en blanco.

Publimetro

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