Chile | Doris González, vocera del Movimiento de Pobladores Ukamau: “Si no hay respuestas concretas es muy difícil que esta movilización se detenga”

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Entrevista a Doris González, vocera del Movimiento de Pobladores Ukamau

Por Lucio Garriga y Gerardo Szalkowicz*

El estallido social en Chile llegó de forma inesperada, incluso para el movimiento popular. Sin embargo, las organizaciones sociales y sindicales apuestan a la consolidación de los cabildos autoconvocados para encauzar y organizar el descontento. Doris González Lemunao, vocera del Movimiento de Pobladores Ukamau y ex candidata a diputada por el Frente Amplio, destaca que el objetivo inmediato es lograr la convocatoria a un plebiscito y, a mediano plazo, avanzar hacia una Asamblea Constituyente. Además, analiza que “lo que está en cuestionamiento es toda la institucionalidad, la supuesta democracia y el pacto social que rige desde los ´90”. También asegura que el presidente Piñera “sigue haciendo oídos sordos a las demandas” y que “la única respuesta del gobierno es una salvaje represión”.

 ¿Cuál está siendo la participación del movimiento popular en el estallido social que vive Chile?

– Desde el movimiento popular estamos logrando establecer un referente que es transversal a todos sectores populares: la plataforma Unidad Social, que aglutina a más de cien organizaciones a nivel nacional y busca avanzar en transformaciones concretas que signifiquen un cambio estructural a nuestra calidad de vida pero también pensando en la posibilidad de convocar a un plebiscito que haga partícipe al pueblo de la priorización de las demandas que tenemos y que son muchísimas.

Demandas que tienen que ver con trabajo digno, vivienda y ciudad, jubilaciones y pensiones que sean dignas para todos y todas, educación gratuita y de calidad. Son demandas que el movimiento popular ha venido impulsando desde hace mucho tiempo pero que no había tenido respuestas y que afloraron en este despertar. Por más que el gobierno ha intentado criminalizar la protesta, buscando hechos de vandalismos, la gente no ha cesado de movilizarse. Lo que está en cuestionamiento es toda la institucionalidad, la supuesta democracia y el pacto social que rige desde los ´90, cuando el compromiso era salir de la dictadura de Pinochet y nos prometieron que venía la alegría para todo el pueblo y eso nunca pasó. Hasta el día de hoy seguimos esperando que lleguen los cambios reales porque en este Chile del siglo XXI aún tenemos la Constitución heredada de la dictadura.

¿Qué recepción tuvieron los cambios de ministros y las medidas anunciadas por Piñera?

– El presidente sigue haciendo oídos sordos a las demandas. El cambio de gabinete es más de lo mismo. No hay un ofrecimiento claro a una demanda estructural, que tiene que ver con justicia social. La gente en general y el sentido común dice que el cambio de gabinete no significa ningún cambio sustantivo, que lo único que hizo fue mover las piezas de un lugar a otro. Lo que pretenden hacer es subir el sueldo a través de subsidios estatales, es decir, con la misma plata que nosotros pagamos a través de los impuestos. Los empresarios no se van a hacer cargo de esa subida cuando el modelo chileno ha hecho que ellos se enriquezcan de manera inmensa mientras el pueblo ha sido absolutamente precarizado y amarrado con una camisa de fuerza a través del código laboral de la dictadura. Incluso la reforma laboral que instaló Michel Bachellet acaba con la posibilidad de sindicalización y el poder que tienen los sindicatos para negociar con el empresariado.

En este escenario es muy difícil que este Chile que volvió a levantar la cabeza se conforme con nada, porque eso es lo que están ofreciendo. La única respuesta que está dando el gobierno es una salvaje represión.

¿Qué triunfos crees que se podrían obtener en el corto plazo y cuáles debates de largo aliento pueden quedar planteados?

-Si no hay una respuesta concreta por parte del gobierno es muy difícil que esta movilización se detenga. Incluso se ha ido radicalizando a medida que pasan los días. El avance del campo popular es el que le está dando cierto sustento y ciertas garantías de que vamos a seguir hasta lograr ciertos objetivos. En este sentido plantear un plebiscito donde participen todas y todos, priorizando cuál va a ser la agenda corta y cuáles son las prioridades que tenemos, es una ganancia inmediata. Lamentablemente en Chile la democracia ha estado muy supeditada a la votación cada cuatro años y no hay una participación real, directa, del pueblo en las instancias de toma de decisiones. Por eso creemos que el plebiscito es un gran paso.

Lo segundo es abordar la Asamblea Constituyente. Para eso estamos realizando cabildos autoconvocados planteando los temas y planteando cuáles son las prioridades que tenemos. En este sentido aquellos que llegaron a espacios institucionales, representando a movimientos o diciendo que son la voz del pueblo, tienen que ponerse a disposición. Tenemos que decir que esto no se puede extender en el tiempo. Ni siquiera nosotros pensamos hace dos semanas que se iba a dar esta convulsión que estamos viviendo. Por eso tenemos que ser responsables y no dejarnos llevar por estos anuncios del gobierno que suenan rimbombante pero que en concreto no son ningún avance.

-¿Es posible imaginar una salida anticipada del poder del presidente Piñera?

-Hay una acusación constitucional que se le ha hecho desde el Congreso. Desde la oposición la levantan pero la verdad es que no sabemos qué puede pasar con eso. En Chile la institucionalidad la defiende desde la Concertación hasta los partidos de la extrema derecha, entonces no creemos que se logre que Piñera salga de la Presidencia. Lo que nos interesa es seguir planteando esta idea de abrir la democracia, la participación activa y que estos cabildos que estamos planteando tengan una participación directa en la toma de decisiones.

(*) Entrevista realizada en el programa “Al sur del Río Bravo” que se trasmite por Radionauta FM 106.3 (www.radionauta.com.ar)


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