Lucía Topolansky, vicepresidenta: «Espero que el incendio en Sudamérica no se traslade a Uruguay»

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Por Mercedes López San Miguel

Es una mañana soleada en el Cerro de Montevideo. Un barrio obrero y bastión de la resistencia a la dictadura (1973-1985). A la entrada del Liceo 70, que en el pasado fue un frigorífico, los flashes de las cámaras apuntan al fusca celeste que se estaciona. Baja Pepe Mujica para votar y un enjambre de periodistas lo sigue. La mujer que se queda sentada en el asiento de atrás del fusca es Lucía Topolansky, vicepresidenta de Uruguay, electa senadora por el Frente Amplio (FA). Y la compañera de vida del Pepe, desde épocas de militancia tupamara.

«Grande Lucía», le gritan por la ventanilla. Topolansky dialoga con esta cronista abstraída del bullicio de afuera, en este día en que los uruguayos eligen a su próximo presidente entre dos opciones: un cuarto mandato del FA o el regreso del Partido Nacional, después de 30 años. El socialista Daniel Martínez o el conservador Luis Lacalle Pou. Con tono pausado y modulado, Topolansky reflexiona sobre la región. «Esperemos que este incendio generalizado del continente no contagie al sur del sur. Argentina y Uruguay son los dos países más estables de Sudamérica».

–En 10 días asume Alberto Fernández, ¿cómo ve este cambio en la Argentina?

-Alberto Fernández asume con una realidad muy dificil. Un país que tiene un impresionante endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional; es probablemente el mayor préstamo que haya dado ese organismo en su historia. Por esa misma razón y porque Argentina es un país grande, el Fondo está obligado a negociar, porque si no la van a echar a Kristalina Georgieva. Así como estaba planteado el préstamo era imposible de pagar. Fernández tiene voluntad de pagarlo, entonces debe renegociar los tiempos; después tiene que arreglar la pobreza, que se ha disparado de forma bastante dolorosa, y que se relaciona con el cierre de las Pymes y la pérdida de empleo. Tiene una ardua labor. Ha hecho una cosa interesante, que es el pacto social, donde los sectores empresariales y trabajadores, en conjunto con el gobierno, tratan de acordar un camino que permita una salida del país. Esperemos que dé resultados, pero no va a ser en media hora. El poder cambiar dio una luz de esperanza en el estado de ánimo de la gente.

–En una Sudamérica convulsionada

– En este momento Argentina e Uruguay son los dos países más estables de Sudamérica. Esperemos que esto que está pasando, que todavia no tenemos la suficiente perspectiva histórica para saber las causas de fondo, este incendio generalizado del continente no contagie al sur del sur. Están colapsados Bolivia, Chile Colombia, Venezuela, Ecuador. Perú está sin parlamento.

–¿Cómo prevé la relación de Uruguay con Argentina?

–La relación con Argentina y con Brasil siempre tiene que ser buena, porque son nuestros vecinos. Los países no se mudan de lugar, así que vamos a tener que negociar, y también son nuestros clientes: en productos más Brasil y en servicios más Argentina. Es independiente de quién sea electo.

— Jair Bolsonaro no va a participar en la toma de posesión de Alberto Fernández y va a realizar una cumbre del Mercosur el 5 de diciembre, cinco días antes. ¿No pone en situación incómoda a Uruguay?

— No, para nada. Voy a estar en esa cumbre en representación del presidente Tabaré Vázquez porque por razones de salud no puede viajar (N.de la R: está bajo tratamiento de un cáncer). El Mercosur tiene que cambiar la presidencia cada seis meses, va a asumir el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez. Paraguay también vive una situación compleja porque el exmandatario Horacio Cartes ha sido imputado por Brasil por la causa Lava Jato. Acá en Uruguay estuvo preso por narcotráfico el tío de Cartes.

— ¿Cuál será el proyecto legislativo más prioritario?

–Nuestra principal tarea este año es la discusión del presupuesto, porque reparte los recursos en la administración central y condiciona un montón de políticas

–Además porque el FA está en minoría

— En minoría están todos.

— Lacalle Pou si suma a los legisladores de la coalición de derecha logra una mayoría parlamentaria.

— Si las fuerzas votan todo. Yo viví ya la coalición de colorados y blancos en la época de Batlle y tiene costo, las coaliciones tienen costo. Nosotros a veces no hemos tenido mayoría y conseguimos los votos y trabajamos en busca de consensos. Les va a pasar a todos. Esta Legislatura tiene esa característica: para votar cualquier ley desde la más simple como el nombre de una escuela se precisan mayorías. Y es algo que otorga o quita la población. Siempre es legítimo.

— El senador electo Guido Manini Ríos llamó a los militares a no votar por el Frente Amplio. ¿Le preocupa?

– Esperemos que no signifique nada. No sé bien qué significa. Hay una elección y todos tenemos que asumir el resultado. Falta el segundo round y en mayo sera el tercero, con las elecciones municipales. El pueblo uruguayo es suficientemente inteligente para saber lo que hace.

–Hay quienes señalan que Manini Ríos fue creado por el FA, ya que lo nombró comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, ¿coincide?

— No, para nada. Se designó al comandante en jefe dentro de un rango profesional y él resumía las condiciones. Es un cargo técnico, no de confianza política.

— El militar retirado pone en cuestión derechos adquiridos….

— Hay gente tan o más conservadora que él que estuvo sentada en el Poder Legislativo saliente y que estará en el entrante, solo que como no tienen charretera no son tan visibles.

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