Nuevos y buenos aires – Por Carlos Heller, especial para NODAL

Foto: Frente de Todos
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Por Carlos Heller *

Afortunadamente, a partir del 10 de diciembre se abre en Argentina un nuevo capítulo en la historia del país, una nueva orientación de sus políticas públicas y una nueva políticainternacionalcon prioridad en la integración regional. Las elecciones de octubre fueron ni más ni menos que la definición de la voluntad popular, y ungieron a Alberto Fernández como futuro Presidente de la Nación Argentina, y a Cristina Fernández de Kirchner como su Vicepresidenta.

En esta vibrante transición entre gobiernos, varios miembros del gabinete saliente hicieron circular un documento sin firma titulado “8 puntos sobre la economía argentina” donde se intenta mostrar las supuestas bondades del modelo económico implementado por el gobierno de Mauricio Macri. Todo gobierno tiene derecho a dejar un testamento político, una defensa para la historia. Pero no se puede tapar el sol con las manos. El documento es una colección de falacias, datos incorrectos y tergiversación de los acontecimientos, enlazados con la amargura del mal perdedor. Más aún, contradice lo escrito por un exmiembro del gobierno saliente, el expresidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, quien sostuvo que “los resultados económicos (del gobierno de Macri) fueron incuestionablemente malos”.

A esta altura no vale la pena su repaso exhaustivo. Para muestra sólo señalemos que el documento dice:“El punto de partida para 2020 es mucho más sano”. No se puede sostener esta frase cuando en el 2015 el gobierno saliente dejó un PBI en crecimiento, con un nivel de deuda tan bajo que el propio gobierno de Macri salía a cautivar acreedores externos mostrando estos datos en los prospectos para tomar deuda. Y vaya que lo hizo. Al punto que dio lugar a un ciclo de endeudamiento de los más veloces que hemos tenido, llevando la economía a una crisis para lo cual volvió a comprometernos de manera extrema con el FMI. Ahora concluye el mandato y no pudo cumplir siquiera el acuerdo con el Fondo, quedando pendientes varios desembolsos. Algunos de los resultados son un reperfilamientode la deuda y una reinstauración del control de cambios. Medidas tomadas de mala gana y de peor manera, ya que derriban la única promesa que Macri había podido mantener en pie, la liberalización de los mercados.

El documento es un compendio apurado de datos que no se corresponden con la información de fácil acceso. Por ejemplo, dice que“el desempleo está en niveles similares a los que dejó el gobierno anterior”. No es cierto. El último dato disponible de la tasa de desocupación —segundo trimestre de 2019— acusa 10,6% mientras que el último dato de la anterior gestión fue de 5,9%. Es decir, Macri nos deja más de 4 puntos más de desocupación. Lo mismo podríamos decir de la tasa de inflación anual, que fue más que duplicada por el gobierno que está terminando su mandato.

Las variables de coyuntura económica dadas a conocer durante los últimos días no dejan de confirmar que las políticas implementadas por el gobierno de Macri implicaron un fuerte perjuicio para los trabajadores.

Del análisis de los datos del índice de salarios publicados por el INDEC, el organismo oficial de estadísticas, se desprende que los más perjudicados, al menos hasta agosto de 2019, son los trabajadores informales. En efecto, el ingreso de los trabajadores no registrados se redujo el último año un 12,8%, según este indicador.

No obstante, dado que la información publicada no toma aún la evolución del nivel de precios en los meses de septiembre (5,9%) y octubre (con previsión mayor al 4,5%), es probable que la caída de los salarios reales sea aún mayor en los meses subsiguientes. Además, luego de las elecciones comenzaron a dejar de tener efecto las llamadas “medidas de alivio” que, entre otras cosas, contemplaban un congelamiento transitorio de los precios de algunos bienes y servicios por motivos electorales.

Es notable como mientras se acuerda una mínima estabilización macroeconómica, por otro lado se desestabiliza la microeconomía de las familias y las pymes. La batería de aumentos enlos combustibles, el gas, los alimentos, las prepagas, etc., recae en el último tramo del año, para que el próximo gobierno comience con un escenario social más difícil.

Los supermercadistas avisaron que les están llegando listas con aumentos superiores al 10% en promedio. La carne ya subió 18%. Los panaderos denuncian aumentos de la bolsa de harina entre el 17% y 20%. La medicina prepaga tiene pautado un incremento del 12% en diciembre, la séptima suba en el año.

En noviembre se termina el congelamiento de precios acordado por el gobierno con las petroleras. El día 1 de este mes, la nafta y el gasoil ya subieron 5%, y de forma escalonada podrían llegar a 20%. En electricidad y gas también hay aumentos programados para el verano, mientras que para telefonía celular en noviembre entramos al cuarto incremento tarifario del año.

Los datos verdaderos de la gestión macrista son la prueba irrefutable de que el modelo neoliberal, más allá de los errores cometidos, es el verdadero responsable de la debacle social y económica.

Es por eso que los lamentables acontecimientos ocurridos en Chile no deben pasar desapercibidos. El presidente Sebastián Piñera describía a su país el 8 de octubre pasado como un “verdadero oasis con una democracia estable”, en “crecimiento” y con “salarios que están mejorando”. Tan sólo 12 días después se produjo un estallido social fuertemente reprimido por las fuerzas de seguridad y que implicó varios “toques de queda”, algo que no ocurría desde la época de la dictadura pinochetista. El descontento popular se encargó de desmentir las bonitas frases de Piñera, avaladas también por los grandes medios de comunicación. En cambio, salieron a la luz las consecuencias de un modelo neoliberal que fue altamente elogiado por las elites económicas y los países centrales durante varios años y que, salvando las distancias, tuvo similares efectos en su población que los padecidos por los argentinos luego de la gestión neoliberal de Macri.

A modo de conclusión, es importante entonces seguir trabajando para echar por tierra la creencia que se quiere instalar en las poblaciones latinoamericanas respecto de que las políticas neoliberales tienen un final feliz. Que sólo es cuestión de resignarnos al esfuerzo presente, para poder gozar de sus frutos en un futuro que en realidad nunca llega. La disputa por el predominio de las ideas está más presente que nunca. Por eso es para destacar que la primera visita a un jefe de Estado de Alberto Fernández como presidente electo haya sido al México de Andrés Manuel López Obrador, consagrando la búsqueda de una nueva etapa de gobiernos progresistas en América Latina.

* Presidente Partido Solidario de Argentina. Ex diputado nacional por Ciudad de Buenos Aires


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