Implicaciones de la geoingeniería: Manejo de la radiación solar – Por Keren Hernández

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Por Keren Hernández *

El manejo de la radiación solar (MRS) se refiere a un conjunto de tecnologías de geoingeniería diseñadas para reducir la luz del sol y con ello disminuir la temperatura. Estas técnicas aún no se despliegan en lugares reales, pero mediante modelos computacionales, grupos científicos han podido deducir algunos de sus posibles impactos, que serían muy graves para las regiones tropicales y subtropicales del mundo.

Aquí comentamos las implicaciones que tendrían las técnicas de manejo de la radiación solar en América Latina según más de diez modelos computacionales diferentes revisados recientemente, especialmente los escenarios del Geoengineering Model Intercomparison Project y del Coupled Model Intercomparison Project.1

 La Inyección de Aerosoles Estratosféricos (IAE) se considera la forma más económica y práctica de MRS, de acuerdo a sus promotores. Incluye la propagación de “polvo” mineral a alturas de entre 15 y 20 km en la estratosfera para reducir la luz solar y disminuir la temperatura.

Este “polvo” podría ser inyectado por mangueras (como un volcán artificial) o por globos, o bien, ser distribuido por aviones especialmente equipados. Entre el amplio rango de impactos y riesgos que esto presenta, se encuentran una mayor pérdida de la capa de ozono, disrupción en los patrones de precipitación y el “shock de terminación”, que es el abrupto cambio en la temperatura que sobrevendría si llegaran a suspenderse, por factores humanos, técnicos o de financiación, las inyecciones estratosféricas.

 Los estudios revisados sugieren que el MRS podría restaurar la temperatura media global a niveles pre-industriales, o mantenerla por debajo de los 2 grados centígrados hasta finales de siglo —que es el sueño del Acuerdo de París— pero también podría alterar drásticamente los ciclos hidrológicos globales. Los cambios en la precipitación serian muy visibles, con impactos potencialmente severos en regiones altamente pobladas, con enormes superficies de cultivo, y consecuencias graves para la agricultura, la disponibilidad de agua, la biodiversidad y la producción de energía.

 La mayoría de los modelos revisados muestra que ya sea que los sulfatos se inyecten en el hemisferio norte o sur, la lluvia se reduciría en promedio entre 4.5% y 13% en todo el planeta. El escurrimiento superficial disminuiría 22%, lo que reduciría la cantidad de agua y nutrientes disponibles en el suelo, pero no evitaría la pérdida de hielo en los polos o el incremento del nivel del mar. En general, aunque se lograra llevar la temperatura planetaria a niveles previos a la revolución industrial, se deteriorarían las condiciones de vida de miles de millones de personas.

 El 42% de la superficie planetaria, donde, además de producirse el 60% de la riqueza mundial, habita el 36% de la población, sufriría los impactos negativos de esta técnica de manejo de la radiación solar.

 Las mayores reducciones en lluvia y las mayores posibilidades de aumento de sequías se concentrarían en las regiones tropicales y subtropicales. Para América Latina, varios modelos usados concuerdan que la precipitación podría reducirse hasta en 100 milímetros por año en México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Cuba, Las Antillas, Colombia, Brasil, Venezuela, Guyana, Surinam, Guyana Francesa, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay, con variaciones regionales dentro de los países.

Para tener una idea de lo que esto significa, en México y América Central la precipitación pluvial que hace posible la mayor parte de la agricultura, que es agricultura de temporal, necesita promediar 500 milímetros por año. Es decir, el despliegue de técnicas para reducir la entrada de radiación solar a la atmósfera afectaría en 20 % la caída de lluvia en estos países latinoamericanos.

 Las reducciones en la cuenca del Amazonas son especialmente significativas, aunque hay una gran variabilidad entre los modelos para esta región en comparación con otras regiones del mundo. Si las inyecciones de sulfatos se realizaran en el hemisferio norte, aumentaría la probabilidad de precipitación hasta 100 milímetros por mes y aumentaría también la producción de biomasa en el noreste de Brasil.

Sin embargo, el norte de Brasil podría experimentar un decremento de hasta 80 milímetros de lluvia por mes. Si los sulfatos se inyectaran en la estratosfera en el hemisferio sur, en el noreste de Brasil habría decremento tanto de lluvia como de producción de biomasa.

 Inyectar sulfatos a la estratosfera, aumentar el albedo sobre los océanos y suelos, o cualquier otra técnica de MRS no reducirá las concentraciones de dióxido de carbono de la atmósfera. El MRS solamente pospondría los impactos del cambio climático referidos al calor atrapado en la atmosfera por el tiempo que la tecnología se despliegue, pero si se detiene, podría resultar en un cambio climático abrupto y más extremo, conocido entre los científicos como “shock de terminación.”

 Si se aplicaran técnicas de manejo de la radiación solar, la supervivencia de las especies en las regiones megadiversas de la Tierra, como lo son varios países latinoamericanos, sería potencialmente amenazada: con la sequía o falta de lluvia proyectadas aumentarían las probabilidades de extinción local pues los nichos climáticos de las especies se fragmentarían. La producción agrícola en las tierras que dependen del patrón de lluvias, que son mayoritarias en América Latina, tendría graves pérdidas. Y la región es de las más densamente pobladas del mundo.

 Dados los riesgos para las naciones de América Latina, los gobiernos de la región necesitan fortalecer la moratoria de facto que acordó el Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas en su Decisión X/33 (w) con base en el principio de precaución. Esta Decisión solicita a los gobiernos no permitir actividades de geoingeniería debido a sus potenciales impactos en la biodiversidad y en las formas de sustento asociadas con ésta.

Los Estados de la región del planeta que más sufriría por el despliegue de las técnicas de MRS, (los trópicos y subtrópicos) deberían presionar para que la moratoria sobre la geoingeniería se ampliara a una prohibición específica del manejo de la radiación solar.

* Facultad de Economía, UNAM, México.


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