Crisis Humanitaria: México y Guatemala acuerdan frenar la caravana migrante

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México usará todo lo que esté en sus manos para impedir el paso a caravana migrante: Presidente de Guatemala

Guatemala y México acordaron el miércoles hacer «todo lo que esté en sus manos» para impedir el paso de nuevas caravanas de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos, dijo el nuevo presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.

Tras sostener una reunión con el canciller Marcelo Ebrard, el mandatario dijo que el Gobierno de México le advirtió que va a impedir el paso a través de la frontera mexicana de una nueva caravana de migrantes iniciada en Honduras horas antes.

«Hoy en la conversación con el canciller le hicimos la pregunta sobre esa caravana. El gobierno mexicano nos advirtió que no los va a dejar pasar y que va a utilizar todo lo que esté en sus manos para impedir que pasen», dijo Giammattei a la prensa.

De inmediato no fue posible tener una versión de la cancillería mexicana sobre ello. El mandatario advirtió que los migrantes se van a topar con «un muro» que no van a poder «penetrar» cuando lleguen a la frontera mexicana, de acuerdo a las conversaciones con Ebrard.

Una de las medidas para frenar la migración de indocumentados a través de las fronteras de Guatemala, dijo, será la revisión exhaustiva de documentos de menores que acompañan a migrantes para asegurarse de que son sus hijos o están bajo su tutela.

Las autoridades guatemaltecas van a ser «extremadamente exigentes», dijo Giammattei tras advertir que si los migrantes no presentan los documentos, los niños van a ser devueltos a Honduras.

Ebrard también se refirió al diálogo con el mandatario. «Sostuve cordial reunión con el Presidente Giammattei (…) temas: inversión, comercio, PDI, la frontera, tren maya, visita a México. Respecto a migración habrá dialogo bilateral una vez se interioricen de la situación», publicó, refiriéndose al Plan de Desarrollo Integral por sus siglas.

En otro comunicado, enviado por la cancillería mexicana, Ebrard dijo al presidente guatemalteco que respaldarían un plan para crear 20 mil empleos en el país centroamericano, como lo hicieron el año pasado con El Salvador y Honduras.

Giammattei asumió el martes en sustitución de Jimmy Morales con el reto de combatir la pobreza, la inseguridad y la corrupción, así como lidiar con el acuerdo migratorio firmado con Estados Unidos por el gobierno saliente que obliga a la nación a recibir a migrantes extranjeros que soliciten asilo.

Cada año miles de migrantes, sobre todo procedentes del llamado «triángulo del norte» que integran El Salvador, Guatemala y Honduras, salen de su país de donde aseguran huyen de la violencia y la pobreza.

En 2018 grandes caravanas de centroamericanos intentaron llegar en masa a Estados Unidos, a través de México, para buscar asilo. Pero la mayoría fueron rechazados o bien esperan su cita ante una corte estadounidense, desde territorio mexicano, a través del acuerdo de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, pos sus siglas en inglés).

Desde el comienzo de su mandato, Trump ha buscado mecanismos para frenar la inmigración de indocumentados a su país y evitar que sigan creciendo las solicitudes de asilo, especialmente de centroamericanos.

El Universal


Condicionan ingreso a caravana

La titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, aseveró que México no va a dar salvoconductos a los integrantes de la primera caravana migrante de este año provenientes de Honduras y Guatemala que se dirigen a México para llegar a Estados Unidos.

“Lo repito y lo reitero: México no es solamente un país de tránsito, no es un país que dé un salvoconducto. Es un país que abre sus puertas a las personas que quieran entrar, migrar hacia nuestro país. De ninguna manera tenemos visas de tránsito o bien salvoconductos”, aseveró luego de sostener un encuentro con el activista Javier Sicilia, quien realizará una caminata por la paz el próximo jueves.

Indicó que este jueves se realizará una reunión con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el subsecretario del Trabajo y Previsión Social, Horario Duarte; el de Bienestar, Javier May, así como el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, para analizar la estrategia que se implementará con la finalidad de atender a los extranjeros.

La funcionaria federal destacó que habrá operativos especiales y agentes migratorios y añadió que no se reunió la cantidad de personas que estimaban. “Son 600 y pensamos que, si ellos quieren que México los reciba en su calidad de asilo, refugiados o para trabajar, estudiar, para incluirlos en algún tipo de programa sociales como Sembrando Vidas o Jóvenes Construyendo El Futuro, las becas y si desean tener algún tipo de estatus migratorio, los vamos a atender”.

La madrugada de este miércoles salió de San Pedro Sula el primer contingente de migrantes y su primer punto es la zona de Agua Caliente, en la frontera con Guatemala.

La primera caravana en la actual administración fue el 15 de enero 2019, integrada por alrededor de dos mil extranjeros centroamericanos; mientras, que el 14 de abril, tres mil migrantes salieron desde Tapachula, Chiapas para llegar a Estados Unidos.

El 7 de junio del año pasado, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, informó que México reforzaría sus leyes migratorias, el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur, esto luego del amago del presidente Donald Trump de imponer aranceles al país.

24hs


Nueva caravana de migrantes hondureños llega a Guatemala con destino a EE. UU.

Unos 400 hombres, mujeres y niños se aglomeraron en Corinto, en la frontera de Honduras con Guatemala, unos 220 km al norte de Tegucigalpa, pero un contingente policial les bloqueó el paso.

Un oficial les pidió pasar a la oficina de Migración para registrarse antes de cruzar la frontera.

Sin embargo, los migrantes rompieron el cerco de policías y lograron entrar a Guatemala.

Unos 12 policías guatemaltecos los esperaron a la orilla de la carretera, pero los dejaron pasar, limitándose a escoltarlos en dos vehículos.

Otros migrantes que llegaron después a Corinto desde San Pedro Sula en grupos pequeños fueron retenidos por los agentes del orden que les pidieron documentos.

Wilmer Gabriel Benítez, de 30 años, iba con su hijo de 10 junto a otros cuatro hombres que no pudieron cruzar.

“Vamos a esperar que vengan los demás”, que caminaban desde San Pedro Sula para cruzar en grupo, recomendó Benítez a sus acompañantes.

Con mochilas en la espalda, cerca de 1 mil personas, hombres y mujeres, algunos con niños en brazos y coches, se aglomeraron desde la tarde del martes 14 de enero en la estación de buses de San Pedro Sula, 180 km al norte de Tegucigalpa.

Al filo de la medianoche, cerca de la mitad del contingente salió caminando hacia Corinto.

En el trayecto, algunos subieron a camiones o vehículos que ofrecieron llevarlos, mientras los demás avanzaban lentamente a pie a la orilla de la carretera.

Los migrantes caminaban por la carretera asfaltada al borde del mar Caribe mientras policías y militares los seguían de cerca en vehículos y retenes.

“Ya no puedo más, no tengo ni cama donde dormir”, dijo una mujer de 28 años que se identificó como Yoly Sabillón, originaria del departamento de Santa Bárbara, noroeste, y madre de tres hijos de 13, 7 y 3 años.

“No hay trabajo aquí, el gobierno nos tiene abandonados”, se quejó Antony Gómez, de 26 años, oriundo de San Luis, también en Santa Bárbara, mientras acompañaba a Yoly con otros dos migrantes.

Antes del amanecer de este miércoles, partieron los migrantes que quedaban en la terminal de transporte.

En pequeños grupos lograban pasar sin problemas en la aduana de Corinto, siempre que fueran mayores de edad. Policías y militares les salían al paso y si llevaban identidad les permitían cruzar a Guatemala, aunque retenían brevemente a los menores de edad.

Astrid Franco, auxiliar de la Procuraduría de Derechos Humanos, informó que verifican las condiciones de las personas y que la Cruz Roja brinda asistencia a quienes la requieran.

Delegados de la Casa del Migrante del Vicariato Apostólico de Izabal informaron que se encuentran preparados para recibir algunos de los migrantes.

Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante en la ciudad de Guatemala dijo que esta nueva caravana es “un llamado de atención a las autoridades porque las personas están abandonado los países por no tener oportunidades de vida”.

Aunque dijo que se están preparando para recibir a los migrantes que deseen llegar a la Casa del Migrante que él administra, agregó que les preocupa el posible despliegue militar que puedan encontrar en la frontera con México.

“Sabemos que van a tener dificultades cuando lleguen, creo que México tiene que ablandar su corazón también para que ellos puedan seguir su camino”, agregó.

Respecto de la caravana de hondureños, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, afirmó que devolverán a los niños a quienes no se compruebe que son hijos de los migrantes.

“Hemos visto niños que van en brazos de otros y ni siquiera son sus hijos, deben de demostrar con papeles que son los padres o tutores legales, de lo contrario los niños serán devueltos a Honduras”, argumentó.

“En Honduras nos matan”

“Buscamos refugio: En Honduras nos matan”, decía un afiche de la convocatoria a la “caravana migrante” que circuló por las redes sociales en las últimas semanas.

Antes de partir de la central de transporte, los migrantes recibieron instrucciones por Whatsapp: “No decir fuera JOH (presidente Juan Orlando Hernández)”, “ir en grupo sin separarse” y “no hablar mal del país”.

Un activista que pidió a la AFP identificarlo como “El Güero” dijo que se prohibía la consigna en que piden la salida del presidente “para evitar la represión” policial.

En el mismo mensaje les informaron que el 17 enero se sumarán salvadoreños y guatemaltecos para continuar el recorrido.

Primeras caravanas

La modalidad de migrar en caravanas comenzó en Honduras el 14 de octubre de 2018, con unas dos mil personas que huían del desempleo y la violencia de las sangrientas pandillas y narcotraficantes que dominan vastas zonas del territorio hondureño.

Al éxodo masivo se sumaron salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos, lo que provocó la ira del presidente Trump, quien despachó soldados a reforzar el cordón policial de fronteras para bloquearles el paso.

La colaboración de los gobiernos de El Salvador, Guatemala y México para dificultar los éxodos habían disuadido a los migrantes, por lo que sorprendió que acudieran a la nueva convocatoria.

Unos 30 mil hondureños que llegaron en caravanas o en grupos menores permanecen en México en espera de la respuesta de su pedido de asilo Estados Unidos, según la cancillería de Honduras.

Prensa Libre


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