El cálculo político – Correo del Sur, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El Movimiento Al Socialismo (MAS) ya tiene a su binomio presidencial. Fue el propio Evo Morales quien hizo el anuncio desde Buenos Aires. A sus bases, que siguen soñando con su retorno, no les queda más que aceptar la determinación que, dígase lo que se diga, ha sido impuesta como siempre, desde arriba y a través del dedazo.

La noticia es importante si se toma en cuenta que, manipuladas o no, las cifras de la última encuesta señalan que el partido que ganaría las elecciones del 3 de mayo sería el MAS. Si se compara ese dato con el de la militancia que ese partido declaró en el último y fraudulento proceso electoral, estaríamos hablando de la organización política con mayor tamaño de Bolivia. Y no decimos “la más grande” para evitar que el adjetivo sea interpretado en un sentido erróneo a favor de un partido que, con su fraude, le ha causado un gran daño al país.

Ahora bien, justificado como está el tema de este editorial, veamos cuál fue la razón que motivó a Morales a decantarse por el binomio presentado ayer. El mismo expresidente dijo que la decisión estuvo influenciada no solo por la necesidad de ganar en las elecciones de mayo, sino, también, de hacerlo en primera vuelta.

Conocida la razón, la siguiente pregunta es “¿por qué Evo cree que el binomio Arce/Choquehuanca tiene mayores opciones de ganar en primera vuelta que el de Choquehuanca/Rodríguez? Y la pregunta se formula por la sencilla y llana razón de que el MAS, reunido en un ampliado nacional realizado en Huanuni, decidió que la fórmula que participe en las elecciones de mayo debería ser la de David Choquehuanca, como presidente, y Andrónico Rodríguez al cargo de vicepresidente.

El MAS quiso ser democrático y habló. A Evo le importó muy poco la decisión de sus bases y, como siempre, tuvo la última palabra y decidió optar por Luis Arce Catacora que, por una parte, pertenece a la clase media y, por otra, es un profesional; es decir, con un perfil muy diferente al del eterno candidato presidencial, el propio Morales.

Al parecer, el MAS está tan confiado en el voto del área rural, cautivo al punto de que no vota por personas sino por la sigla, que va en busca de la clase media, aquella que siempre le fue esquiva y terminó por sacarle del poder. Para ello, no le importa pisotear la voluntad de sus bases.

Al hacer conocer su decisión, el expresidente también se refirió a Rodríguez. Dijo que es excesivamente joven y, en ese sentido, pidió a la juventud masista que se sacrifique en procura del objetivo principal, volver al poder lo más pronto posible, eludiendo, incluso, una primera vuelta.

Se trata, entonces, de un cálculo político. Aquí no importa una decisión mayoritaria, como la que se asumió en Huanuni, ni el lirismo de que los cuadros dirigenciales deberían renovarse con la incorporación de jóvenes. Lo que aquí realmente interesa es el poder, por sí y para el Evo.

Y, claro, los cálculos políticos no se limitan al MAS ya que, mientras “el dedazo del jefazo” vuelve a imponerse, sus adversarios ya están formando alianzas, aunque, como dijo el candidato Marco Antonio Pumari, “hay sumas que restan”.

Correo del Sur


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