El Salvador | Dennis Córdova, asesor en la Asamblea Nacional: «Esperamos que el presidente evite más confrontaciones entre poderes del Estado»

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Entrevista a Dennis Córdova, asesor en la Asamblea Nacional

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

 En la tarde del domingo 9 de febrero Nayib Bukele ingresó con el Ejército a la Asamblea Nacional donde rezó e intentó abrir la sesión para obligar a las y los asambleístas a votar en favor del presupuesto por 109 millones de dólares para la tercera fase del Plan Control Territorial tras llamar a la “insurrección del pueblo”. Las imágenes circularon y la comunidad internacional se sorprendió y repudió el hecho. Como respuesta, numerosas organizaciones llamaron a movilizarse contra el militarismo y la defensa del Estado Laico y en las redes sociales se hizo viral el hashtag #PazSinDictadura.  En entrevista con NODAL Dennis Córdova, asesor en la Asamblea Nacional, hace un repaso de los últimos hechos. 

 ¿Cómo se llega a esta situación? ¿Suponían que Bukele podía llegar a tener una reacción de este tipo?

 A esta situación se llega después de meses en que Bukele ha tenido una postura bastante beligerante contra todas aquellas personas y contra todas aquellas instituciones que no avalan muchas de las cosas que él está planteando. No porque sea una oposición férrea o negativa a todo lo que él propone, sino porque hay muchas cosas que no están apegadas al texto constitucional y que establecerían parámetros nada adecuados para la situación actual del país. Lo que sucedió es algo sumamente preocupante y aberrante.  Vimos imágenes nuevamente parecidas a las que se vivieron en la época de conflicto armado que vivió el país, vimos señas de un dictador que está tratando de hacer valer sus planteamientos con la fuerza del Ejército, de la Policía, cuando creíamos que esa etapa en el país ya había sido superada. El domingo vimos que sigue habiendo vestigios de eso y a muchos sorprendió esta situación. Otros en algún momento ya lo veíamos venir.

La razón por la que Bukele hizo esto es para la aprobación de un préstamo para el Plan Control Territorial, ¿se conoce precisamente en qué consiste?

 Los fondos provienen de un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica y se tuvo conocimiento en noviembre, cuando ingresó a la Asamblea Legislativa. Desde esa fecha se han venido discutiendo diversas propuestas sobre financiamiento para la seguridad y algunas se han incluido dentro del presupuesto y, es más, en diciembre ya fueron aprobados dos préstamos destinados a la misma cuestión.  Este sería un tercero. Los otros dos no se han comenzando a ejecutar, por eso decimos que hay un trasfondo. No necesariamente es un dinero que urge en este momento, si tienen prácticamente el mismo destino. Por ejemplo, en este lleva contemplado la compra de un buque, que dice que es para capturar las valijas de droga que cruzan por toda la zona costera del el país, pero desde junio hasta ahora no se ha hecho ni siquiera un decomiso de droga con todo el equipo que ya tienen el Ejército y la Policía. Por lo tanto, no se puede dar un cheque en blanco sin tener la claridad de lo que se va a invertir con este dinero.  Bukele, lo que ha hecho hasta el momento es dar muestras de que el Plan está siendo efectivo a nivel de homicidios, pero no podríamos hablar de lo mismo en el tema de extorsiones, de desaparecidos, de robos, hurtos. Él se está basando en ese supuesto éxito para exigir de una manera no adecuada la aprobación del dinero.  

¿Cuáles son los pasos legislativos para aprobar un préstamo de ese tipo? 

Los préstamos en la Asamblea Legislativa son enviados a través de los ministros y son discutidos en las comisiones. En el caso del préstamo que devino a toda esta situación, es uno de 109 millones de dólares que, al momento, está en la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto y tiene que pasar por dos procesos: primero, tiene que ser discutido en la Comisión, tiene que ser aprobado, y pasa al pleno para que sea aprobado por 43 votos. Luego va a una segunda votación, que es la ratificación, que debe contar con los 57 votos de la Asamblea. Hasta ahora ni Bukele ni sus ministros han dejado claro cuáles van a ser los destinos de este préstamo de manera directa. Se tiene conocimiento de que se va a utilizar para comprar buques, armamento, helicóptero, equipo para la policía y para el Ejército, pero después de lo que vimos es debido preguntarse si se va a dotar de equipo y armamentos a un Ejército y a una Policía que en cualquier momento puede atentar contra la democracia y contra el mismo pueblo.   Uno de los errores de Bukele es fijarles plazo a los órganos del Estado porque precisamente cada órgano tiene su tiempo, su espacio para poder legislar en este caso, o impartir justicia, en el caso de la Corte Suprema de Justicia. Esa forma de gobernar ha llevado a que cometa errores. El domingo muchos creímos que iba a disolver la Asamblea Legislativa. No llegó hasta ese extremo, pero se quedó a un paso, y eso es lo peligroso de este momento: anular un órgano del Estado por una excusa de 109 millones, porque no hay claridad de hacia dónde va a ir ese dinero. Especialmente cuando tiene un presupuesto aprobado para el año 2020 que hasta el momento ni siquiera lleva el 1 por ciento de ejecución porque estamos iniciando el año. Entonces, creemos nosotros que ahí atrás de esa aprobación, de la actitud que tuvo, hay algo más: eliminar un órgano del Estado.  Eso no se terminó de concretar porque la comunidad internacional y los partidos políticos en El Salvador se pusieron a la altura.  

La Asamblea repudió las acciones de Bukele y el ingreso con militares.  ¿Qué impacto inmediato se puede ver en las fuerzas políticas en la Asamblea Nacional de acá a los próximos días para enfrentar ésta y otras situaciones similares, en caso de que suceda? 

La Asamblea Legislativa se reunió a convocatoria de todos los partidos políticos y concluyeron en que era necesario hacer un pronunciamiento que repudiara de manera enérgica el intento de golpe que se vivió para disolver la Asamblea y por el cual todo el mundo ahora está hablando de los militares adentro del recinto legislativo. Creo que eso ha hecho mucha conciencia en varios diputados y diputadas que aún no estaban convencidos de que Bukele podría llegar a ser capaz de hacer algo así. Las y los diputados también pidieron trabajar para llegar a un acuerdo sin necesidad de volver a poner al país en una situación como esta. Claro, Bukele mantiene la retórica. Es parte de su campaña permanente en contra de los partidos políticos.  A él le conviene seguir desgastando con su retórica de burla, con su retórica a veces vacía sin sentido. Pese a eso, primó la sensatez de las fuerzas políticas en unidad para evitar este tipo de sucesos, principalmente porque somos una incipiente democracia que apenas en 1992 firmó los acuerdos de paz y 28 años después nos encontramos con situaciones como esta. Insisto, es lamentable haber llegado hasta acá, pero qué bueno es ver la unidad de los partidos políticos para repudiar lo que sucedió.

Además, hubo un pronunciamiento de la Sala Constitucional que prohíbe el uso de los militares y restringe la posibilidad de que el presidente insista con la aprobación del préstamo. Minutos después Bukele compartió un video en su cuenta de Twitter donde, entre otras cosas, dice que debido a la escalada de violencia hay quienes “no creen más en la paz”.  ¿Es así?

Para muchos de nosotros fue un pronunciamiento que llegó demasiado tarde. Ellos tuvieron la demanda presentada por dos ciudadanos el sábado 8 de febrero. Allí, pedían precisamente lo que el domingo establecieron en su sentencia: medidas cautelares donde le dicen al Consejo de Ministros que paren la convocatoria a la Asamblea en tanto no resuelva si es constitucional o no. Lo que queda claro tras el pronunciamiento de la Sala es que se solicita evitar el uso nuevamente de todo el aparato militar y policial en contra de otra institución del Estado. Entonces, como decía anteriormente, Bukele ha tenido una actitud de burla, de seguir confrontando. Él y sus funcionarios siguen en esa lógica a pesar de que la comunidad internacional ya repudió el hecho, a pesar de que dos órganos, la Asamblea y la Corte Suprema a través de la Sala, han dejado claro que no se va a permitir que vuelvan a suceder cosas como las del domingo 9. No vemos hasta ahora reciprocidad de parte del presidente, sino que vemos esa lógica de seguir retando, de seguir publicando tweets donde sigue mencionando a las Fuerzas Armadas, a la Policía; sigue diciendo que si es posible va a dar la vida de él. Eso es lo que está latente. Ahora se está esperando al domingo 16 de febrero a ver qué actitud tiene, si atiende a lo que él mismo planteó, de volver a hacer una convocatoria fuera de la Asamblea con su propia gente, o si se mantiene con lo que estableció la Sala. Esperamos por el bien del país, por la estabilidad política que se había tenido hasta ahora, que principalmente el presidente tome conciencia de la situación y evite más confrontaciones entre poderes del Estado, porque si no cada vez la cosa se va tensando más y es peligroso porque no sabemos dónde podría terminar toda esta situación.

¿Qué rol está jugando la religión en el gobierno de Bukele y qué lectura hace sobre eso? 

Bukele sabe que el país tiene una base católica y ahora hay en crecimiento una base evangélica. Sabe que las iglesias evangélicas están teniendo un rol importante en aquellas comunidades en extrema pobreza. En cualquier comunidad en extrema pobreza en El Salvador hay de dos a tres iglesias a escasas cuadras. Él sabe que poniendo a dios en cada uno de sus discursos y principalmente en un momento tenso, logrará suavizar el discurso y cualquier acción que conllevaría el rompimiento del orden constitucional como el haber abolido la Asamblea Legislativa. Es por eso que él entra a la Asamblea Legislativa, se sienta en la silla del presidente de la Asamblea y hace una disque oración para que dios le hablara y le diera, digamos, la luz de qué hacer en ese momento. Eso es para un sector de la población que cada día está más fanatizado con la religión muy probablemente lo ubica como un salvador, que es una de las cosas más graves y complicadas. La gente está avalándole todo lo que hace y todo lo que dice, movida muchas veces por intereses religiosos. Por eso, creo que es importante ponerle atención. Esto no es sólo un fenómeno de El Salvador, sino de América Latina.


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