Brasil: Coronavirus enfrenta a Bolsonaro con la cúpula militar y el general Mourão, su vicepresidente

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Militares listos para apoyar reemplazo de Bolsonaro en Brasil

Los militares están listos hoy para apoyar el reemplazo del presidente Jair Bolsonaro por su vice, el general retirado Hamilton Mourão, reveló el periodista Afonso Benites de la publicación El País-Brasil.

‘La cúpula de las Fuerzas Armadas encendió una señal de advertencia en los últimos días ante las reacciones del presidente Jair Bolsonaro frente a la nueva crisis del coronavirus’, alerta Benites en su artículo, citado además por el portal Brasil 247.

Precisa que esta semana en un informe, ‘representantes de la Aeronáutica, el Ejército y la Marina señalaron al hasta ahora no tan querido vicepresidente, el general Hamilton Mourão, que podían contar con su apoyo en caso de que el ocupante del Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo) dejara el cargo mediante un juicio político o dimisión’.

‘El personal militar ha celebrado reuniones posteriores en Brasilia, incluso con los aliados de Bolsonaro y miembros civiles de su primer rango. Esta semana, al menos dos reuniones han tenido lugar. Discutieron escenarios hipotéticos a medio y largo plazo’, señala el periodista.

Refiere que ‘el grupo está preocupado por un posible aumento repentino de los registros y las muertes causadas por la enfermedad y que esto está relacionado con el discurso negativo hecho por Bolsonaro sobre la gravedad de la Covid-19’.

La Agencia Senado informó que hasta el momento se presentaron siete solicitudes de destitución en la Cámara de Diputados por la actuación del exmilitar respecto a la manifestación de la derecha política el 15 de marzo y el nuevo coronavirus SARS-Cov-2.

Bolsonaro estrechó ese domingo las manos y se sacó selfies (autorretrato con celular) en el Palacio del Planalto junto a sus simpatizantes que se movilizaron para apoyar al gobierno y pedir el cierre del Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal (STF).

Aunque dio negativo en pruebas de la Covid-19, en aquel momento el gobernante debía cumplir cuarentena hasta la realización de otro test, recomendado por el Ministerio de Salud.

En casi todas las demandas para un impeachment se acusa al presidente de un delito de irresponsabilidad por fomentar la participación en protestas que abogaron por disolver el Congreso y el STF, así como por minimizar el riesgo del coronavirus para la población.

Brasil registra hasta el momento 92 muertes y tres mil 417 casos confirmados de la Covid-19, según la cartera sanitaria

Prensa Latina


La estrategia de Bolsonaro contra el coronavirus lo enfrenta al Ejército y a los gobernadores

Afonso Benites – El País Brasil

Los brasileños se aíslan en sus casas para contener el coronavirus mientras el presidente brasileño Jair Bolsonaro (sin partido político propio) se aísla políticamente al insistir en darle énfasis a la economía y menos al confinamiento. Su última decisión fue eximir de la cuarentena a los cultos religiosos y casas de venta de lotería. El vicepresidente, el general Hamilton Mourão, gobernadores, alcaldes, instituciones médicas y hasta una parte de la cúpula militar de Brasil marcan cada vez más distancia con la conducta del Bolsonaro ante la crisis.

Hoy, mas del 80% de los brasileños apoyan el aislamiento. Sin embargo, en la noche del martes, Bolsonaro dijo en cadena nacional que era contrario a las medidas de aislamiento social, proponiendo que el comercio y las escuelas reabrieran sus puertas. Al día siguiente, anunció que iba a proponer el aislamiento vertical, es decir solo para grupos considerados de riesgos. La reacción fue inmediata y 26 de los 27 gobernadores advirtieron que seguirían fieles a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS).

Los gobernadores del sureste, la región mas rica de Brasil, y también donde hay más casos de coronavirus, fueron los primeros en arrinconar a Bolsonaro. Casi al unísono, los representantes de São Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais y Espíritu Santo aseguraron, en una reunión celebrada este miércoles, que preferían seguir las pautas de la OMS. “¿Es justo abandonar a los mayores a su suerte?”, dijo el jefe del Gobierno de São Paulo, João Doria. El resto siguió la misma línea.

En una videoconferencia, Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña, que se eligió apoyando a Bolsonaro y ahora es su adversario político, provocó a Bolsonaro. “Presidente: como brasileño y Gobernador le pido que tenga serenidad, calma y equilibrio. Más que nunca, necesita conducir y liderar el país”. La respuesta de Bolsonaro fue evidencia de lo lejos que está Brasil de encontrar una solución a la crisis: “Guárdese sus comentarios para [las elecciones presidenciales] 2022, cuando usted podrá destilar todo su odio y demagogia”. Doria es precandidato a presidente.

Bolsonaro perdió apoyos significativos, como Ronaldo Caiado, gobernador del Estado de Goiás, un polo de agronegocios en el centro-oeste de Brasil. Médico de formación y político veterano, Caiado fue una de los principales apoyos que tuvo Bolsonaro durante la campaña electoral. Este miércoles, sin embargo, lo atacó con dureza: “No puedo admitir que un Presidente se lave las manos y responsabilice a otras personas por la quiebra de la economía y de los empleos. No corresponde con la postura de un gobernante”, dijo.

Brasil registra este jueves 2.433 casos positivos de coronavirus y 57 muertes. Sin embargo, Bolsonaro insiste en que el sustento de las familias debe preservarse por sobre la salud pública. “Tenemos que volver a la normalidad. Unas pocas autoridades estatales y municipales tienen que abandonar el concepto de tragedia y reactivar el transporte y el comercio y terminar con el confinamiento masivo”, dijo Bolsonaro.

Entidades municipales y representantes de la clase médica calificaron el discurso de equivocado. “Una postura irresponsable, asentada en convicciones sin base científica, que siembran la discordia e incluso la convulsión social, y compromete las relaciones federativas”, se puede leer en un fragmento del comunicado del Frente Nacional de Alcaldes. “Si su intención era calmar, la reacción de la sociedad demuestra que no alcanzó su objetivo”, afirmó el presidente de la Asociación Paulista de Medicina, José Luiz Gomes do Amaral.

Bolsonaro se vio desautorizado incluso por su vicepresidente. “Puede que [Bolsonaro] no se haya expresado de la mejor manera”, dijo el general Hamilton Mourão. Según Mourão, “la posición de nuestro Gobierno, de momento, es solo una: el aislamiento y el distanciamiento social”. Es la misma línea que venía siguiendo el ministro de Sanidad, Luiz Henrique Mandetta.

A lo largo del día, llegó a circular en Brasilia que el ministro, un médico que ya fue secretario de Sanidad y diputado federal, podría dimitir o ser destituido. El mismo Mandetta negó el rumor.

Por si los recados de la clase política no fueran suficientes, Bolsonaro también tuvo que escuchar las quejas del poder económico. En una entrevista al diario brasileño O Globo, el presidente de Itaú, el mayor banco brasileño, Candido Bracher, dijo que echaba de menos a un administrador de crisis en el Ejecutivo, «a alguien que coordine todos los esfuerzos del Gobierno y pueda administrar el variado arsenal de medidas para combatir la crisis”.

Desde los cuarteles, el discurso se produjo antes que el de Bolsonaro. Mientras el presidente minimizaba los efectos sanitarios de la covid-19, el comandante del Ejército, el general Edson Leal Pujol, trataba la lucha contra la enfermedad como uno de los desafíos más grandes de la institución. “Una de nuestras responsabilidades con la nación en estos momentos de crisis es que nuestra tropa debe mantener su capacidad operativa para hacer frente al reto y marcar la diferencia. Quizá sea la misión más importante de nuestra generación”, dijo en un vídeo divulgado en el canal del Ejército en YouTube horas antes del mensaje del presidente.

Maia cierra las puertas al impeachment

En el Congreso Nacional crece la presión por el impeachment a Bolsonaro. Cuatro parlamentarios que suelen coincidir con los ideales bolsonaristas en el Legislativo relataron, de manera reservada a EL PAÍS, que el presidente está más preocupado con su campaña de reelección, en el lejano 2022, que con la salud de la población. “Ganó con un fuerte apoyo del empresariado. El PIB de 2019 aumentó un 1,1%. Este año habrá recesión. Si no logra mejorar la economía, pierde apoyos”, afirmó un parlamentario.

Para estos legisladores, Bolsonaro reaccionó anticipadamente a las consecuencias económicas de la crisis, cuya gravedad dependerá de cuánto dure el lockdown (cierre). “Todo el mundo sabe que Brasil no es Europa. Que nuestra economía no aguanta 90 días parada. Pero aún era pronto para dar un discurso económico. Todavía faltan algunas semanas para que lleguemos al pico de casos”, dijo otro parlamentario. “Lo mejor habría sido que Bolsonaro esperara un poco para demostrar esa preocupación económica. Hablar ahora ha demostrado insensibilidad”, completó.

Los movimientos del presidente hacen que, aunque de forma tímida, empiecen a tomar fuerza en Brasilia grupos que defienden el impeachment. Al menos siete peticiones han sido registradas en la Cámara de Diputados. Con todo, no hay un sostén político capaz de dar curso a los pedidos, al menos por el momento. “No hay motivo de impeachment”, zanjó el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, que es quien tiene el poder legal de hacer un pedido de destitución en el Parlamento. “Por más que yo considere que el Presidente esté cometiendo delitos contra la salud pública, tenemos que cuidar una crisis por vez”, dijo el líder derechista.

America 2.1


Preocupada com reação de Bolsonaro ao coronavírus, cúpula militar acende alerta e sinaliza apoio a Mourão

A cúpula das Forças Armadas acendeu um sinal de alerta nos últimos dias diante das reações do presidente Jair Bolsonaro (sem partido) à crise do novo coronavírus. Nesta semana, representantes da Aeronáutica, Exército e Marinha sinalizaram ao até então nem tão bem-quisto vice-presidente, general Hamilton Mourão (PRTB), que poderiam contar com o apoio deles, caso o ocupante do Palácio do Planalto deixasse o cargo por meio de um impeachment ou renúncia.

Apesar de o debate ter se intensificado desde que a crise sanitária se agravou, as chances de que Bolsonaro saia da presidência são remotíssimas. Em mais de uma ocasião ele disse indiretamente que não deixaria o cargo. “Nunca abandonarei o povo brasileiro, para o qual devo lealdade absoluta!”, afirmou em seu Twitter. E o presidente da Câmara, Rodrigo Maia (DEM-RJ), responsável por dar o ponta pé inicial a um eventual processo de impeachment, declarou nesta semana que o assunto não está na pauta do Congresso, por ora.

Ainda assim, os militares têm feito seguidas reuniões em Brasília, inclusive com aliados de Bolsonaro e membros civis de seu primeiro escalão. Nesta semana, ao menos dois encontros ocorreram. Neles foram debatidos cenários hipotéticos para o médio e longo prazo.

Dois participantes dessas reuniões relataram ao EL PAÍS que o grupo está preocupado com um possível aumento repentino de registros e mortes provocadas pela doença e que isso seja vinculado ao discurso negacionista feito por Bolsonaro sobre a gravidade da Covid-19. Ressaltaram que, quando o mandatário sugere o fim das quarentenas e dos isolamentos sociais decretados por governadores e prefeitos, pode soar insensível.

Nesse cenário, avaliam que a popularidade do presidente poderia despencar e que fosse colada nele a pecha de um fracassado líder que prefere alavancar a economia do que salvar vidas. “É um discurso de que estamos em guerra. Mas quem está na linha de frente da guerra é um soldado que sabe que pode morrer. Em uma pandemia, não podemos colocar todos na mesma situação que os soldados”, afirmou, em caráter reservado, um dos membros do grupo. Responsável por atrair a maçonaria à campanha de Bolsonaro, o vice-presidente já garantiu o apoio dela caso tenha de assumir o Planalto.

Na terça-feira, o comandante do Exército, o general Edson Leal Pujol, tratou de vacinar as forças de qualquer responsabilidade sobre a crise. Na contramão do defendido pelo presidente, declarou que os militares devem, sim, se preocupar com a Covid-19 e disse que o combate à disseminação da doença “talvez seja a missão mais importante de nossa geração”.

Tem circulado em Brasília também a tese de que o presidente poderia dar uma cartada extrema e decretar um estado de sítio ou de defesa – ambos dependem de aprovação do Congresso Nacional, onde ele não tem maioria – e criam uma série de restrições de liberdade, de comunicação e a suspensão de garantias constitucionais. São atos radicais, mas que podem ser usados politicamente com base no discurso voltado para os seus, de que ele tenta “salvar o Brasil”, mas a velha política não o ajuda.

Oficialmente, o presidente nega que decretará estado de sítio ou de defesa sob a justificativa de que causaria uma sensação de pânico no país. “Acho que estaríamos avançando, dando uma sinalização de pânico para a população”, disse em entrevista coletiva na semana passada. Nas entrelinhas, porém, manda recados. Nesta sexta-feira, em entrevista ao jornalista José Luiz Datena, da TV Band, ele foi indagado se pretendia dar um golpe e fechar o país. A resposta: “Quem quer dar o golpe jamais vai falar que quer dar”.

Principalmente por essas sinalizações, os militares se aproximaram do vice-presidente. Entre os fardados, o próprio Mourão está longe de ser uma unanimidade. No meio militar, ele passou as ser visto como um radical quando, em 2015, sugeriu que as Forças Armadas poderiam fazer uma intervenção. Na ocasião, a presidenta Dilma Rousseff (PT) estava em crise e a Lava Jato começava a revelar escândalos de corrupção em série. No campo político, Mourão era a quinta opção de Bolsonaro para compor sua chapa. Foi escolhido de última hora, diante das negativas de outros políticos, dos partidos deles ou por desconfiança do próprio presidente.

Entre a família Bolsonaro, Mourão também não é bem visto. Seu principal inimigo entre o clã é o vereador pelo Rio de Janeiro, Carlos Bolsonaro (PSC). Logo no início da gestão, ele passou a receber embaixadores estrangeiros para mostrar que o Brasil não se fecharia para o mundo. Também foi o principal articulador da aproximação com a China, principal parceira comercial do Brasil. A partir de então, passou a ser visto como uma voz moderada em um governo de ultras. Entre o núcleo ideológico do governo, a aproximação com a China foi interpretado como uma traição ao presidente, que queria se afastar comunistas. Na prática, a ideologia foi colocada de lado e o comércio entre as duas nações foi mantido a pleno vapor.

Mourão foi colocado de lado. Atuou em poucos momentos-chaves, como na crise da Venezuela, quando se discutia se o Brasil apoiaria ou não uma intervenção militar para apoiar Juan Guaidó no embate com o presidente Nicolas Maduro e, mais recentemente, passou a coordenar o Conselho Amazônia, um colegiado recriado após a crise dos incêndios florestais.

Nesta semana, o vice voltou a emergir quando contrariou o seu chefe e disse que ele havia sido mal interpretado ao defender em um pronunciamento à nação que o país deveria priorizar a economia. “Pode ser que ele (Bolsonaro) tenha se expressado de uma forma, digamos assim, que não foi a melhor, mas o que ele buscou colocar é a preocupação que todos nós temos com a segunda onda como se chama nesta questão do coronavírus”.

Bolsonaro reagiu nesta sexta. Na entrevista à Band, disse que Mourão se sentia à vontade para se pronunciar por ser “indemissível”. “Com todo o respeito ao Mourão, ele é muito mais tosco do que eu. Não é porque é gaúcho, não. Alguns falam que eu sou até muito cordial perto do Mourão. Ele é o único que não é demissível no Governo, então pode ficar à vontade”.

Soma-se ainda a esse contexto, a aposta de Bolsonaro em confrontar governadores e se isolar politicamente e a ouvir panelaços contrários ao seu governo há dez dias seguidos nas principais cidades do país. Nesta semana, ele perdeu o apoio de um aliado de primeira hora, o governador goiano Ronaldo Caiado (DEM). Mas o xadrez político está distante de estar definido. Depois da pressão do presidente, três governadores autorizaram a abertura parcial do comércio em seus Estados: Rondônia, Santa Catarina e Mato Grosso. Os dois primeiros Marcos Rocha e Carlos Moisés são filiados ao PSL, antigo partido do presidente e eleitos na onda conservadora das eleições de 2018. Já o mato-grossense Mauro Mendes é emparedado pelo setor agrícola, mola propulsora da economia local. Os próximos movimentos no planalto central ainda dependerão mais da questão sanitária do que dos discursos de um lado ou de outro.

El País Brasil


Bolsonaro: ‘Mourão é muito mais tosco do que eu’ e o único que não é ‘demissível’

 


O presidente Jair Bolsonaro disse, em entrevista ao Brasil Urgente, que o vice-presidente, Hamilton Mourão (PRTB-RS), é ‘muito mais tosco’ do que ele, e pontuou que é o único que não pode ser demitido do governo.

«Com todo o respeito ao Mourão, ele é muito mais tosco do que eu. Não é porque é gaúcho não. Alguns falam que eu sou até muito cordial perto do Mourão. Ele é o único que não é demissível no governo, então pode ficar à vontade», afirmou o presidente.

Coronavírus

Na entrevista, Bolsonaro disse que considera o número de mortos em São Paulo muito alto. «Não pode ser um jogo de números para favorecer interesses políticos», afirmou. O presidente ainda criticou as medidas adotadas no Estado. «A população já entendeu que ele [Doria] exagerou na dose, espero que ele tome um comprimido de humildade», completou.

Mesmo contra a recomendação da Organização Mundial da Saúde (OMS), o presidente pediu volta à normalidade. «O maior remédio para a doença é o trabalho. Quem pode trabalhar, tem que voltar a trabalhar. Não pode se esconder, ficar de quarentena não sei quantos dias em casa e está tudo bem. Não é assim».

Para Bolsonaro, o coronavírus passará por 90% da população como uma «gripezinha ou nada». «Alguns vão morrer, vão morrer, lamento, é a vida. Não pode parar uma fábrica de automóveis porque tem mortes no trânsito», exemplificou.

Band.com.br


MPF/RJ pede que Justiça suspenda campanha «o Brasil não pode parar» de Bolsonaro

O MPF/RJ ingressou com ACP nesta sexta-feira, 27, por meio da qual requer que seja suspensa propaganda do governo com o mote “o Brasil não pode parar”.

Os procuradores ainda pedem à Justiça que obrigue o governo Federal a divulgar, em até 24 horas, nota oficial em todos os meios de comunicação, por meio da qual reconheça que a campanha publicitária “O Brasil não pode parar” não está embasada em informações científicas, de modo que seu teor «não deve ser seguido pela população ou pelas autoridades, como embasamento para decisões relativas à saúde pública».

Segundo a ação, «está demonstrado com solidez que a campanha veicula publicidade enganosa, violadora do caráter meramente informacional imposto pela CF, ao difundir, sem evidências científicas sólidas e em desconformidade com o consenso técnico e as recomendações internacionais sobre a matéria, a desnecessidade de medidas de isolamento social abrangente (“horizontal”) para administração da intensidade do contágio pelo coronavírus«.

«Dessa forma, é imprescindível que a referida campanha seja cessada e uma divulgação de nota oficial esclarecendo que a mesma não está cientificamente apoiada e desaconselhando a população a aderir à sua mensagem.»

Ainda de acordo com a petição, a campanha do governo já está incentivando grupos de comerciantes e trabalhadores autônomos a promoverem manifestações contra o isolamento social e pelo retorno das atividades, situação que não só intensifica o contágio, como geram pressão sobre políticos para o afrouxamento de medidas sanitárias, além de fomentar a desobediência das mesmas por parte da população.

Campanha

A campanha “O Brasil não pode parar” foi contratada pelo governo Jair Bolsonaro para defender a flexibilização do isolamento social. A iniciativa é parte da estratégia montada pelo Palácio do Planalto para divulgar ações de combate ao novo coronavírus, ao lado de medidas que o presidente Jair Bolsonaro considera necessárias para a retomada econômica.

Mas, de acordo com a Procuradoria do Rio, não há embasamento técnico que indique que essa seria a providência adequada. “Não é aceitável campanha publicitária massiva que incentive a população a se comportar como se em situação de normalidade se estivesse.»

O documento usa como exemplo a situação de Milão, na Itália, onde o prefeito adotou campanha similar, “Milão não para». Pouco mais de um mês, com região de Milão contabilizando mais de 4 mil mortes, as autoridades reconheceram o erro e pediram desculpas à população.

Pronunciamento

A campanha teve início na última terça-feira, 24, quando, em pronunciamento em rede nacional, Jair Bolsonaro disse que autoridades estaduais e municipais devem abandonar o «conceito de terra arrasada», com proibição de transportes, comercio fechado e confinamento em massa.

«Nossa vida tem que continuar, os empregos devem ser mantidos. O sustento das famílias deve ser preservado. Devemos, sim, voltar à normalidade.»

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