Uruguay: ANCAP y el coronavirus – Por Pablo Messina

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Pablo Messina *

Los economistas suelen afirmar que el mercado es el mejor asignador de recursos. Si bien esto es muy opinable per se, hay situaciones un tanto límites donde dicha afirmación cae en ridículo, como ser el reciente advenimiento del Covid-19 al Uruguay: colas gigantescas en las grandes superficies, compra exagerada e incomprensible de papel higiénico y el desabastecimiento parcial de jabones y alcohol en gel. Sobre este último producto, intentaré aportar algunas reflexiones en el presente artículo.

No faltó quienes registraron como frascos de 250 ml del producto llegaron a costearse a 400 pesos uruguayos. Una aplicación aberrante de la “ley de oferta y demanda” que ante cierta alarma colectiva y, también hay que decirlo, una creciente necesidad social del producto, aprovechan para remarcar de forma oportunista el precio.

Haciendo primar la lógica del lucro a corto plazo por sobre cualquier mínimo de empatía y conciencia colectiva. Nunca más vigente la frase aquella que dice que “lucran con la necesidad ajena”.

En este sentido, es interesante leer entre líneas las declaraciones del Dr. Daniel Salinas, actual Ministro de Salud,quien anunció que van a reactivar la producción de alcohol líquido y en gel en (la estatal) ALUR-ANCAP para garantizar el abastecimiento en el mercado a la vez que evitar cualquier práctica especulativa respecto a dicho producto.

La medida es más que bienvenida, pero a la vez, sumamente contradictoria con el programa de gobierno de la coalición multicolor y, me atrevo a afirmar, de la clase dominante uruguaya en su conjunto.

Basta mirar documentos de la Confederación de Cámaras Empresariales del Uruguay, de la escuela de Negocios de la UM, del Observatorio de Energía de la Universidad Católica -de dónde salió el actual Ministro de Industria, Energía y Minería- así como los programas del Partido Colorado y Partido Nacional para entender a qué me refiero.

Para ser sintético, en todos ellos, bajo el rótulo de “buenas prácticas del gobierno corporativo” se pretende modificar de forma severa el funcionamiento de las Empresas Públicas, donde la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) es la principal referencia de todo lo que no hay que hacer.

Allí, una de las críticas principales consiste en afirmar que ANCAP es una empresa que desarrolla una variada gama de actividades, deshistorizando el origen y los fundamentos de muchas de ellas. A modo de ejemplo, la producción de bebida alcohólica tiene su origen en la regulación al alcoholismo. La producción de alcohol, debe ubicarse también en la búsqueda de reducir la dependencia del petróleo para el transporte y en la obsesiva búsqueda de un “carburante nacional”.

Más allá de esta cuestión anecdótica, lo concreto es que resulta llamativo que en una coalición política donde priman planteos como la desmonopolización de ANCAP, la eliminación de los rubros que no tengan que ver directamente con los combustibles.

Y si bien hace años que ANCAP perdió el monopolio de los alcoholes y se limita a importar el alcohol rectificado y agregar el gelificante, por suerte existe. Esto nos da la posibilidad de que se intensifique la producción de alcohol en para cubrirnos en este momento.

Sin embargo, es llamativo porque de aprobarse algunas de las propuestas que actualmente están en el Anteproyecto de Ley de Urgente Consideración, es probable que nada de esto sea factible en un contexto como el actual: ¿ANCAP tendría la capacidad productiva para responder con mayor producción de alcohol en gel?

Otro eje de reflexiones ameritaría la propuesta de la estatal de comunicaciones ANTEL con la posibilidad del bono de 5 Gigas, para mantener a la gente informada a la vez que se intentará utilizar también para la educación a distancia. También el uso del call center ACCESA, donde se acaba de instrumentar el 0800 1919 que de aprobarse la LUC, deberá abrir su capital accionario a empresas privadas puede verse en cuestionamiento.

De más está decir que, no solo en las Empresas Públicas es posible tomar algunas medidas para situaciones como la actual. De alguna forma, la Cámara Uruguaya de Farmacias y Afines, tomó medidas de racionamiento. Otro tanto hicieron algunas cadenas de supermercados como Tienda Inglesa.

Pero todo parece haber sido a “motus propio” y no por una política pública, donde habría mucho por hacer. Por ejemplo, en la vecina orilla hay ejemplos interesantes de regulación de precios, como exigir que el precio del alcohol en gel sea el mismo que en Febrero de 2020 y prohibir su aumento por los próximos tres meses, a la vez que se exige determinado nivel de abastecimiento.

En este sentido, es llamativo como hasta las cámaras empresariales han sido capaces de tomar medidas de racionamiento de venta de productos mientras que el gobierno solo ha pensando en intensificar la producción de las empresas públicas a la que en muchos casos quieren eliminar y en otros debilitar, dejándolas relegadas a las partes menos rentables de los servicios.

* Integrante de COMUNA y docente de la Universidad de la República. Integra el consejo editorial de Hemisferio Izquierdo.


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