Brasil: continúa el cruce de acusaciones entre Bolsonaro y el exministro Moro

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Jair Bolsonaro y Sergio Moro protagonizaron otro cruce de acusaciones en las redes sociales

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reprochó este sábado al ya ex ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro, que lo apoyó cuando éste fue cuestionado por las filtraciones del caso de corrupción Lava Jato en el que trabajaba Moro y que propició la condena del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

“Las filtraciones de Lava Jato comenzaron en junio de 2019. Fueron filtraciones sistemáticas de conversaciones con Sergio Moro con miembros de la Fiscalía. Buscaban anular procesos y acabar con la reputación del ex juez. En julio (los partidos) PT (de Lula) y el PDT pidieron prisión contra él. En septiembre llegaban al Tribunal Supremo. Bolsonaro en el desfile del día 7 hizo eso”, publicó Bolsonaro en Twitter en un mensaje acompañado de una fotografía del presidente apoyando su mano en el hombro de Moro.

Bolsonaro comparó así las filtraciones que perjudicaban a Moro con las declaraciones por parte de Moro cuestionando la destitución del director de la Policía Federal, Maurício Valeixo: “El presidente me dijo que quería colocar una persona afín, que le pudiese pasar informaciones, informes de Inteligencia. El papel de la Policía no es facilitar ese tipo de información”, reveló Moro.

En respuesta a las palabras de Bolsonaro de esta mañana, Moro, nombrado ministro tras la victoria de Bolsonaro en las presidenciales tras anularse la candidatura de Lula, publicó su propio mensaje en redes sociales.

El texto incluye el enlace una noticia que relata cómo Moro pidió investigar al portero de una finca de Bolsonaro en el caso del homicidio de la activista política Marielle Franco. “Sobre la reclamación en la red social del señor presidente sobre una supuesta ingratitud: yo también apoyé al presidente de la república cuando él fue injustamente atacado. Pero preservar la Policía Federal de la interferencia política es una cuestión institucional, de Estado de Derecho, y no de relaciones personales”, indicó.

El viernes Moro y Bolsonaro cruzaron una serie de mensajes sobre la intención de Bolsonaro de destituir al director general de la Policía Federal. Moro explicó que le dijo a Bolsonaro que no tenía “ningún problema” en cambiar al director de la Policía, siempre y cuando hubiese una razón justificada, por ejemplo “un error grave” por parte de Valeixo.

Infobae


Após demissão no Ministério da Justiça, Moro e Bolsonaro trocam mensagens em rede social

Um dia depois de o ex-ministro da Justiça Sergio Moro mostrar trocas de mensagens com Jair Bolsonaro, nas quais o presidente sugere mudança no comando da Polícia Federal, Bolsonaro não as contestou. O presidente neste sábado (25) preferiu apenas lembrar que apoiou o ex-ministro no episódio do vazamento de supostas mensagens de Moro pelo site The Intercept.

Em uma rede social, Bolsonaro publicou um texto em que diz que os vazamentos do Intercept buscavam anular processos e acabar com a reputação do ex-juiz da Lava Jato. E completa: «Bolsonaro no desfile do dia 7 [de setembro de 2019] fez isso». Na sequência, aparece uma foto do presidente abraçando Moro, indicando que ele apoiou o ex-juiz na época.

Logo em seguida, Moro respondeu, por meio de rede social. Disse que também apoiou o presidente quando ele foi injustamente atacado.

«Mas preservar a Polícia Federal de interferência política é uma questão institucional, de Estado de Direito, e não de relacionamento pessoal», disse Sergio Moro.

Na sequência da publicação, a seguinte legenda: «Moro pede que a Procuradoria Geral da República e a Polícia Federal investiguem o depoimento do porteiro». Uma referência ao depoimento do porteiro do condomínio onde Bolsonaro tem casa no Rio de Janeiro – durante as investigações do assassinato da vereadora Marielle Franco e do motorista Anderson Gomes – que Bolsonaro acusou Moro de não investigar.

O Globo


La renuncia de Moro puso a Bolsonaro contra las cuerdas

Por Dario Pignotti

Jair Messias Bolsonaro (01-01-2019 – 24-04-2020). La renuncia del ministro de Justicia y Seguridad Pública , Sergio Moro, y sus denuncias seguramente documentadas sobre delitos cometidos por el presidente marcan el fin del esquema de alianzas que gobernó en Brasil desde principios de 2019. Este diseño político colapsó debido a una crisis, que además ser la más grave enfentada por el bolsonarismo, puede acarrear consecuencias imprevisibles. El mandatario criticó el «ego» y la falta de «lealtad» de Moro durante un discurso pronunciado en la tarde del viernes con el cual intentó desmentir lo afirmado por el funcionario saliente a la mañana. El capitán-presidente estaba rodeado de ministros civiles y militares en cuyos gestos preocupados se retrató la atmósfera pesada imperante en el Palacio del Planalto. Fuentes castrenses dijeron al diario Estado de San Pablo que el mandatario se comporta como un «zombi» atacando a aliados en medio de la pandemia del coronavirus que avanza de manera desenfrenada. En su intervención aseguró que jamás solicitó el «blindaje» de la Policías Federal, aseguró ser un «patriota» librando un «combate» por la libertad y para «restablecer la verdad». El ministro de Economía Paulo Guedes, un pinochetista neoliberal igual que su jefe, lo miraba por momentos detrás de su cubreboca y cuando terminó el discurso fue el que menos lo aplaudió. El desbande de la derecha que participó en el golpe contra Dilma Rousseff y la proscripción de Luiz Inácio Lula da Silva en los comicios de 2018 reavivó a la oposición que ahora defiende con más conficción el impeachment . Y hasta el ultraderechista Partido Social Liberal, otrora bolsonarista, prometió impulsar un juicio político.

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La caída de Sergio Moro, el exjuez que cimentó su fama tras condenar sin pruebas a Luiz Inácio Lula , fue el desenlace de una pulseada con Bolsonaro iniciada esta semana en torno del jefe de la Policía Federal, comisario Mauricio Valeixo.

Cuando aun ocurrían negociaciones para calmar las aguas entre moristas y bolsonaristas, el presidente firmó un decreto en la madrugada del viernes exonerando a Valeixo, hombre de confianza de Moro desde los tiempos de la causa Lava Jato. Con ese ataque relámpago quedó extirpada toda eventual tregua, dando paso a una guerra abierta. Cabizbajo , pero decidido a causar todo el daño posible en su enemigo, Moro afirmó en el Ministerio de Justicia durante su última aparición como funcionario que Bolsonaro está «preocupado» con las investigaciones en curso en el Supremo Tribunal Federal. La última de ellas fue abierta el miércoles a raíz de la manifestación realizada frente al Comando General del Ejército el 19 de abril, en el día de esa arma, durante la cual se reivindicó la instalación de un régimen militar, el cierre del Congreso y del Supremo Tribunal, además del levantamiento de la cuarentena contra el Covid-19.

Otra causa que inquieta a la Presidencia trata sobre las usinas de fake news surgidas en las elecciones de 2018 bajo el mando del «Clan» formado por el gobernante y sus tres hijos: Flavio, Carlos y Eduaro. Ese esquema de disparo de millones de noticias falsas cobró más fuerza desde enero del año pasado cuando ganó el estatus de «ministerio del odio» con oficinas en el Planalto donde se escogen lo blancos a ser atacados.

Durante cerca de 45 minutos Moro relato la «injerencia política» de su ahora exjefe, y como fue desplazado el superintendente de la Policía Federal de Rio de Janeiro para obstruir una causa contra el senador Flavio Bolsonaro, envuelto en lavado de dinero sumado a a sus relaciones con las «milicias» paramilitares actuantes en las favelas.

Posiblemente la revelación más grave realizada por Moro fue un comentario de de Bolsonaro sobre su interés en recibir de primera mano los informes de «inteligencia» de la Policía Federal.

Celebrado por banqueros y el Departamento de Justicia norteamericano gracias a los servicios que prestó en Lava Jato, Moro era uno de los fiadores del alocado excapitán ante el poder permanente. Con su alejamiento de la cartera de Justicia el gobierno sufrió una depreciación parecida a la que afecta al petróleo tras el coronavirus. Por la mañana la Bolsa de Valores de San Pablo se hizo eco de la crisis con una caída que llegó ser del 9,5 por ciento en su momento más agudo, al tiempo que el dólar y el euro alcanzaban sus cotizaciones record.Si el alegato entrecortado de Bolsonaro a la tarde tuvo nada de credibilidad las informaciones presentadas parcialmente por Moro resultaron mucho más verosímiles. Todo indica que desde su arribo al palacio de Justicia montó un esquema de espionaje para beneficio propio comparable al empleado en Lava Jato cuando se invadieron ilegalmente los teléfonos de los abogados de Lula y hasta las llamadas de Dilma Rousseff cuando estaba al frente de la Presidencia.

Gleisi Hoffmann, la titular del Partido de los Trabajadores, opinó que los dichos de Moro fueron una «delación premiada» contra Bolsonaro por delitos como corrupción, obstrucción de la justicia y prevaricato, «él es el principal testigo de crímenes de responsabilidad, no hay otro camino que no sea el impechment».

El propio Lula declaró el jueves que ante la virtual acefalía reinante la consigna del momento es «Fuera Bolsonaro», para lo cual es necesario construir un frente amplio con fuerzas incluso de la derecha democrática a la par que se construye una coalición electoral con partidos populares y de izquierda para los comicios municipales de octubre y las presidenciales de 2022.Esta guerra política puede costar varias cabezas y es de suponer que se prolongará por buen tiempo. Moro se despidió del Ministerio diciendo que va a seguir trabajando por el país: es decir no resignó sus aspiraciones de ser el candidato de recambio de la derecha ante el fiasco bolsonarista. Para demostrar que tiene municiones en el cargador por la noche dio a conocer mensajes intercambiados a través de WhatsApp con Bolsonaro la intención del gobernante de obstruir una investigación de la Corte. La revelación fue en el noticiaro Jornal Nacional de la TV Globo, que también dejó de ser bolsonarista. Una columnista económica de ese grupo mediático comparó al Bolsonaro de 2020 con el Richard Nixon de 1974, y a esta guerra en ciernes con la antesala del Watergate.

Página 12


Entenda o papel de Moro na investigação de milicianos ligados à família Bolsonaro

Documentos revelados pelo site The Intercept Brasil neste sábado (25), trazem novos elementos sobre a ligação entre o senador Flávio Bolsonaro e a milícia do Rio de Janeiro chefiada por Adriano da Nóbrega, assassinado em fevereiro deste ano.

Segundo as informações de documentos sigilosos e dados levantados pelo Ministério Público do Rio de Janeiro, Flávio Bolsonaro financiou e lucrou com a construção ilegal de prédios erguidos pela milícia usando dinheiro público.

O investimento para as edificações levantadas por três construtoras foi feito com dinheiro de “rachadinha”, coletado no antigo gabinete de Flávio Bolsonaro na Assembleia Legislativa do Rio, segundo afirmaram ao Intercept promotores e investigadores sob a condição de anonimato.

Os investigadores dizem que chegaram à conclusão com o cruzamento de informações bancárias de 86 pessoas suspeitas de envolvimento no esquema ilegal, que serviu para irrigar o ramo imobiliário da milícia. Os dados mostrariam que o hoje senador Flávio Bolsonaro receberia o lucro do investimento dos prédios, de acordo com os investigadores, através de repasses feitos pelo ex-capitão do Bope Adriano da Nóbrega  e pelo ex-assessor Fabrício Queiroz.

O andamento das investigações que fecham o cerco contra o filho de Jair Bolsonaro é um dos motivos para que o presidente tenha pressionado o ex-ministro Sergio Moro pela troca do comando da Polícia Federal no Rio, que também investiga o caso, e em Brasília.

Em entrevista ao Brasil de Fato, a advogada Izadora Gama Brito, aponta que Sérgio Moro teve motivações políticas para deixar o ministério e considera que o ex-ministro também deve ser investigado por omissão em investigações enquanto ocupou o cargo, entre elas a do miliciano Adriano da Nóbrega.

Adriano Magalhães de Nóbrega, ex-capitão do Bope, foi assassinado em Esplanada, na Bahia, após uma operação policial que devia prendê-lo, mas que teria terminado em uma troca de tiros, de acordo com a Secretaria de Segurança Pública da Bahia (SSP-BA). Na ocasião do assassinato, o jornal Folha de S. Paulo apontou que o então ministro Sergio Moro sabia da operação e cogitou a possibilidade de enviar um helicóptero para dar suporte à polícia baiana, responsável pela operação.

Acusado de comandar milícias em Rio das Ostras, no Rio de Janeiro, Nóbrega era procurado pela Justiça brasileira desde janeiro de 2019, mas ficou de fora da lista com os criminosos mais procurados do país, divulgada por Moro no dia 30 de janeiro. No dia seguinte à divulgação da lista, a ausência do miliciano levou o PSOL a anunciar que convocaria o ministro Sérgio Moro para que ele prestasse esclarecimentos ao Congresso.

Dallagnol suspeitava de proteção de Moro a Flávio Bolsonaro

Troca de mensagens revelada pelo Intercept em julho passado, mostra que o coordenador da Operação Lava Jato, Deltan Dallagnol temia que o minstro da Justiça Sergio Moro, protegesse Flávio Bolsonaro para não desagradar ao presidente e, desta forma, não colocar em risco sua indicação ao Supremo Tribunal Federal (STF), como tinha antecipado Jair Bolsonaro em maio deste ano.

«Moro deve aguardar a apuração e ver quem será implicado. Filho certamente. O problema é: o pai [Bolsonaro] vai deixar? Ou pior, e se o pai estiver implicado?», questionou o procurador na conversa com colegas.

As mensagens indicam que Dallagnol concordava com o posicionamento de outros colegas do Ministério Público Federal sobre a investigação de um esquema de corrupção no gabinete de Flávio Bolsonaro, conhecido como caso Queiroz, durante o mandato do filho do presidente Jair Bolsonaro como vereador da cidade do Rio de Janeiro pelo Partido Social Liberal (PSL).

«É óbvio o q aconteceu… E agora, José?”, disse o procurador em um dos chats secretos ao qual o portal teve acesso.

Adepto a declarações midiáticas, o procurador da Lava Jato expressou estar vacilante em fazer uma condenação mais severa de Flávio Bolsonaro aos meios de comunicação e teria evitado um convite para participar do programa Fantástico (rede Globo), em janeiro deste ano, como forma de evitar perguntas sobre o caso.

Adriano da Nóbrega, Flávio Bolsonaro e Fabrício Queiroz

No momento em que foi executado, o ex-policial militar estava escondido na fazenda de Gilsinho da Dedé, vereador do PSL em Esplanada (BA). O partido é peça-chave para entender o caso que culminou em uma mandado de prisão expedido contra Nóbrega em janeiro de 2019.

Até novembro de 2018 quando ainda era filiado ao PSL – partido do qual se desligou em outubro de 2019 – o senador Flávio Bolsonaro (sem partido), empregava a mãe e a esposa de Adriano de Nóbrega em seu gabinete na Assembleia Legislativa do Rio de Janeiro (Alerj), pois era deputado estadual.

O Ministério Público Estadual do Rio de Janeiro (MPE-RJ) aponta Nóbrega como um dos responsáveis pelo chamado “Escritório do crime”, de onde teria partido o plano para assassinar a vereadora Marielle Franco.

Homenageado por Flávio Bolsonaro na Alerj em 2003, oportunidade em que recebeu a medalha Tiradentes, mais alta honraria fluminense, Nóbrega é amigo de Fabrício Queiroz, ex-assessor do senador, acusado de recolher parte dos salários dos funcionários do gabinete do político, prática conhecida como “rachadinha.” Os dois trabalharam juntos no 18 Batalhão da Polícia Militar.

Ainda de acordo com a investigação do Ministério Público, as contas de Nóbrega teriam sido utilizadas por Queiroz para fazer depósitos das rachadinhas.

Rachadinha

Flávio pagava os salários de seus funcionários com a verba do seu gabinete na Alerj. Segundo apuração do Intercept, a partir daí, Queiroz – apontado no inquérito como articulador do esquema de rachadinhas – confiscava em média 40% dos vencimentos dos servidores e repassava parte do dinheiro ao ex-capitão do Bope, Adriano da Nóbrega, apontado como chefe do Escritório do Crime, milícia especializada em assassinatos por encomenda.

A organização criminosa também atua nas cobranças de “taxas de segurança”, ágio na venda de botijões de gás, garrafões de água, exploração de sinal clandestino de TV, grilagem de terras e na construção civil em Rio das Pedras e Muzema.

As duas favelas, onde vivem mais de 80 mil pessoas, ficam em Jacarepaguá, na zona oeste do Rio, e assistiram a um boom de construções de prédios irregulares nos últimos anos. Em abril do ano passado, dois desses prédios ligados a outras milícias desabaram, deixando 24 mortos e dez feridos. O lucro com a construção e venda dos prédios seria dividido, também, com Flávio Bolsonaro, segundo as investigações, por ser o financiador do esquema usando dinheiro público.

O Ministério Público usou informações do Conselho de Controle de Atividades Financeiras (Coaf) para indicar que Fabrício Queiroz, enquanto era assessor no gabinete de Flávio Bolsonaro, teria recebido R$ 2 milhões em sua conta, divididos em 483 depósitos.

No mesmo mandato na Assembleia Legislativa do Rio de Janeiro (Alerj), trabalharam a ex-esposa e a mãe de Nóbrega, Danielle Mendonça da Costa e Raimunda Veras Magalhães, respectivamente. Elas receberam um total de R$ 1.029.042,48 em salários e repassaram R$ 203 mil para Fabrício Queiroz, respeitando o esquema estabelecido no gabinete para beneficiar o parlamentar, de acordo com a denúncia do MPE.

Ao todo, Queiroz movimentou R$ 7 milhões em três anos. Entre janeiro de 2016 e janeiro de 2017, o ex-assessor de Flávio Bolsonaro fez diversos depósitos e saques que somam R$ 1,2 milhão. Um dos depósitos, de R$ 24 mil, foi feito na conta da primeira dama Michelle Bolsonaro, no ano de 2016.

Questionado sobre o repasse à sua esposa, Jair Bolsonaro informou que fez um empréstimo a Queiroz e o depósito seria parte do pagamento. O presidente lembrou, em entrevista, que é amigo do ex-assessor do filho desde 1984.

Escritório do Crime e família Bolsonaro

Ronnie Lessa, Élcio Queiroz, Mad, Leléo e Macaquinho estão no catálogo de matadores de aluguel do Escritório do Crime, grupo de agentes das forças de segurança que atuam na região de Rio das Pedras, zona oeste do Rio de Janeiro, há pelo menos 20 anos. Chefe da organização criminosa, Nóbrega é figura-chave para compreender diversos crimes, mas também para entender a relação do clã Bolsonaro com as milícias cariocas.

O advogado do ex-agente do Bope, Paulo Emílio Catta Preta, em entrevista ao Globo, levantou a possibilidade de que seu cliente tenha morrido por saber demais. Porém, não especificou os segredos de Nóbrega. «Ele me disse assim: ‘doutor, ninguém está aqui para me prender. Eles querem me matar. Se me prenderem, vão matar na prisão. Tenho certeza que vão me matar por queima de arquivo’. Palavras dele», afirmou o defensor.

Confira em vídeo reportagem do Brasil de Fato que mostra relação de Bolsonaro com as milícias

A amizade também é a natureza da relação entre Adriano da Nóbrega e Queiroz, que se conhecem desde 2003, quando serviram juntos no 18º Batalhão da Polícia Militar do Rio de Janeiro (PMRJ). Justamente neste, Nóbrega recebeu a primeira homenagem de Flávio Bolsonaro na Alerj. A segunda viria em 2005, ano em que o ex-agente do Bope foi julgado e condenado por um júri popular, por conta de um homicídio. O miliciano não compareceu à premiação por estar preso.

Durante o seu julgamento, Nóbrega recebeu um apoio importante, do então deputado federal Jair Bolsonaro. Após a audiência que culminou na condenação do miliciano, o atual presidente da República foi até a tribuna da Câmara dos Deputados e defendeu o militar. “Ele sempre foi um brilhante oficial”.

Em 2007, Nóbrega recorreu da decisão e foi inocentado. Em 2013, foi expulso da PM, por conta de seu envolvimento com o jogo do bicho.

Outro importante personagem do Escritório do Crime, o major Ronald Paulo Alves, apontado por Beto Bomba como responsável por organizar o grupo de assassinos que executariam Marielle Franco e Anderson Gomes, também foi homenageado por Flávio Bolsonaro na Alerj.

Em 2004, o filho do presidente celebrou uma ação comandada por Alves que terminou com três mortes. Um ano antes, em 2003, o major teria participado da chacina de cinco jovens dentro da da boate Via Show, em São João de Meriti. Quatro policiais já foram condenados pelo caso e somente o agente condecorado por Flávio Bolsonaro ainda não foi julgado.

No último dia 15 de fevereiro, após a morte de Nóbrega, Bolsonaro foi interpelado sobre sua relação com milicianos e negou qualquer vínculo. «Eu não conheço a milícia no Rio de Janeiro. Desconheço. Não existe nenhuma ligação minha com a milícia do Rio de Janeiro», afirmou.

Brasil de Fato


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