El mecanismo de Bukele para entrega de bono fue un total fracaso – Por Dennis Córdova

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Dennis Córdova*, especial para NODAL

El Salvador se encuentra en cuarentena general y obligatoria desde el sábado 21 de marzo, en razón de la pandemia por COVID-19, que afecta a todo el mundo. Durante esta emergencia nacional algo ha quedado de manifiesto con claridad: la falta de protección de derechos humanos y la falta de garantías para el bienestar de los salvadoreños debido a la nula planificación para implementar políticas públicas, por parte del Gobierno, que minimicen el impacto de esta crisis.

En el país, 7 de cada 10 personas trabajan en el sector informal, es decir, 2.1 millones de salvadoreños sobrevive día a día; y es este segmento que, en la cuarentena general y obligatoria, ha sido el más afectado. Ahora se agregan los despedidos por empresas que han debido cerrar operaciones, en atención a un decreto Ejecutivo que establece que solo operarán las empresas estratégicas.

La noche del 21 de marzo, en cadena nacional el presidente, Nayib Bukele, anunció medidas para compensar y paliar los efectos de paralizar las actividades económicas (la suspensión de las actividades productivas mantienen a las personas en sus casas pero sin fuentes de ingresos). Entre las medidas, se estableció la entrega de 300 USD a 1.5 millones de familias, esa noche no explicó cuál sería el mecanismo para hacer efectivo el retiro del apoyo económico.

El 27 de marzo, en una nueva cadena nacional, Bukele manifestó el método para que una persona por familia beneficiaría pudiera retirar los 300 USD. El Gobierno habilitó una página web para hacer las consultas a través del número de Documento Único de Identidad, y saber si recibirían ese apoyo o no…allí comenzaron los problemas.

La página web fue saturada en minutos, la gente intentaba ingresar y el sitio generaba error, los encargados del área de tecnología de la presidencia no previeron esa situación y tampoco pudieron solventarla a la brevedad que exige este tiempo.

En las horas posteriores, Bukele indicó que habían problemas con el servidor y que se habilitaba otro sitio web para la consulta, [la nueva dirección la obtuvieron 24 horas antes los precandidatos a cargos públicos de Nuevas Ideas (partido de la familia de Bukele) para poder sacar la rentabilidad respectiva]. El presidente también dejó claras otras indicaciones para quienes no se encontraran y consideraban que aplicaban al beneficio de los 300 USD, podrían acercarse a los Centros de Atención de Demandas (CENADE); estos centros fueron creados para atender a la población beneficiada por los subsidios gubernamentales…allí se hizo un mal cálculo.

La burbuja en la que vive Bukele, sus ministros y asesores los hizo olvidar que solo el 57% de la población tiene acceso a Internet, no todos en este país pueden revisar si son beneficiarios o no. Por ello, atendiendo el llamado realizado por el mismo presidente, miles de personas abarrotaron los 16 CENADES a nivel nacional.

Todos los «protocolos» y medidas establecidas para evitar los contagios por COVID-19 se fueron al traste, las interminables filas de personas que se extendían por cuadras y cuadras, personas adultas mayores, mujeres embarazadas, vendedores informales, empleadas domésticas y población, impulsados por su necesidad de llevar comida a la mesa, todos buscando una solución. Bukele reaccionó, cayó en cuenta de su error y les mandó a cerrar los CENADE.

Al conocer la noticia, del cierre de los centros, el llanto y la desesperación se apoderó de quienes se mantuvieron allí por horas con la esperanza de obtener dinero para la comida de sus familias. A personas de la tercera edad, elementos de la policía las rociaron con gas pimienta, otras tuvieron que ser auxiliadas por descompensarse. Todo esto ocasionó la indignación de una parte de la población que denunció y buscó ayudar desde sus posibilidades.

Inmediatamente las cuentas de redes sociales de Bukele y sus ministros trataban de salvarse del fracaso de la planificación, inventaron ‘fake news’ y las diseminaron para hacer creer que la gente que llegó fue movilizada por la oposición e hicieron todo lo posible para fijar que quienes salieron a la calle no tienen ninguna necesidad [en ese tipo de acciones (distorsión de la realidad) Bukele y sus asesores son expertos].

Así terminó un día donde la improvisación y los errores de un Gobierno que paga millones en publicidad, a nacional e internacional, para parecer ‘cool’, en la realidad no puede ni diseñar un mecanismo para entregar apoyo económico a los más vulnerables.

* Asesor Legislativo del grupo parlamentario del FMLN.


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