Éxodo masivo en Perú: miles de personas retornan a pie a sus pueblos por hambre y falta de trabajo

Foto: Hugo Curotto
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Miles de personas huyen de Lima a pie en busca comida en sus pueblos

Por Carlos Noriega

“Nos va a matar el hambre antes que el virus”, exclama, con voz de angustia, una mujer joven, de rostro cansado, que lleva en brazos a su hija de pocos meses. El suyo es un amargo reclamo por el abandono, un desesperado grito por ayuda. Esa noche dormirá-como las anteriores y las siguientes- sobre unos cartones al lado de la carretera que lleva de Lima a la zona andina en el centro del país. Va de regreso a su pueblo. Va escapando. Sin nada, lo hace caminando. Le esperan cientos de kilómetros. Con ella pasarán la noche más de trescientas personas que cargan la misma angustia y comparten el mismo recorrido, largo, agotador, penoso. En otros puntos de esa misma carretera, y en otras carreteras, que van para el sur y el norte del país, otros miles viven el mismo drama. Abandonan la capital para regresar a sus pueblos. En Lima, la ciudad de la que escapan con desesperación, se concentra la mayor parte de casos de coronavirus en el país, pero ellos no huyen del virus. Huyen del hambre. Es el éxodo de los olvidados, los excluidos, los pobres extremos, en plena cuarentena por el coronavirus.

“Ya no tenemos qué comer, por eso regresamos a nuestros pueblos, donde algo tendremos. Caminando nos iremos, no tenemos de otra”, dice un hombre sentado junto a sus tres pequeños hijos que duermen abajo de un puente de la autopista. Era vendedor ambulante y ahora con la cuarentena se quedó sin los pocos ingresos con los que apenas sobrevivía. En otra carretera, un joven cuenta que era pintor eventual, que como se quedó sin trabajo desde que comenzó la cuarentena no pudo pagar el cuarto en el que vivía, lo echaron a la calle y sin dónde ir ha emprendido la sufrida caminata de retorno al pueblo del que salió hace años. “Ya no aguantamos más, no tenemos nada ya, estamos viviendo en las calles, ya no tenemos para comer”, grita una mujer cuando se le acerca la cámara de un noticiero. Ellos forman parte de este éxodo del hambre.

También están los que viajaron a la capital desde el interior por algún trámite, un tratamiento médico o para un trabajo temporal de unos meses, y quedaron atrapados por la inmovilización social. Después de 40 días de cuarentena y con sus pocos recursos agotados, tratan con desesperación de regresar a sus casas. Muchos están entre los caminantes en las carreteras, otros centenares duermen en las calles de la ciudad, frente a estaciones de buses o el aeropuerto esperando que salga ese bus o ese vuelo humanitario que las autoridades les han ofrecido, pero que no llega. Llevan días en esa interminable espera. Los que se cansan de esperar se suman a los caminantes que huyen de la capital para no morir de hambre en tiempos de cuarentena. Se han dado choques entre estos angustiados pobladores y la policía cuando ésta les bloquea el camino para que no sigan su viaje.

“No se puede permitir una salida desordenada porque estos grupos grandes son caldo de cultivo de contagios y se puede generar un problema en las zonas a las que se dirigen. Lo primero es empadronarlos, después se les tiene que hacer pruebas rápidas del coronavirus para ver si están infectados, si lo están son llevados a un centro de salud, los que dan negativo son llevados a su destino en transporte puesto por el Estado y cuando lleguen deben estar dos semanas en aislamiento porque hay la posibilidad que tengan el virus a pesar del resultado negativo de la prueba rápida. Todo esto requiere una articulación y una logística que no es algo sencillo. Entendemos la desesperación de la gente, reconocemos que esto se puede hacer más rápido, estamos trabajando en eso. Ya hemos trasladado a más de tres mil personas”, le declaró a Página/ 12 la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, encargada por el gobierno para tratar este asunto.

Con 70 por ciento de los trabajadores en la informalidad, sin derechos laborales y la mayoría con ingresos precarios, y empresas dando licencias sin paga, la larga inactividad ha llevado a una buena parte de la población, que se ha quedado sin ingresos, al límite de su resistencia. Millones que antes de esta crisis ya estaban en la pobreza, o al borde de ella, piden ayuda para sobrevivir. El gobierno ha dispuesto la entrega de un bono equivalente a unos 220 dólares para 3,5 millones de familias pobres urbanas y un millón de hogares rurales, pero es insuficiente en el monto y en la cobertura, y todavía no se termina de entregar. Ayer el presidente Martín Vizcarra anunció que este bono se ampliará hasta llegar a 6,8 millones de familias, el 75 por ciento de hogares del país. Reconoció la lentitud en su reparto. “Hay que ser autocríticos, tenemos que ser más rápidos. El hambre no espera”, dijo. Se raparte alimentos, pero la entrega es lenta y desorganizada.

El Perú es el segundo país de América Latina, después de Brasil, con más casos de coronavirus. Son 20.914 los contagiados y 572 los muertos. En las últimas 24 horas se han dado 1.664 nuevos casos y 42 fallecidos. Con los contagios en alza, la cuarentena, que comenzó el 16 de marzo, ayer fue prorrogada hasta el 10 de mayo. Esa extensión era necesaria, dicen los expertos. “La salud de la gente es lo primero”, ha dicho Vizcarra al anunciar esta nueva prórroga. La cuarentena ha tenido importantes fisuras, por desorganización, irresponsabilidad de parte de la población y la necesidad de muchos que sobreviven del día a día y salen a buscar algún ingreso.

El débil sistema de salud está al límite. El Perú es uno de los países de la región con la más baja inversión en salud, con menos del cinco por ciento de su PBI al año, y eso está pasando factura en esta crisis sanitaria. Hay hospitales desbordados, enfermos que han muerto esperando atención. En las carreteras, sigue el éxodo del hambre.

Página|12


Vicente Zeballos sobre éxodo por el COVID-19: Existen 167,856 que buscan retornar a sus regiones

El éxodo masivo de peruanos que buscan regresar a su lugar de origen es una de las imágenes provocada la crisis del COVID-19 que viene causando mayor preocupación en el Ejecutivo. En respuesta a una pregunta de La Mula, el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, afirmó este jueves que existen en total 167 856 personas inscritas en los padrones de los diferentes gobiernos regionales que buscan retornar a sus regiones en medio del estado de emergencia por los casos de coronavirus.

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Afirmó que 3579 ciudadanos de 10 regiones ya retornaron tanto por vía terrestre como aérea. Detalló que hoy viajarán 1621 personas de 7 regiones diferentes. “Es decir potencialmente tenemos 167 mil personas que pudieran volver a sus respectivas regiones”, aclaró el titular de la PCM, quien agregó que ninguna persona que no sea sometida a la prueba rápida de descarte de COVID-19 podrá viajar.

Zeballos indicó que el traslado de las personas más vulnerables se viene realizando de manera ordenada y planificada con los gobiernos regionales. Precisó, en esa línea, que los autoridades regionales deberán supervisar que las personas que lleguen al interior del país cumplan con el periodo de cuarentena para evitar nuevos contagios. “Por eso sugerimos que esto sea de manera ponderada”, aseguró el premier.

Al finalizar su intervención, Vicente Zeballos pidió a la población que no acuda a “una corriente masiva” de retorno a las regiones y se respete el aislamiento social.

Éxodo en tiempos de COVID-19

Cientos de personas decidieron regresar a pie desde Lima a sus lugares de origen porque se quedaron sin recursos para afrontar la cuarentena. La Carretera Central, a la altura de Huaycán (Ate), se convirtió esta semana en el telón de fondo en el que más de un centenar de ciudadanos aguardaba un medio de transporte para poder retornar a su lugar de origen, en pleno estado de emergencia por la propagación de la pandemia.

CIENTOS DE PERSONAS CAMINABAN POR LA CARRETERA CENTRAL CON DIRECCIÓN AL CENTRO DEL PAÍS (ANDINA)

Similar situación se observó este miércoles en la Vía Expresa que fue tomada por un promedio de 200 personas que buscaban retornar a Piura, hasta donde pretendían llegar a pie. Aseguran que tomaron esta decisión porque no han sido escuchados por las autoridades. En su camino, fueron custodiados por policías, y esperaban llegar a Ancón, donde dormirían para proseguir hoy con su caminata.

CUSQUEÑOS VIAJAN EN GRUPOS (LA REPÚBLICA)

La situación también se repitió a la salida de Lima Este, en donde otro centenar de personas esperan retornar a Junín y otros a Pucallpa. Asimismo, cientos de cusqueños que no han sido atendidos para ser rescatados en vuelos y buses humanitarios decidieron regresar caminando desde Lima.

Cabe precisar que en la página web del Gobierno Regional de Cusco se inscribieron 20 mil personas que quieren regresar o salir de la Ciudad Imperial. De esa cantidad 16 mil son cusqueños que están en otras regiones y quieren volver a dicha región; mientras que unos 4 mil buscan de abandonar Cusco rumbo a Lima y otras regiones.

La Mula


Coronavirus en Perú: Caminantes bloquean vía expresa de Javier Prado

En medio de la expansión del coronavirus en Perú, decenas de ciudadanos bloquearon ayer la Vía Expresa de Javier Prado como protesta a su permanencia por más de tres días en las puertas de una empresa de transportes, sin que ordenen su traslado a los departamentos del norte del país.

Inicialmente, la policía les informó que iban a ser trasladados por la mañana. Sin embargo, al mediodía les comunicaron que no saldría ningún bus del terminal terrestre por lo que debían retornar a sus domicilios hasta que sean llamados nuevamente.

“Pedimos ayuda, estoy con mis hijos pequeños aquí hace días y nadie nos dice nada. Mi esposo perdió el trabajo, yo quise regresar pero ya no pude. Algunos se han ido caminando pero yo no puedo exponer a mis niños, por eso me quedé”, afirmó una madre de familia.

Adultos mayores en silla de ruedas o madres con sus pequeños en brazos aguardaban por el traslado humanitario y denunciaron no tener respuesta del Gobierno Regional de Piura. “Parece que nuestro gobernador nos hubiera abandonado”. “Queremos regresar aquí no tenemos nada”, afirmaron. Pidieron que se les realice la prueba rápida del COVID-19 para quedar autorizados al traslado.

En Huampaní

En tanto, un grupo de las 215 personas que permanecían varadas en la carretera Central, a la altura de la entrada a Huaycán (Ate) fue trasladado a un centro recreacional en Huampaní, hasta que se concrete su traslado a la Región San Martín. Así lo confirmó la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz.

La autoridad dijo que el Gobierno Regional confirmó el traslado en dos vuelos humanitarios para quienes estén empadronados, siendo prioridad las personas con salud deteriorada, adultos mayores y mujeres embarazadas. Un grupo de 100 personas aún espera ser trasladado. Ellos no estarían empadronados.

Son 40 mil

Unas 40 mil personas a nivel nacional pugnan por ser trasladadas de Lima a provincias o viceversa. Caminantes a Huancavelica, San Martín y Ucayali ya han sido trasladados, ahora esperan pobladores de Piura, Tumbes, Apurímac, Cusco y Ayacucho. Mientras los gobiernos regionales empadronan y coordinan el lugar donde serán recibidos en sus regiones.

El Popular


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