Redes Universitarias en clave de accesibilidad – Entrevista a Sandra Katz, Coordinadora de la Red Interuniversitaria Latinoamericana y del Caribe sobre Discapacidad y Derechos Humanos

Fotografía del 9° Encuentro de la Red Interuniversitaria Latinoamericana y del Caribe sobre Discapacidad y Derechos Humanos realizado en la Universidad Nacional de Lanús (UNLA), año 2017. Descripción de imagen: Una multitud reunida en un edificio antiguo mira a cámara, arriba un banner de gran tamaño detalla “noveno encuentro”.
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Sandra Katz es Coordinadora de la Red Interuniversitaria latinoamericana y del Caribe sobre Discapacidad y Derechos Humanos. Además es Profesora de Educación Física (UNLP) y Licenciada en Psicología (UNLP). También es Diplomada en Gerencia Social y Políticas de Discapacidad (OEA- Flacso).

Nos interesa pensar las formas en que sostenemos, en estos tiempos de pandemia, el derecho de las personas con discapacidad a participar de la vida académica en común: a estudiar, enseñar, trabajar e investigar en las universidades.

Sobre contextos, posibilidades y dificultades colectivas conversamos con Sandra Katz.

¿Cómo fueron los inicios de la red? 

La Red cumplió en diciembre de 201910 años y fue creada junto al querido Carlos Eroles y otres colegas. Nos fuimos dando cuenta de que más allá de compartir experiencias, el denominador común era que casi todos nos manejábamos con textos yexperiencias españolas. Eso  hacía que cada uno se sintiera en una situación de subestimación, que nos faltaba mucho para llegar a tener universidades accesibles porque no éramos como España. Esta intención de unirnos a nivel latinoamericano,significaba  partir de nuestra historia y posicionarnos desde ese lugar, no cuestionar ni criticar a España si no posicionarnos nosotros desde una mirada latinoamericana y que intentemos hacer el esfuerzo por empezar a escribir e incorporar textos de nuestros colegas a las cátedras. Trabajábamos en universidades donde no había protocolos sobre accesibilidad, todo era más artesanal.

Más que posicionarnos como expertos, tratábamos de aprender a articular y dialogar con un otro que era decisor de políticas yque nosólo no tenía idea de discapacidad sino que  tampoco  sentía que fuera un tema que lo interpelara. Entonces nosotros le llevábamos una problemática que no era un problema, hasta que aparecía una denuncia  o alguien que visibilizaba una situación para recién ahí habilitar la posibilidad de transformación.

El cambio cualitativo que pudimos dar fue decidir que como Estado nos teníamos que hacer cargo, cuando históricamente se hicieron cargo las familias y las propias personas. No es que venimos a inaugurar o abrimos una gran puerta, lo que ponemos de relieve es la visibilización en esta temática que históricamente fue una preocupación y militancia individual y familiar,porque había un hermano que acompañaba, una madre que grababa las clases… Era toda una familia la que acompañaba loque pudo sostener el deseo. ¿Cuántas veces las personas con discapacidad no pudieron sostener un deseo porque fueron transformadas por otros que les decían “no podés estudiar”,“esa carrera es inaccesible”, “¿qué vas a hacer cuando te recibas?”.

-¿Cómo se fueron incorporando las universidades? 

Al principio cuando hacíamos encuentros regionales había docentes e investigadores que venían de un mismo país y no se conocían entre ellos. Se generaron redes en los distintos países y simultáneamente se fue ampliando la Red Latinoamericana. Al principio había universidades de Argentina y de Colombia, hoy son más de diez países que lograron darse una organización a nivel nacional, con diversos formatos y alianzas. Este proceso potenció la Red y, al mismo tiempo, fortaleció internamente a cada país. América Latina es heterogénea y cada país o región también lo es.

-En estos tiempos de pandemia, ¿cómo ves a la comunidad universitaria en relación con la producción de accesibilidad a los materiales de estudio y estrategias pedagógicas? 

Pudimos evidenciar que quienes tuvieron que buscar estrategias ya no fueron los estudiantes con discapacidad (para quienes el encierro fue casi una constante histórica en sus vidas por las barreras contextuales), sino los docentes. Los estudiantesya conocían qué necesitaban para estar y acceder,  ahora quienes tenían las dificultadeseran los docentesque no sabían qué hacer. Y ahí rápidamente, desde las áreas de discapacidad /accesibilidad, armamos un dispositivo de doble lógica: hubo material denso, explicativo sobre qué implican prácticas y políticas accesibles e inclusivas. Y por otro lado,había que hacer breves instructivos amigables con cuestiones prácticas inmediatas:

Cómo subir un video a YouTube, agregar subtitulado, hacer un QR, describir una imagen. Buscamosque el docente sienta ganas de modificar las formas de dar sus clases y evaluaciones. Hay que romper esa lógica de que él está haciendo un favor. No le estamos pidiendo permiso sino que lo estamos acompañando en ese proceso hacia la grata sorpresa de que cuando transforma una práctica no solo beneficia a un estudiante sino beneficia a todo un colectivo que está participando de esa cursada.

Escuchamos frases como: “no estamos preparados”, “A mí no me pagan más” o  “yo no cuento con los recursos”,  Creemos que hay que empatizar con el docente, no juzgarlo, sino entender que muchos no cuentan con recursos pedagógicos didácticos, y en estos tiempos no solo tienen que aprender nuevas formas de dar clases, sino que también sean accesibles.

-¿Cómo enfrentan las universidades la cuestión de la desigualdad en el acceso a recursos?

Hay un sector que accede, tiene equipamiento y conectividad. Y un gran sector que no llega, que quedó en el camino. Algunas universidades rápidamente se pusieron esto al hombro y salieron con políticas públicas. Costa Rica y Uruguay rápidamente a los estudiantes que no tenían ni aparatos ni conectividad les entregaron material. En otros países todavía se sigue discutiendo, buscando la forma de hacer relevamientos para ver quién necesita, para ver si se le entrega una computadora. Me parece que no se actuó con la rapidez que los tiempos ameritaban. Pero todas armaron dispositivos para ponerse en contacto con los estudiantes en situación de discapacidad

-Queremos preguntarte si hubo instancias donde se prepararon materiales para acompañar a los docentes antes de que lo pidieran. Si  hubo situaciones en que los propios docentes, ya a través de los entornos virtuales, identificaron demandas de los estudiantes y cómo llevaron esas demandas a los espacios institucionales. Si eran demandas de parte de la propia gestión institucional, si eran de parte de los docentes de las áreas de discapacidad, porque imagino que tienen diferentes formas de constituirse  estos dispositivos de acompañamiento a los estudiantes.

Me parece que fue casi en paralelo. En estos tiempos tuvimos dos reuniones ya a nivel latinoamericano en que  participamos 13 países. Y en todos se veían las dos situaciones:algunas donde rápidamente se armó este circuito de manera que losdocentestuvieranelmaterial accesibilizado para que le llegara al estudiante; y otras en que no se llegó a relevar qué estudiante quedó en el camino ni cuántos docentes siguen haciendo sus prácticas sin pensar en formatos accesibles. El panorama es bien diverso.

-¿Podrías decirnos algo más sobre dificultades y sobre buenas prácticas?

La población que sigue siendo estructuralmente más excluida es la de las personas sordas.En estos tiempos de pandemia vimos que había tantos factores en juego:
el tema de la simultaneidad, de lo sincrónico y lo asincrónico, de los formatos en que se producen las clases, cómo es la presencia de los intérpretes, si cuentan con datos móviles.  ¡Empezaron a aparecer tantos actores y circunstancias que había que evaluar! La  mayoría de los estudiantes desistían y decían prefiero dejar y volver el año que viene. Ahí fuimos varios los que tuvimos que acompañar para sostener, un proceso que lo hacemos entre todos.

También se daban otras cuestiones como que la computadora se compartía con toda la familia,falta de espacio para sentarse y poder leer,también otras urgencias que tenían que ver con lo económico, con cuestiones de violencia de género. La interseccionalidad aparece atravesada en casi todos los países.

-¿Tuvieron alguna repercusión a nivel de funcionarios de estado?

En Chile los docentes planteaban que están muy diferenciadas las universidades públicas y las privadas. En Bolivia,Ecuador, Venezuela, Guatemala también se vieron muchas dificultades.

En lo que rápidamente nos pusimos de acuerdo era que como Red teníamos que estar a disponibilidad de acompañar a los gobiernos. Elaboramos una carta donde planteábamos la importancia de ser  interlocutores entre las necesidades que tiene cualquier usuario con discapacidad, porque en esto no sólo eran los estudiantes, también los docentes con discapacidad, pensando estas prácticas y estas políticas en formatos accesibles. Junto a la Red de Estudiantes por la Inclusión (RELPI elevamos esta carta también a IESALC- UNESCO pero la realidad supera las buenas intenciones.

Junto a esta acción se fueron organizando conversatorios y webinarios con la participación de estudiantes y docentes con discapacidad y también de organizaciones de la sociedad civil. Este tiempo de virtualidad obligada nos llevó a juntarnos más y a seguir compartiendo experiencias e informaciones a través del boletín mensual. La red es un espacio que aloja, sostiene y proyecta.

* Los recursos de la Red se pueden encontrar en:

http://red-universidadydiscapacidad.org/

y en el blog:

http://blogs.unlp.edu.ar/discapacidadunlp/

Contacto:

red.universidadydiscapacidad@gmail.com


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