América Latina, entre desborde y confinamiento – El Comercio, Ecuador

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

América Latina le va tomando el pulso a la pandemia entre el vértigo, la impotencia y la incertidumbre.

Perú superó esta semana el porcentaje de muertes por habitante que había registrado Bélgica, un país europeo tranquilo y pequeño, pero que tampoco pudo con el coronavirus.

Para el caso de Perú, la semana que termina marcó 621 000 contagios y 28 277 muertes atribuidas al covid.

La situación se expresa en datos -pese a que se presume subregistro- que preocupan mucho, tanto como aquellos que muestran países más grandes como Brasil y México.

En la información que procede del Perú las falencias estructurales del modelo económico y social parecen ser las causas por las que la pandemia se ha expandido y ha causado tantos y tan trágicos estragos.

La baja inversión en materia de salud pública, la marginalidad y las cifras de pobreza y falta de acceso a servicios básicos pesan.

Un porcentaje alto de la población dedicado a la informalidad anida entre uno de los factores del resultado.

En el sur, Argentina cuenta con más de 400 000 personas contagiadas. Hay 8 400 muertes y los datos de contagios y fallecimientos superaron todo pronóstico en los últimos días, según diario Clarín.

Para el caso de este país, la inmensa población del conurbano, alrededor de la Capital Federal y la demografía de la propia provincia de Buenos Aires, lo sitúan con datos considerablemente mayores a los de otras provincias del interior. 244 000 contagios de coronavirus y 5 000 muertes en esa jurisdicción provincial son las cifras oficiales.

En esa medida, el confinamiento ha sido la fórmula adoptada con el alto precio de parar en seco la economía y golpear a los sectores populares que viven del día a día del comercio.
Esta lógica la ‘compensan’, en apariencia, con el debilitamiento del peso frente al dólar.

Devaluando, el gobierno de Alberto Fernández trata de atenuar la falta de liquidez, se paga sueldos pero a un costo alto que en el futuro de una economía ya perforada por la falta de préstamos foráneos será peor. Es una trampa.

El Comercio

 


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