Elecciones en Puerto Rico | Así fue el último debate de los candidatos a la gobernación

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Candidatos a la gobernación tiran últimos cartuchos antes de las elecciones

Por Adriana De Jesús Salamán

Los candidatos a la gobernación se midieron cara a cara una última vez antes de las elecciones, en un debate que prometía definir el voto de los electores, pero en el que los candidatos se mostraron inamovibles en los puntos que han repetido una y otra vez a lo largo de sus candidaturas.

El debate, celebrado en los estudios de Telemundo, se convirtió en una de las pocas veces en que todos los candidatos dijeron presente, ya que en foros y debates previos, algunos se ausentaron a último momento o enviaron intervenciones grabadas.

En esta ocasión, Pedro Pierluisi Urrutia, del Partido Nuevo Progresista (PNP) buscaba tener un rol más activo y responder a todo aquello posible, fuera directamente aludido o no, como en las instancias en que Alexandra Lúgaro Aponte, del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) habló de corrupción en términos generales y el candidato pedía un turno para reaccionar.

Al igual que en otros debates, tanto él como Carlos “Charlie” Delgado Altieri, del Partido Popular Democrático (PPD), fueron recipientes principales de ataques de sus contrincantes, lo que subrayó el desgaste del bipartidismo y la tensión del bipartidismo con las voces nuevas que intentan destronarlo y que fue plasmado en el primer debate en septiembre.

Los mensajes iniciales y finales —de 30 segundos cada uno— sirvieron para que los aspirantes se remitieran a los mismos puntos que han recalcado en estos meses y que aluden a sus respectivas plataformas de gobierno (o al menos de quienes cuentan con una).

Por un lado, Juan Dalmau Ramírez, del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), reiteró su interés en crear una “Patria Nueva” enfocada en “enderezar el barco” y servir como un tipo de reinicio gubernamental.

César Vázquez Muñiz, del Proyecto Dignidad, resaltó la importancia de los valores, sin entrar en detalle sobre a qué se refería, mientras que Eliezer Molina enfatizó en su carácter de candidato independiente, como un aspirante sin ataduras políticas que alega saber las soluciones a los problemas más grandes del país.

Lúgaro Aponte se enfocó en su lucha contra el bipartidismo y en resaltar el interés del MVC de ejecutar sus decisiones de forma distinta a sus contrincantes. Mientras, Delgado Altieri recalcó en la importancia de la “segunda transformación” que propone, como secuela a la “primera transformación” de Luis Muñoz Marín, para sacar a Puerto Rico de la pobreza.

Pierluisi Urrutia habló en más de una ocasión sobre los fondos federales que han llegado y continuarán recibiéndose a propósito de la reconstrucción tras el huracán María en el 2017 y cómo se utilizarían para mejorar la infraestructura.

El debate, que comenzó un poco lento y sosegado, cobró velocidad y fogosidad cuando se abordó el tema de la corrupción. Si bien probó ser entretenido, no proveyó soluciones claras a este mal que ha plagado cada administración que ha gobernado la Isla, sino una muestra de la llamada “tiraera” política tradicional entre campañas.

Tanto el candidato del PNP como el candidato del PPD recibieron la mayoría de las críticas de sus contrincantes, por representar a las colectividades que por los pasados 70 años han sido el blanco de esos señalamientos. Pierluisi Urrutia y Delgado Altieri buscaron desligarse de la administración actual y de hechos pasados, respectivamente, al alegar que “la corrupción no tiene partido”.

Lúgaro Aponte fue quien único afirmó que la corrupción podía sacarse de raíz, únicamente si se contaba con funcionarios de gobierno comprometidos con el servicio público, competentes y elegidos por sus credenciales y no “palas políticas”. También criticó a Delgado Altieri y a Pierluisi Urrutia por intentar desvincularse de los gobiernos previos y cuestionó si podían combatir la corrupción “si tienen las manos atadas con esos mismos intereses”.

Dalmau Ramírez, por su parte, acentuó que al PIP no se le ha señalado por corrupción ni una sola ocasión. Pierluisi Urrutia le mencionó el caso de Hiram Meléndez, que militó por el PIP, pero luego se transfirió al PPD, donde se desempeñó como director de la Administración de Compensación por Accidentes de Automóviles (ACAA) bajo la administración de Aníbal Acevedo Vilá. En el 2012, se declaró culpable de seis cargos de fraude y malversación de fondos públicos, entre otros.

“Pedro [Pierluisi], mano, tremendo ejemplo. Fue cuando se unió al Partido Popular y Aníbal Acevedo Vilá. La corrupción sí tiene partido, se llama PPD y PNP. […] Esta gente lo que no se roba, lo daña”, exclamó Dalmau Ramírez.

El nombre de Acevedo Vilá, actual candidato a comisionado residente por el PPD, volvió a relucir en preguntas dirigidas a Delgado Altieri relacionadas a la confianza que se tienen —si alguna— y cómo el partido puede abordar el tema de corrupción si el exgobernador fue acusado a nivel federal, aunque salió airoso.

No obstante, Delgado Altieri despachó las alusiones al juicio contra su compañero de papeleta al decir que eso ya estaba adjudicado, pero no respondió directamente si “metería las manos al fuego por Acevedo Vilá”. Desde inicios de campaña, a ambos se les ha señalado que no parecen estar unidos. Ayer, llegaron juntos al debate.

Molina aseguró que en todos los partidos había la posibilidad de corrupción, a la vez que Vázquez Muñiz dejó la puerta abierta para que en su partido también se experimentaran casos de ese tipo.

“Jesús nombró 12 apóstoles y uno de ellos era ladrón”, indicó el pastor y cardiólogo, aunque al personaje que hacía referencia, Judas Iscariote, no se le conoce como ladrón, sino por traidor. Incluso, a Judas le entregaron 30 piezas de plata a cambio de su traición a Jesús, pero éste, aunque tarde, se arrepintió y las devolvió al templo.

El debate abordó el tema de la pandemia del COVID-19 y cómo los candidatos, de ser elegidos, atenderían la emergencia. Sobre ese particular, Pierluisi Urrutia repitió que era necesario abrir las escuelas de forma paulatina y fue quien único se mostró a favor de esa determinación.

Los demás candidatos mencionaron la importancia de evaluar en qué nivel estaban los contagios en enero 2021 antes de tomar cualquier decisión. Sobre la vacuna, Molina parece no apoyar estos métodos, pero indicó que “eso está en el libre albedrío. A mi no me gusta imponerle nada a nadie”, mientras que Dalmau Ramírez destacó un proyecto de ley de su equipo de trabajo para administrarle la vacuna de inmediato a los ciudadanos cuando se tenga disponible.

Sobre el estatus, tema dejado para lo último del debate, Pierluisi Urrutia nuevamente recibió el grueso de las críticas por defender un plebiscito que no es avalado por el Congreso de los Estados Unidos.

El 3 de noviembre, además de las elecciones, los ciudadanos podrán votar en el sexto plebiscito de estatus en la historia en una consulta “Estadidad Sí o No”.

Los demás candidatos votarían “No” o dejarían la papeleta en blanco por ser “inconsecuente”, tal como expresó Molina.

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