La unidad latinoamericana – Por Claudia Korol

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Desde el año 2008, cuando se realizó en Neuquén el XXIIIº Encuentro Nacional de Mujeres, las compañeras que hoy nos reconocemos como Feministas del Abya Yala (FAY) -algunas participábamos entonces en la articulación Feministas Inconvenientes- comenzamos a realizar en el marco de los Encuentros, diálogos públicos con feministas populares de otros territorios. En esa oportunidad, una de las participantes fue Piedad Córdoba, senadora colombiana y luchadora por los derechos de las comunidades negras y afrodescendientes –hoy perseguida, estigmatizada y violentamente atacada en su país-, quien estaba promoviendo innumerables esfuerzos para movilizar a las mujeres del continente en la lucha por la paz en su tierra arrasada por años de guerra interna y de violencia genocida.

Era parte de Feministas Inconvenientes Lohana Berkins, lo que contribuyó a que sostuviéramos en los actos, antes aunque con palabras, que nuestros feminismos no eran biologicistas. Que participábamos mujeres, lesbianas, trans, travestis, y otras identidades feminizadas disidentes del heteropatriarcado. “No nos une la vagina” cantábamos como parte de nuestras consignas, antes que la impugnación conservadora radfeminiana, vociferara para que se cerraran las puertas en los espacios feministas a los cuerpos plurales. A partir de ese momento, todos los años realizamos diálogos para pensarnos en clave continental. No nos llamábamos plurinacionales, pero lo íbamos sintiendo y aprendiendo.

Éramos internacionalistas, anticoloniales, antirracistas, antipatriarcales y anticapitalistas. Hicimos los diálogos en plazas públicas, a la intemperie, con autonomía, sin pedir permiso. En el 2009, después del golpe de estado en Honduras, vino Indyra Mendoza, de las Catrachas, activistas lesbianas que integraban Feministas en Resistencia (FER). En solidaridad con las compañeras hondureñas, este espacio se renombró como Feministas Latinoamericanas en Resistencia. Tratamos que nuestro internacionalismo no fuera solo de declaraciones. Por eso un grupo de nosotras llegamos el 8 de marzo de 2010 a Honduras, para compartir las actividades organizadas en Tegucigalpa por las FER, y luego en La Esperanza por COPINH (bajo la dirección de Berta Cáceres), y por OFRANEH (liderado por Miriam Miranda). Lo mismo hicimos en 2012, después del golpe de estado en Paraguay, en 2017, después de la masacre de las niñas en Guatemala, y en 2019, después del golpe de estado en Bolivia. Acuerpar a las compañeras, es parte de las premisas de los feminismos populares, que rompiendo fronteras, construimos un tejido multicolor y solidario.

En 2011 estuvimos en el 26° Encuentro de Bariloche junto a Berta Cáceres. Las hermanas mapuche y originarias ya estaban promoviendo que los encuentros reconocieran y nombraran la presencia de los diversos pueblos, invisibilizados y perseguidos de modo sistemático desde la mal llamada Conquista al Desierto. Berta incidió de manera decisiva para que interpeláramos nuestros feminismos, para que profundizáramos su dimensión antirracista anticolonial. En nuestros diálogos comprendimos que el mismo nombre “América Latina” era producto del lenguaje colonial, y decidimos asumir el de “Feministas de Abya Yala”, para nombrar al continente como lo hacen las hermanas de los pueblos originarios («Abya Yala» fue llamado así primero por el pueblo kuna, y tiene diversas acepciones, entre ellas: sangre que corre libre).

En 2017 realizamos en el marco del Encuentro de Resistencia, Chaco, la primera audiencia del Tribunal Ético Popular, Feminista, de Juicio a la Justicia Patriarcal. Estuvimos acompañadas en esa oportunidad por las hermanas del Movimiento de Mujeres de Kurdistán. Desde entonces fuimos y nos nombramos: “Plurinacional, desde el Abya Yala hasta Kurdistán”. En 2018, el grito de Plurinacional logró amplificarse y resonar en la Asamblea de FAY realizada en Trelew, y en 2019 cientos de compañeras nos dimos cita en la Asamblea de La Plata, coronadas por unimpactante arco iris. En 2020 esperábamos encontrarnos en San Luis, en el 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, No Binaries. Un virus, una pandemia, la cuarentena, lo impidieron. De todos modos la Asamblea se realizó, convocada por Feministas del Abya Yala, la Campaña Nacional contra la Violencia hacia las Mujeres, y la Campaña Somos Plurinacional.

Estuvieron presentes y la transmitieron también, compañeras de la Comisión Organizadora del Encuentro Plurinacional de San Luis, que se realizará el próximo año en esa provincia, tal como se acordó en la asamblea final del encuentro de La Plata. La Asamblea, que se inició con el encendido del fuego realizado por Lolita Chávez de Iximulew, Guatemala, Blanca Chancosa de Ecuador, Vivi Camacho de Bolivia, e Ivana Huenelaf de Puelmapu, fue combinando de modo extremadamente creativo el uso del zoom, las salidas desde acciones feministas callejeras en todo el país. Hubo palabras habladas, poetizadas, cantadas. Hubo dibujos, bordados, pinturas, entre ellos los retratos mágicos de Ro Ferrer, de Florencia Vespignani, de Alba Marconi, que fueron entrelazados artística y amorosamente por la Colectiva Feminista Berta Cáceres de Tandil.

Muchas artistas enviaron o participaron con poemas, canciones, entre ellas Patricia Karina Vergara, Susy Shock, Rocío Pérez Silva, Melissa Cardoza, Flor Sweet, Marecela Lara, Georgi Andino, Karen Pastrana, las Superpoderosas Crew. No faltó el artivismo colectivo coordinado por Clodet García. Reflexión, sentimiento, acción, enamorándonos una vez más de la creatividad y potencia feminista. ¿Quién dijo que todo está perdido? Cuando las mujeres, travestis, trans, trenzan suscorazones, se vuelven invencibles. El fuego encendido por las hermanas de pueblos originarios, empezó a brillar cuando lo tomaron en sus manos las hermanas garífunas de OFRANEH, cuando lo levantó Marlene Wayar, y lo llevó en intimidad hasta el origen de la historia de su comunidad, atravesada por el colonialismo y el régimen heterosexual impuesto por la colonia a través de la familia patriarcal, tan funcional al saqueo y la depredación de los territorios, al saqueo para la Corona antes y para las transnacionales extractivistas ahora, a la extensión de la propiedad privada, y a la “normalización” y “naturalización” de un modo de vincularse sexo-afectivamente, que reproduce y a la vez legitima los sistemas de opresión.

Es precisamente en el seno de esa familia patriarcal, con las lógicas de la propiedad privada y la supremacía de determinados cuerpos, donde se despliegan y se invisibilizan el abuso sexual en la infancia, las violencias sobre mujeres, niños, niñas, la división sexual del trabajo, la expulsión de niñeces trans, travestis, y la subordinación a la hegemonía patriarcal. El documento de FAY, que resume algunos de los consensos principales, fue leído por Perla Alvarez (Paraguay), Jimena Tejerina (Bolivia) y Liliana Daunes (Argentina). Feministas del Abya Yala es una articulación de colectivas que se reconocen en las experiencias revolucionarias pasadas y presentes.

Dos momentos especiales fueron la defensa de la Revolución Boliviariana de Venezuela y la solidaridad y abrazo a la Revolución Cubana. En el primero, compartieron sus palabras Alba Carosio y Daniella Hinojosa, de La Araña Feminista, y María José Murphy de Mujeres por la Vida de Venezuela. Se compartió una carta de FAY a las hermanas venezolanas, en el que se expresa la indignación frente al voto argentino contra Venezuela, diciendo: “Es vergüenza lo que sentimos, compañeras, hermanas, cuando sabemos que Argentina votó contra Venezuela en las Naciones Unidas, convalidando la injerencia norteamericana que promovió la resolución 43 del Grupo de Lima… La decisión del gobierno argentino de votar contra Venezuela junto con gobiernos golpistas que violan permanentemente los derechos humanos en sus países como Chile, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia entre otros, desnuda la política de la Cancillería Argentina. Ha formado bloque con los gobiernos que guardan silencio sobre el bloqueo a Cuba por más de 50 años, que guardan silencio frente al golpe de estado en Bolivia”.

La Asamblea también abrazó a las feministas que hicieron llegar su palabra desde Cuba: Mariela Castro, directora del CENESEX, y Llanisca Lugo, del Centro Martin Luther King. Feministas en revolución, feministas insurgentes, feministas que no buscan un rincón plácido en un mundo asediado por un poder hegemónico cruel, destructor de la vida y la biodiversidad. Feministas que buscan acabar con ese poder, en Abya Yala y hasta Kurdistán, desde donde llegó la palabra de Alessia Dro, del Movimiento de Mujeres de Kurdistán. A esas mujeres que en Rojava y en todos los rincones insumisos de Kurdistán están escribiendo una nueva historia, la Asamblea les hizo llegar su energía y su abrazo comprometido con las luchas por la libertad. El fuego chisporroteó con intensidad cuando se compartieron las palabras-actos de las compañeras delegadas de la toma de tierras de Guernica, y gritamos juntas: “¡No al desalojo!”; cuando escuchamos las voces de las compañeras que cortaban la ruta Rosario – Santa Fe contra las políticas ecocidas; cuando sentimos a nuestras hermanas desde la olla plurinacional de Córdoba, a las hacedoras de ollas populares en Moreno, las voces campesinas que cada día cuidan las semillas y hacen soberanía alimentaria, las compañeras del feminismo villero, las participantes de los Encuentros Regionales en San Luis, La Plata, Zona Sur y otros territorios.

Participaron compañeras de organizaciones populares como La Poderosa, el Frente Popular Darío Santillán, el FPDS Corriente Plurinacional el MULCS, el FOL, la FOB Autónoma, Marabunta, el MNCI Somos Tierra, la UTT, asambleas socioambientales desde Rosario hasta la Patagonia, distintas comunidades mapuche, diaguitas, quechuas, aymaras, guaraníes, qom, organizaciones feministas de todo el continente. Mujeres de la primera línea en la defensa de la tierra, en la alimentación sin venenos, en el cuidado de la vida en los hospitales y centros de salud. Compañeras que traían los vientos de la revuelta chilena, de la rebelión ecuatoriana, de la denuncia de los golpes de estado en Bolivia y Honduras, del enfrentamiento al racismo en Brasil y en todo el continente. Todas compartiendo los sueños de emancipación, y las muchas bmaneras de resistir y revolucionar al mundo. Feministas indígenas, comunitarias, negras, afros, villeras, campesinas, migrantes, piqueteras, de la economía popular, trabajadoras, habitantes del campo y la ciudad, de las selvas y las playas, de las montañas, y de las llanuras y estepas. Fue conmovedor el testimonio de Mónica Baltodano, quien fuera comandante guerrillera en la Revolución Sandinista, y hoy para defender esos mismos ideales de libertad, es parte de las feministas nicaragüenses que enfrentan los crímenes del régimen orteguista, realizados en nombre de esa revolución. La Asamblea seguía recorriendo los territorios en lucha, mostrando la vitalidad de los feminismos que en pueblos, ciudades, chacras, comunidades, terminaron la jornada con pañuelazos que anunciaban que este año 2020, tiene que aprobarse la Ley por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito presentada tantas veces por la Campaña. Que no se puede seguir especulando con la vida y los cuerpos de las mujeres como prenda de negociaciones.

La Asamblea mostró los rostros de los feminismos populares. Entre ellos la memoria encendida de las madres que exigen justicia para sus hijos e hijas. Raquel Rochietti, mamá de Sebastián Moro, periodista argentino asesinado en Bolivia en el inicio del golpe de estado, nos conmovió con su palabra dolida pero firme. “Justicia para Sebastián, y para todas las víctimas del golpe, de las masacres de Senkata y Sacaba. Libertad para el periodista argentino Facundo Molares, preso de la dictadura boliviana. Derecho al pueblo boliviano de decidir su destino”, fueron algunas de sus palabras. Y muy cerca, la inmensa Norita, siempre presente con la palabra verdadera. Un pañuelo blanco en el que caben todas las luchas contra todas las opresiones.

Cerró el encuentro Lolita Chávez, feminista comunitaria del pueblo maya k´iche´, quien abrazó a todas las revoluciones que se dieron cita en la Asamblea Feminista y proclamó que los feminismos plurinacionales ya no van a dar un paso atrás en los modos de reconocernos entre todas y todes, de nombrarnos en nuestras diversidades, de revolucionarnos siempre. El cierre de la Asamblea fue apostar una vez más a la esperanza, basada en el reconocimiento y la construcción del poder feminista y popular, desde nuestros cuerpos territorio, continuando el legado de todas las ancestras: el deseo de cambiarlo todo. En el fuego sagrado, y en cada lucha, Berta Cáceres, Marielle Franco, Macarena Valdés, Lohana Berkins, Diana Sacayan, iluminan con sus sonrisas cada gesto rebelde, y caminan a la par.

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